miércoles, 25 de enero de 2017

Contenidos Informativos en Zamora Chinchipe: Ley Orgánica de Comunicación en Ecuador




La Ley Orgánica de Comunicación  (LOC) ecuatoriana ha generado efectos diversos; bajo esta premisa, el objetivo de investigación pretende de- terminar la inclusión de los principios de participación y plurinacionalidad e interculturalidad, en el contenido informativo de los medios comunicacionales en Zamora Chinchipe. La metodología aplicada, integra las técnicas de la semana compuesta, la entrevista y grupo focal; la triangulación de resultados muestra una realidad, que superpone el interés particular al colectivo, con lo cual se concluye que, debido a la escasez de recursos financieros: el espacio de participación directa para el ciudadano es reducido y prevalece el poco conocimiento sobre interculturalidad.

INTRODUCCIÓN

La aplicación de la Ley Orgánica de Comunicación (LOC), aprobaa en junio del 2013 en Ecuador, ha generado diversas reacciones en varios sectores de la comunidad, desde el periodístico, quizá el más golpeado, hasta lo social. Bajo esa premisa, muy cierta, los investigadores de la comunicación y del derecho creemos que la ley necesita ser debatida a partir de propuestas que enlacen sus postulados con la realidad comunicacional del contexto donde va a regir, máxime si se tiene en cuenta que la comunicación es un puntal para el desarrollo de pueblos y sociedades.
En esa línea, hemos emprendido una investigación que nos permita obtener una muestra representativa de los efectos producidos por la Ley Orgánica de Comunicación dentro de los espacios informativos de radio, prensa y televisión ecuatoriana, desde el análisis del universo de los medios de la Provincia amazónica de Zamora Chinchipe, en la cual se funcionan: 7 emisoras de radio, 1 canal de televisión y 1 medio impreso.
De los 119 artículos que contempla la Ley Orgánica de Comunicación, nuestro interés ha estado en los principios de participación (Art.13) y plurinacionalidad e interculturalidad (art. 14), justificándose con el hecho que la Provincia de Zamora Chinchipe, poblacionalmente, está constituida por varias Nacionalidades y Pueblos indígenas, lo cual, según los derechos de igualdad e interculturalidad establecidos en el artículo 36 de esta Ley garantiza a los Pueblos y Nacionalidades la apertura plena para que se efectivice la comunicación intercultural y plurinacional de forma permanente (LOC, 2013). Contenidos informativos en Zamora Chinchipe: Ley Orgánica de Comunicación en Ecuador.




http://produccioncientificaluz.org/index.php/opcion/article/view/20670

lunes, 16 de enero de 2017

Derecho al trabajo de las personas con discapacidad en Ecuador.

AUTORES:
 
1. Dr. Henry Rodrigo Martínez Ruque.
2. Máster. Jorge Alonso Benítez Hurtado.
3. Dr. Galo Stalin Blacio Aguirre.

RESUMEN: 

En este artículo se analiza el derecho al trabajo de las personas con discapacidad en Ecuador como un derecho fundamental y para esto hemos partido de un análisis de la constitutividad del derecho fundamental, y luego, empíricamente, los hechos institucionales que ha generado dicho derecho. Al ámbito constitutivo se le fundamenta a través de la teoría de los derechos fundamentales de Robert Alexy y al ámbito práctico; es decir, a los hechos institucionales a través de una investigación cualitativa. Esta metodología nos permitió determinar, finalmente, que en Ecuador el derecho fundamental al trabajo de las personas con discapacidad no llega a materializarse de forma eficaz como exige o prescribe la Constitución y los Tratados internacionales.

PALABRAS CLAVES: Derecho fundamental, Derecho al trabajo, personas con discapacidad, inserción laboral.

INTRODUCCIÓN.
El 13 de diciembre de 2006, las Naciones Unidas creó la Convención sobre los Derechos de Personas con Discapacidad, el primer tratado de los derechos humanos del siglo XXI para proteger los derechos y las oportunidades de cerca de 650 millones de personas con discapacidad a nivel mundial, de los cuales aproximadamente 470 millones se encuentran en condiciones de trabajar1.
Según el Consejo Nacional de Discapacidades (CONADIS), en el Ecuador existen 1'653.000 personas con discapacidad, en torno a las cuales se han implementado algunas políticas sociales, derechos reconocidos y elaborado determinadas normativas. Si bien estas conquistas pretenden
(1 Organización Internacional del Trabajo (2010)).
mejorar el nivel de vida de las personas con discapacidad, en términos de integración social y acceso a beneficios, su cumplimiento y ejecución es relativa.
La información que se dispone acerca de la situación laboral de las personas con discapacidad es incompleta y resulta difícil establecer comparaciones; es evidente que el déficit de trabajo decente afecta más a las personas con discapacidades que al resto.
Ante esto, en el presente artículo se analiza la realidad laboral de las personas con discapacidad en Ecuador con el objetivo de dar cuenta de la importancia del derecho fundamental al trabajo de dichas personas, para esto se analizan dos aspectos: 1. El ámbito constitutivo del derecho al trabajo de las personas con discapacidad y 2. El ámbito práctico, es decir análisis de los hechos institucionales o incidencia de este derecho en Ecuador.
 
DESARROLLO.

Presupuestos teóricos.
Para analizar el derecho al trabajo de las personas con discapacidad como derecho fundamental en Ecuador, hemos utilizado una metodología constructivista; esto es, partimos de un enfoque constitutivo-cognitivo del enunciado normativo, para luego dar cuenta de los hechos institucionales que ha creado la norma constitutiva, permitiéndonos esto hacer un análisis empírico del derecho fundamental.


http://www.dilemascontemporaneoseducacionpoliticayvalores.com/edici%e2%99%80n-2013/ano-iv-publicacion-1-septiembre-2016/
 

https://www.academia.edu/28323723/Art%C3%ADculo_Publicado_4_1_39_Derecho_al_trabajo_de_las_personas_con_discapacidad...

LA ACTUAL TENDENCIA DE IZQUIERDA EN LOS GOBIERNOS DE AMERICA LATINA (ECUADOR Y VENEZUELA) Y SUS CONSECUENCIAS EN LA COMUNIDAD INTERNACIONAL E INSTITUCIONES INTERNACIONALES





PREFACIO


La actual tendencia de izquierda de los gobiernos en América Latina en la actualidad ha sido un fenómeno que ha revolucionado no sólo los países que han iniciado este cambio, sino también a toda la Comunidad Internacional, ya que estos gobiernos de izquierda con nuevas ideas y proyectos progresistas, nacen y actúan en condiciones diferentes a las que lo hicieron los gobiernos que durante décadas estuvieron en cada uno de estos países donde ha ocurrido este fenómeno en América Latina.
Hoy la izquierda accede al poder de acuerdo a las reglas de la “democracia”, pero aún con las ideas radicales en contra, el así llamado “imperialismo” y el desacuerdo con algunas Instituciones Internacionales, la izquierda se ve obligada a establecer alianzas no solo entre los países latinoamericanos con la misma tendencia, sino que también debe  coexistir con las reglas que impone la comunidad internacional a los países y a respetar convenios y tratados Internacionales suscritos.
Los motivos para escoger este argumento: el interés por la política internacional, la comunidad internacional y por los problemas actuales de derecho internacional. El problema planteado es complejo, pero entre otras razones, con esta tesis pretendo hacer un modesto estudio sobre cuáles son las consecuencias del establecimiento de estas nuevas formas de gobierno en América Latina, cuáles fueron los motivos para que esto ocurriera y cuáles son las consecuencias en las instituciones internacionales, así como, los aspectos económicos y políticos de la integración regional y la forma como se interrelacionan estos países y determinan la política económica del nuevo regionalismo Sudamericano analizando, desde un punto de vista objetivo, las formas de gobierno con sus aciertos y sus errores, e introduciéndome un poco en las nuevas instituciones internacionales propuestas por la unión de estos países, las consecuencias y repercusiones que han tenido las mismas en la comunidad internacional. 
Es importante señalar que como estudiante de esta Prestigiosa Pontificia Universidad Lateranense, me sentí motivado sobre este argumento, ya que, desde hace varios años, estudié fuera de mi país y he tenido la oportunidad de seguir desde afuera todos los cambios políticos, sociales, culturales que se han venido dando, no sólo dentro del Ecuador, sino también en el resto de América Latina, y he podido tener una visión amplia y objetiva sobre estos cambios e, inevitablemente, cómo repercuten los mismos más allá de nuestras fronteras y tocan de cerca a todas  las relaciones internacionales.










ESQUEMA GENERAL


PREFACIO

ABREVIACIÓN Y SIGLAS

INTRODUCCIÓN


Capítulo I
RECUENTO HISTÓRICO DE LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA EN
LATINOAMERICA
       
1. Antecedentes Históricos
1.1 Argentina
1.2. Bolivia
1.3. Cuba
1.4. Honduras
1.5. Ecuador
1.6. Chile
1.7. Perú
1.8. Venezuela

Capítulo II
NUEVAS REFORMAS CONSTITUCIONALES EN LATINOAMERICA

1. ¿Cuándo se originan?
1.1. Referéndum Constitucionales
1.2. Consecuencias  de los Referéndum Constitucionales

2.  Reformas en la Constitución
2.1. Ecuador
2.2. Venezuela

3. Situación actual


Capítulo III

EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI.

1. El Socialismo
1.1. Antecedentes
1.2. ¿Qué es el llamado Socialismo del Siglo XXI?
1.3. ¿En qué consiste?
1.4. Países seguidores del nuevo Socialismo y su aplicación en Latinoamérica

2. Posición de  las Organizaciones Internacionales ante los Gobiernos de Izquierda en Latinoamérica
2.1. Las Naciones Unidas (ONU) y los Gobiernos de Izquierda en América Latina
2.2. La Organización de Estados Americanos (OEA) y los Gobiernos de Izquierda en América Latina
                                             


INTRODUCCIÓN


            América del Sur es una región que ha estado experimentando profundas transformaciones en los últimos años. La unión que la caracterizó en torno a las políticas económicas de orientación del mercado durante la década de los años noventa, quedó atrás, para dar paso a un escenario de cambios políticos que tuvieron su origen con la aparición de nuevos liderazgos que conmovieron las estructuras políticas, económicas y sociales de varios países sudamericanos.
            Este trabajo se propone dar a conocer la realidad y la situación actual por la que están atravesando todos estos países sudamericanos que han transformado de forma dramática sus estructuras políticas, dando un giro radical a sus modelos de gobierno, de la Derecha a la Izquierda y la forma en la que han transformado no sólo sus cimientos jurídicos elementales, como son sus Constituciones, sino también cómo han trascendido estos países con sus  nuevas formas de gobierno en el contexto regional sudamericano y sobre las iniciativas de integración ya existentes en la zona, al tiempo que ha sido un aliciente para el surgimiento de  propuestas a la creación de nuevas  instituciones internacionales.
            Así mismo, propongo realizar un modesto estudio de toda la compleja  dinámica de la integración de América del Sur y sus consecuencias para estos países.
Las recientes iniciativas de integración son procesos difíciles surgidos de abajo hacia arriba y que se proponen crear un nuevo sujeto regional que participaría en la gobernanza multilateral y la forma en que inevitablemente todos estos procesos tienen una incidencia global.
            No, faltan óptimos manuales sobre las nuevas tendencias de gobierno en Latinoamérica y la incidencia que ha tenido esto en la Comunidad Internacional, pero, con este estudio, presento un tratamiento equilibrado del tema, y una forma de analizar el regionalismo sudamericano desde una perspectiva social, política, económica y su impacto inevitable con las relaciones internacionales. Se tratará de manera objetiva plasmar la pluralidad de enfoques  sobre el  tema con la finalidad de promover la mayor libertad académica, en un análisis de los cambios que han experimentado estos países en sus estructuras de gobierno y la incidencia de esto dentro de la comunidad Internacional y las Organizaciones Internacionales.

Capítulo IV

REGIONALISMO SUDAMERICANO EN LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES.

1. La Actual Tendencia Política  de la Izquierda y su Influencia en las Organizaciones Internacionales

2. Organizaciones Internacionales en América Latina
2.1 La Comunidad Andina de Naciones (CAN)
2.2. El Mercosur (MERCOSUR)
2.3. El Área de Libre Comercio para América (ALCA)
2.4. La Alternativa Bolivariana para América (ALBA)
2.5. Área de Libre Comercio Sudamericana (ALCSA)
                                                         
3. La Propuesta del SUCRE como Moneda Única para los Sudamericanos                  

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA

ÍNDICE
 

Capítulo IV

REGIONALISMO SUDAMERICANO
EN LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES


1. La Actual Tendencia Política de la Izquierda y su Influencia en las Organizaciones Internacionales

            El nuevo contexto regional sudamericano ha tenido, obviamente, un gran impacto sobre las iniciativas de integración existentes en la zona y, gracias a esto, han empezado a surgir nuevas propuestas para la integración. El nuevo escenario regional ha incidido en la forma como los países de la región perciben su potencial incorporación a un Área  de Libre Comercio (ALCA), propuesta de integración liderada por los Estados Unidos y que se remonta a la primera cumbre de las Américas celebrada en Miami, en diciembre de 1994. Desde la fase de pre-negociación del ALCA, especialmente a partir de la reunión de Recife en 1996, eran evidentes las diferencias entre los países sudamericanos en torno al tema. Brasil y sus socios del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) manifestaban sus reservas ante algunas cuestiones relevantes como las modalidades de negociación o la inclusión en la agenda de temas como: la propiedad intelectual, los servicios, las compras gubernamentales o los aspectos ambientales y laborales relacionados con el comercio. Frente a esta actitud crítica del Mercosur, los países de la Comunidad Andina (CAN) y Chile mostraban una posición más cercana a la propuesta del ALCA. Los cambios políticos de la región han radicalizado esta división. El Mercosur ha mantenido una actitud crítica frente al ALCA, considera poco relevante si no incluye la materia agrícola, un tema complejo debido a las interconexiones que presenta con la Agenda de Doha de la Organización Mundial del Comercio[1]. En este sentido, los miembros del Mercosur ratificaron, en la cuarta cumbre de las Américas del Mar de la Plata, en noviembre de 2005, su escasa disposición a continuar en las negociaciones del ALCA hasta que temas, como el agrícola, no sean resueltos a escala multilateral.
A la crítica del Mercosur al ALCA se sumó, recientemente, Venezuela que, desde el ascenso al poder de Chávez, ha girado desde una gradual crítica al proceso hemisférico hasta un rechazo. La elección de Evo Morales, como presidente de Bolivia, añade un miembro más a este grupo de críticos de la propuesta de integración estadounidense.  Colombia y Perú se han alejado de esta actitud en contra del ALCA a diferencia de sus vecinos  sudamericanos.  Al contrario de esto, y ante el colapso de la negociación multilateral del acuerdo hemisférico, estos países han optado por negociar un tratado bilateral de libre comercio con Estados Unidos, conocido como el TLC. Este escenario ha incidido en la evolución de los dos procesos de integración más importantes de la región: la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).  Esta complejidad, en el panorama de la integración en América Latina del Sur, se completa con la creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), iniciativa brasileña que se propone establecer un espacio de integración económica y cooperación política y funcional entre todos los países de la región, incluyendo los miembros del Mercosur y la CAN, Chile, Guyana, y Surinam.
A pesar de ser un ambicioso proyecto integracionista, la CSN debe enfrentar un escenario regional fragmentado y la existencia de intereses nacionales diversos en una región en la cual existe una mayor preocupación por la equidad, lo que se ha expresado en una agenda más allá del libre comercio, factor que le puede generar un apoyo importante de los sectores de la sociedad civil.
Se podría decir que, en la actualidad, los países latinoamericanos están promoviendo al menos tres modalidades de estrategia comercial:

La Estrategia del Libre Comercio:

Aquella que da supremacía a la negociación de tratados del libre comercio, tanto con los países americanos como de otros continentes. Los países que encarnan esta posición, Chile y México, son los pioneros en la América del Sur en la suscripción de tratados de Libre Comercio.

La Estrategia Geopolítica:

Aquella en la cual la primacía la  tienen los intereses geopolíticos del país, a los cuales queda subordinada la política comercial. Como todo está subordinado a la política exterior, la política comercial se propone incrementar los intercambios con los países aliados en ese momento.

La Estrategia integracionista:

Aquella en la cual la política comercial está subordinada a los objetivos de impulsar la integración subregional y regional.

El dilema al cual se enfrenta América Latina no es nuevo en la historia contemporánea. Este es el mismo dilema por el cual tuvieron que atravesar los países europeos durante el proceso  de reconstrucción de la economía de Europa Occidental después del fin de la Segunda Guerra Mundial.

2. Organizaciones Internacionales en América Latina                          

2.1. La Comunidad Andina de Naciones (CAN)

La Comunidad Andina[2] (CAN) es una comunidad de cuatro países que tienen un objetivo común: alcanzar un desarrollo integral, más equilibrado y autónomo, mediante la integración andina, sudamericana y latinoamericana. El proceso andino de integración se inició con la suscripción del Acuerdo de Cartagena el 26 de mayo de 1969. Está constituida por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, además de los órganos e instituciones del Sistema Andino de Integración (SAI). Antes de 1996, era conocida como el Pacto Andino o Grupo Andino. Venezuela fue miembro pleno hasta el 2006. Chile, originalmente, fue miembro entre 1969-1976, pero se retiró durante el régimen militar de Augusto Pinochet debido a incompatibilidades entre la política económica de ese país y las políticas de integración de la CAN. Este país es miembro asociado desde el 20 de septiembre de 2006, pero ello no supone el reingreso a la CAN. Ubicados en América del Sur, los cuatro países andinos agrupan a casi 100 millones de habitantes en una superficie de 3.798.000 kilómetros cuadrados, cuyo Producto Interno Bruto, se estima, ascendería en el 2007 a 280.392 millones de dólares.
La Comunidad Andina ocupa, aproximadamente, la cuarta parte del continente sudamericano teniendo costas en los dos océanos: el Pacifico y el Atlántico.
Su ubicación, si dividimos el continente en cuadrantes, sería la del 2º cuadrante, es decir, en el lado izquierdo superior. La geografía de la Comunidad Andina es diversificada, con zonas áridas semiáridas, montañosas, de planicie tropical, subtropical y templada, siendo un factor determinante en su geografía la Cordillera de los Andes. La CAN ha llevado a cabo una Integración Comercial caracterizada por: Zona de Libre Comercio, Arancel Externo Común, Normas de Origen, Competencia, Normas Técnicas, Normas Sanitarias, Instrumentos Aduaneros, Franjas de Precios, Sector Automotor y Liberalización del Comercio de Servicios.
En el campo de las Relaciones Externas, la CAN mantiene: negociaciones con el MERCOSUR, con Panamá, con Centroamérica y con la CARICOM; relaciones con la Unión Europea, Canadá y EEUU; participa en el ALCA y en la OMC; y todos los países miembros tienen una Política Exterior Común. Asimismo, este organismo ha realizado grandes esfuerzos para conseguir una integración física y fronteriza en materia de transporte, infraestructura, desarrollo fronterizo y telecomunicaciones, y también una Integración Cultural, Educativa y Social.
En un Mercado Común, la CAN realiza tareas de: Coordinación de Políticas Macroeconómicas, Propiedad Intelectual, Inversiones, Compras del Sector Público y Política Agropecuaria Común.

2.1.1. Objetivos de la Comunidad Andina de Naciones

La Comunidad Andina de Naciones tiene múltiples objetivos, entre ellos: la promoción de un desarrollo equilibrado de los países miembros en condiciones de equidad, mediante la integración y la cooperación económica y social; el aceleramiento del crecimiento de los países andinos y la generación de ocupación, la facilitación de la participación en el proceso de integración regional con miras a la formación gradual de un mercado común latinoamericano, promoviendo la disminución de la vulnerabilidad externa y mejorando la posición de los países miembros en el contexto económico internacional, el fortalecimiento de la solidaridad subregional y reduciendo las diferencias de desarrollo existentes entre los países miembros, así como la definición de las políticas sociales orientadas a elevar la calidad de vida y mejorar el acceso de los diversos grupos sociales de la subregión a los beneficios del desarrollo.

2.1.2. Logros alcanzados por la comunidad Andina de Naciones

Uno de los principales logros de la CAN en el campo comercial es la libre circulación de las mercancías de origen andino en el mercado ampliado. Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú han formado una zona de libre comercio, es decir, un espacio en el que sus productos circulan libremente en la subregión, sin pagar aranceles.
Desde el 2003, los ciudadanos de los cuatro países de la Comunidad Andina pueden ingresar sin pasaporte a cualquiera de ellos, con la sola presentación de su respectivo documento de identidad. El pasaporte andino fue creado por medio de la Decisión 504 en junio de 2001. La Decisión 504 dispone que su expedición se base en un modelo uniforme que contenga características mínimas armonizadas en cuanto a nomenclatura y a elementos de seguridad. El documento es actualmente expedido por Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia. Venezuela también llegó a expedir el Pasaporte Andino hasta 2006, año en el que se desincorporó de la Comunidad Andina. Por esto, existen aún ciudadanos venezolanos que poseen un pasaporte de dicho modelo, los cuales continúan siendo válidos hasta su respectiva fecha de expiración.
 El mercado subregional ha crecido en importancia relativa como destino de las exportaciones de cada país, convirtiéndose en un receptor cada vez más importante de exportaciones no tradicionales y de manufacturas para los países miembros del acuerdo, reforzándose con esto la importancia estratégica de la integración regional como un mecanismo viable para diversificar las exportaciones, estimular un mayor valor agregado de las mismas y servir de aprendizaje y plataforma para incursionar en otros mercados[3].
Entre los logros visibles, también deben mencionarse la armonización de políticas en el área agrícola, el tratamiento a la inversión extranjera y el régimen de propiedad intelectual. No menos importante ha sido la consolidación del fondo Latinoamericano de reservas y del Brazo financiero de la integración: La Corporación Andina de Fomento. Como aspectos positivos para los países de la Región miembros de la CAN, deben citarse las decisiones que han permitido liberar los servicios de transporte. Estos se han liberado en sus diferentes modalidades y de esta manera se ha facilitado el flujo de mercancías  y viajeros con una mayor eficiencia. Así mismo, la política de los cielos abiertos ha permitido que los vuelos semanales en el área andina aumenten en una considerable cifra. A lo largo de casi tres décadas, el proceso de integración andino ha atravesado por distintas etapas. De una concepción básicamente cerrada de integración hacia adentro, acorde con el modelo de sustitución de importaciones, pasó a orientarse hacia un esquema de regionalismo abierto. La intervención directa de los presidentes, en la conducción del proceso dentro del nuevo modelo, impulsó la integración y permitió alcanzar los principales objetivos fijados por el Acuerdo de Cartagena, como la liberación del comercio de bienes en la subregión, la adopción de un arancel externo común, la armonización de instrumentos y políticas de comercio exterior y de política económica, entre otros.
El grado de avance alcanzado por la integración y el surgimiento de nuevos retos derivados de los cambios registrados en la economía mundial, plantearon la necesidad de introducir reformas en el Acuerdo de Cartagena, tanto de carácter institucional como programático, lo que se hizo por medio del Protocolo de Trujillo y el Protocolo de Sucre, respectivamente.
Las reformas institucionales le dieron, al proceso de integración, una dirección política y crearon la Comunidad Andina (CAN) y el Sistema Andino de Integración (SAI). Las reformas programáticas ampliaron el campo de la integración más allá de lo puramente comercial y económico. A partir del 1 de agosto de 1997, inició sus funciones la Comunidad Andina con una Secretaría General de carácter ejecutivo, cuya sede está en Lima (Perú). Se formalizó, también, el establecimiento del Consejo Presidencial Andino y del Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores como nuevos órganos de orientación y dirección política. Se amplió además el papel normativo de la Comisión, integrada por los Ministros de Comercio, a los ministros sectoriales.  El 22 de abril de 2006, Venezuela formalizó su decisión de denunciar el Acuerdo de Cartagena y el 9 de agosto del mismo año suscribió con los Países Miembros de la Comunidad Andina un Memorando de Entendimiento por medio del cual acordaron dar plena vigencia a las ventajas comerciales recibidas y otorgadas de conformidad con el Programa de Liberación de la subregión andina, que debe mantenerse entre las partes, de acuerdo con el artículo 135  del Acuerdo de Cartagena.
 La Comunidad Andina es hoy una organización subregional con personería jurídica internacional integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. El 20 de septiembre de 2006, mediante la Decisión 645   del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores y de la Comisión, se le otorgó a Chile la condición de País Miembro Asociado de la Comunidad Andina.  Igualmente, los estados parte del MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) ostentan la calidad de Miembros Asociados desde el 7 de julio de 2005 brindada con la Decisión 613.
Para concluir, podríamos decir, que la Comunidad Andina (CAN) es un modelo que guarda en su seno, muchos problemas, pero los avances realizados en los últimos años, no pueden ser desconocidos, aún más, si se toma en consideración que los mismos han sido obtenidos en medio de situaciones políticas difíciles para muchos de los estados miembros. Por tanto, es muy loable por parte de estos países miembros de la CAN, la voluntad que han tenido por mantener la vigencia del acuerdo de integración aun en circunstancias difíciles. Esto es un reflejo de que ha habido un cambio cualitativo en la importancia que se le otorga a la integración andina tanto en los círculos políticos, como en los económicos, por lo que pudiera concluirse que, hoy en día, más que nunca, los países andinos tienen mayor conciencia de lo que pudiera significar un retroceso en el proceso integrador .

2.2. El Mercosur (MERCOSUR)
     
El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es un ambicioso proyecto de integración económica, en el cual participan Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los cuales suscribieron un acuerdo llamado el Tratado de Asunción, el día 26 de marzo de 1991, comprometiéndose con el proyecto internacional más relevante en el que se encuentran involucrados estos países.

2.2.1  Antecedentes

A lo largo del tiempo, el interés de crear un bloque económico entre los países de Suramérica fue mayor y, gracias a la tecnología y las comunicaciones, la cooperación entre países fue dándose en diferentes partes del mundo. La creación del ALALC (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio) ,en 1960, fue el primer paso para la integración latinoamericana que trató de eliminar, gradualmente, las barreras aduaneras que se oponían al comercio interregional, sin establecer un arancel externo común, ni prever medidas de coordinación de políticas internas o externas. Este bloque económico se paralizó en 1968 y declinó, posteriormente, por la mala negociación de los productos.
En 1980, surgió la Asociación Latinoamericana de Integración[4] (ALADI), conformada por once países americanos Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay, y Venezuela, sobre la base de otra estructura de marco oficial de integración. Diez años después, surge un nuevo criterio inspirado en la misma meta de integración la cual se inicia con el acuerdo Argentino- Brasileño que luego se amplió con la integración de Paraguay y Uruguay. Se ajustó entonces que era necesario firmar un acuerdo creando un mercado común cuadripartito.
El 26 de marzo de 1991, se firma el Tratado de Asunción entre los cuatro países, el cual no debe considerarse como un tratado final constitutivo del Mercosur, si no como el instrumento de carácter internacional destinado a hacer posible su concreción. Puede decirse, que este acuerdo, es un acuerdo con vocación regional pues queda abierto a la adhesión de los demás países del ALADI. Es también un acuerdo de integración económica, estableciéndose un programa de liberación comercial, la coordinación de políticas macroeconómicas y un arancel externo común, así como otros instrumentos de la regulación del comercio. El Mercosur, nace formalmente el 1 de enero de 1995 como zona de libre comercio semi-completa (el arancel cero comprende el 85% del comercio intra-regional) y como unión aduanera imperfecta (ya que el AEC cubría el 88% del universo arancelario que comprendía un total de 8.835 partidas arancelarias). El Mercosur emergió como la segunda unión aduanera del mundo, con un plazo de concreción inferior a los cuatro años a diferencia de la Comunidad Europea que requirió ocho años para culminarla.
De acuerdo a lo estipulado en el artículo decimo del anexo I del Tratado de Asunción los cuatro países suscribieron el 29 de noviembre de 1999 un acuerdo de complementación económica en el marco jurídico de la ALADI, signado con el numero 18 el cual entro en vigencia en esa misma fecha.
A casi veinte años de su nacimiento, el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) ha consolidado su perfil de alianza estratégica y se ha configurado como uno de los esquemas de integración con mayor dinamismo y más alto potencial de crecimiento entre los países en vías de desarrollo, gracias a la magnitud de su mercado, su grado de apertura al exterior, la diversificación de sus recursos y su base productiva y su significativa proyección comercial hacia los grandes bloques económicos. La relevancia del bloque en términos políticos, económicos y comerciales se pone en evidencia al dimensionarse su gravitación económica y la densidad de sus flujos comerciales internos y externos, que denotan una marcada progresividad en términos cuantitativos y cualitativos y realzan su singularidad como polo atractivo para la canalización de inversiones y la iniciación de emprendimientos comerciales, financieros e infraestructurales de gran envergadura. El Mercosur, ha puesto de manifiesto la primacía de la profundización de la Unión Aduanera en relación a cualquier programa de liberización comercial continental. Con respecto a las negociaciones del  ALCA, El Mercosur se ha manifestado particularmente beligerante sobre todo en el capítulo agrícola. El planteamiento principal del Mercosur es la eliminación de los subsidios y de las barreras arancelarias en todo el continente así como la identificación y armonización de todas las medidas de apoyo interno que operen como factor distorsionador del comercio[5].

2.2.2. Objetivos del Mercosur.

El objetivo básico del Mercado Común es el de aumentar el grado de eficiencia y competitividad de las economías involucradas ampliando las actuales dimensiones de sus mercados y acelerando su desarrollo económico mediante el aprovechamiento eficaz de los recursos disponibles. La preservación del medio ambiente, el mejoramiento de las comunicaciones, la coordinación de las políticas macroeconómicas y la complementación de los diferentes sectores de sus economías. Así pues, la conformación de un mercado común es una respuesta adecuada a la consolidación de grandes espacios económicos en el mundo y la necesidad de lograr una adecuada inserción internacional. También, trata de adoptar políticas regionales de comercio, integrar recursos, dotar a la región de más influencia en la esfera comercial y actuar como precursor en el desarrollo de una zona de libre comercio en el hemisferio occidental. Entre otros objetivos[6], el Mercosur, tiene el compromiso entre los Estados partes de armonizar sus legislaciones en las aéreas pertinentes para lograr el fortalecimiento del proceso de la integración.



2.2.3. Beneficios y desafíos del Mercosur.

La eliminación de las barreras arancelarias dentro de un mercado común, implica que algunos bienes y servicios (que inicialmente los miembros producían e importaban de terceros países), sean suministrados ahora por un país socio, aunque este resulte menos eficiente como productor que el resto del mundo. Esto ocurre porque el país exportador disfruta de una protección en el mercado del país importador debido al arancel externo común. En el caso de algunas mercancías, la oferta de un país socio puede remplazar las importaciones procedentes del resto del mundo y adicionalmente sustituir total o parcialmente la producción nacional ineficiente. Si un socio, tiene costos unitarios menores al precio mundial, más el arancel común, sus exportaciones pasan a remplazar, las importaciones del resto del mundo y la unión hace bajar los precios del mercado local. Esto significa que los consumidores pueden consumir más de los bienes  ahora menos protegidos y que las empresas adecuaran su oferta con lo cual caerá parcialmente la producción ineficiente. Esto implica que habrá un incremento neto de las importaciones desde el país socio. El aumento del consumo, la disminución de la producción ineficiente y el incremento neto de las importaciones, constituyen el efecto de creación de comercio de una unión aduanera. Simultáneamente, los productores del país socio reemplazan a los del resto del mundo, que producen más eficientemente como proveedores del mercado nacional. Este desplazamiento eleva el costo social (o costo de las importaciones netas de aranceles), debido a que el socio es menos eficiente que los productores de terceros países.
Además se verifica una pérdida de ingresos arancelarios, que son transferidos a los consumidores nacionales, que ahora pagan un precio menor, y a los productores del país socio que exporta, y que vende su producción a mayor precio que el internacional. La sustitución de producción socialmente menos costosa del resto del mundo por la del socio ineficiente, que da lugar a una transferencia de ingresos arancelarios a los productores de ese país, es conocida como desviación de comercio. La creación de comercio es el beneficio de la unión aduanera y la desviación de comercio de su costo.
Otra de las ventajas del Mercosur son la gran variedad de bienes finales a disposición de los consumidores, lo que representa un incremento en su bienestar; mayor competencia que implica, entre otras cosas, mayor calidad de los bienes y servicios ofrecidos, menores precios y una asignación de recursos más eficiente; que redundara en  un importante ahorro de recursos que inicialmente se destinan a las reparticiones aduaneras y más dinero intrarregional; reducción de los costos de transporte y comunicación por la integración física de los Estados partes que contempla el Mercosur. Finalmente el Mercosur, aparece como un reaseguro para la democracia de los países intervinientes, al posibilitar un mayor grado de desarrollo económico con equidad distributiva.

2.2.4. Logros del Mercosur

En la práctica, los objetivos del Mercosur, se han logrado sólo parcialmente. Pues, la liberalización del comercio dentro del bloque todavía no se ha logrado plenamente. Por ejemplo, si bien existe un arancel externo común, el mismo tiene numerosas excepciones, que, en la jerga aduanera, se conocen como "perforaciones", cada Estado puede confeccionar una lista de aquellos productos a los cuales el arancel externo común no se aplica. Dicha lista puede ser más extensa en el caso de Uruguay y Paraguay (pues así se ha convenido, por ser estos dos los países menos desarrollados del bloque), y todos pueden actualizarla semestralmente. Tampoco existe una concreta coordinación de las políticas comerciales entre los Estados miembros. Sin embargo entre los aspectos positivos del Mercosur, podríamos resaltar que, Bolivia y Chile han establecido que todo su territorio  un Área de Libre Residencia con derecho a trabajar para todos sus ciudadanos, sin otro requisito que acreditar la nacionalidad y no poseer antecedentes penales. Esta área fue establecida en la Cumbre de Presidentes de Brasilia, mediante el Acuerdo sobre Residencia para Naciones de los Estados Parte del Mercosur; Bolivia y Chile firmado el 6 de diciembre de 2002.
 Ahora, si bien el Área de Libre Residencia y Trabajo no se asimila completamente a la libre circulación de personas (donde no se requiere tramitación migratoria alguna), los seis países han dado un gran paso adelante y establecido expresamente su voluntad de alcanzar la plena libertad de circulación de las personas en todo el territorio. Durante la cumbre realizada en San Miguel de Tucumán, los mandatarios de los diferentes países, propusieron la libre circulación de personas dentro de todo el continente sudamericano, sin necesidad de pasaporte, no solo a ciudadanos integrantes del bloque. Otro aspecto,[]  relevante ha sido la reciente aprobación de la Decisión CMC N° 03/09, mediante la cual se aprueba el "Programa Marco de Ciencia, Tecnología e Innovación del MERCOSUR" para el período 2008-2012.
El Programa Marco surge para promover la integración regional, dar visibilidad a proyectos estratégicos de transformación regional y establecer una posición armonizadora y de conjunto. Para ello son necesarios proyectos sostenibles y de alto impacto que privilegien el desarrollo social y productivo con base en la ciencia, la tecnología y la innovación como garantías del desarrollo sustentable.

2.2.5 Avances Institucionales:

En materia de transporte, se anunció la constitución de una comisión tripartita entre Argentina, Brasil y Uruguay para el seguimiento del eje vial San Pablo-Buenos Aires, una supercarretera de 4.000 Km de longitud, que vinculará los polos industriales más importantes de los tres países. El proyecto estará a cargo del sector privado en todas sus fases. También se analizaron los estudios para el futuro desarrollo del eje de integración fluvial constituido por los ríos Tiete y Paraná, que permitiría abrir una nueva vía de transporte entre San Pablo y Buenos Aires. Se acordaron las iniciativas para la construcción de una serie de puentes que unan distintos puntos a la altura de Corrientes y Misiones, como el de Andrés Quacurari (Misiones) y Copanema (Brasil). Se realizó en Washington una reunión del Grupo Cuatro más Uno, conformado por los países del MERCOSUR y los EE.UU. Se informó que los EE.UU. estudiarán la posibilidad de negociar acuerdos de libre comercio con los integrantes de MERCOSUR. El gobierno de los Estados Unidos aseguró que América Latina es área prioritaria en su política exterior y que impulsará la constitución de una zona de libre comercio continental[7].
Es importante señalar, que  el 4 de julio de 2006 se suscribió un Protocolo de Adhesión mediante el cual Venezuela se constituyó como Estado Parte. No obstante, este instrumento de adhesión aún no ha entrado en vigor debido a que hasta la fecha no ha sido ratificada por todos los parlamentos de los firmantes, por lo que su vinculación legal al bloque sigue siendo como Estado Asociado. El senado de Brasil aprobó dicho ingreso en diciembre de 2009, faltando solo la aprobación del parlamento de Paraguay. Paraguay alega falta de democracia en Venezuela como impedimento para su incorporación [] Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú también tienen estatus de Estado Asociado.


2.3 El Área de Libre Comercio para América (ALCA)

Los Jefes de Estado y de Gobierno de los 34 países del hemisferio, elegidos democráticamente, suscribieron en la I Cumbre de las Américas, celebrada en Miami en diciembre de 1994, “El Pacto para el Desarrollo y la Prosperidad: Democracia, Libre de Comercio y Desarrollo Sustentable en las Américas” orientado a consolidar y fomentar vínculos más estrechos de cooperación entre los países signatarios. Una de las 23 iniciativas allí aprobadas fue la creación de un Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA, bajo el convencimiento de que el libre comercio y una mayor integración económica constituyen factores claves para promover el crecimiento económico, elevar el nivel de vida, mejorar las condiciones de trabajo de los pueblos de América y la protección debida del medio ambiente. El Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)  es un acuerdo comercial en proceso (en negociación) impulsado por Estados Unidos que busca la libre circulación de mercancías y capital desde Alaska hasta Tierra del Fuego (34 países).
Este acuerdo, que se negocia a puerta cerrada desde 1994, se establecería en el año 2005 con el fin de eliminar progresivamente las barreras y obstáculos al comercio, inversión y servicios, y proteger la propiedad intelectual de las empresas[8]. Importante es mencionar que este acuerdo iría aún más allá de los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio, los que han sido muy vivamente criticados por las ONG y los movimientos sociales del mundo entero. Los temas en discusión son: acceso a mercados; inversión; servicios; agricultura; propiedad intelectual; compras del sector público; subsidios; política de competencia; antidumping y derechos compensatorios; y solución de controversias. 
El acuerdo en negociación es muy parecido a los del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) aplicado desde 1994 en Canadá, Estados Unidos y México. Las naciones que están desarrollando este proceso, mediante reuniones de trabajo que celebran periódicamente, son: Antigua y Bermuda, Argentina, Barbados, Bahamas,  Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia,  Costa Rica, Dominica, El Salvador, Ecuador, Estados Unidos, Granada, Guatemala, Guayana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa Lucia, San Cristóbal, y Nevia, San Vicente y Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Es decir, los países que conforman el Mercosur y la Comunidad Andina. Los miembros del ALCA, acordaron que esta zona podrá coexistir con otros acuerdos bilaterales y subregionales, en la medida que los derechos y obligaciones bajo tales convenios no estén cubiertos o excedan los derechos y obligaciones del ALCA. Es importante también señalar, que con el retiro de Venezuela de La Comunidad Andina en el año 2006, consecuentemente esto, representaría el retiro de Venezuela del ALCA.

2.3.1. Objetivos y alcances del ALCA

El ALCA profundizará el hambre y la miseria de la población, ya que pone al mercado antes que todo y no sobrarán recursos para satisfacer necesidades sociales básicas como salud y educación, ni habrá medios para combatir la miseria:

1) Mercado de Trabajo Flexible y Precarizado

La Flexibilización del mercado laboral es fundamental para el éxito del ALCA. Así no habrá leyes laborales que puedan impedir que el capital imponga su proyecto. En Argentina, ya fue aprobada la Ley de Reforma Laboral (conocida como la “Ley soborno”), con lo que nuestros gobernantes sellaron su compromiso con el FMI y el Banco Mundial en la adhesión irrestricta a las normas del ALCA.

2) Mercado Financiero Desregulado

El capital especulativo necesita un mercado desregulado que le permita moverse libremente hacia donde pueda obtener mayor rentabilidad, mayores tasas de interés, mayor lucro. Argentina allanó el camino para la libre especulación: fueron eliminados los instrumentos de control sobre la circulación del capital extranjero y se concedieron exenciones tributarias para inversiones de residentes en el exterior, privilegiando así el capital financiero internacional.

3) Libre competencia y Libre Monopolio

Detrás de este enunciado, aparentemente progresista, se esconde un gran golpe, dado que ningún país de América podrá competir con la economía estadounidense, que ejercerá su poderío sobre todas las demás. Para hacernos una idea: El PBI de los Estados Unidos en el año 2000 fue de 9,9 billones de dólares, mientras que el de  Argentina fue de 276.000 millones de dólares. Una desigualdad evidente.

4) Control de Patentes y Derechos Intelectuales

Con la implementación del ALCA se establecen rigurosos patrones de calidad y una serie de exigencias que solamente podrán ser cumplidas por una minoría de poderosas corporaciones, monopolizando así la producción de mercaderías y servicios. En otras palabras, esa medida significa imposibilitar el surgimiento de iniciativas diversificadas, creativas, socializadoras y democráticas, aumentando la estandarización y el control sobre las formas de vida de la población.

5) Inversiones sin Controles Nacionales

El ALCA quiere garantizar la plena liberación de las organizaciones para invertir, desinvertir, comprar, vender, remesar y transferir, sin ningún obstáculo o mecanismo regulador de origen nacional. O sea, se buscaría eliminar las antiguas e inconvenientes referencias de legitimación: el Estado, la soberanía, la Nación y la democracia.

2.3.2. Posiciones de los países entorno al ALCA

            La Alternativa Bolivariana para América (ALBA) y la integración al mercado latinoamericano por parte de América del Norte supone una población de 800 millones de personas y un Producto Interno Bruto (PIB) combinado de US$ 21.000 billones anuales. []Aquellos que apoyan el ALCA dicen que es un tratado que quiere impulsar el comercio entre las regiones reduciendo los aranceles, pero no se puede decir que en un primer momento tenga consecuencias traumáticas, pero sí que es un paso hacia el desarrollo a través de las transacciones comerciales que impulsarán la especialización, la competitividad, la desaparición de monopolios, la mejora del nivel de bienestar de la población y un desarrollo de las infraestructuras. Uno de los principales críticos del ALCA ha sido el presidente venezolano Hugo Chávez, quién lo ha calificado como un tratado de adhesión y una herramienta más del imperialismo para la explotación de Latinoamérica. Como contra-propuesta a este modelo, Chávez ha fomentado la Alternativa Bolivariana para la América (ALBA).[] Por su parte, Luis Ignacio Lula da Silva presidente del Brasil y Néstor Kirchner ex presidente de Argentina, dicen que no se oponen al tratado, pero demandan que éste sea libre de verdad, y lo condicionan principalmente a la eliminación por parte de los Estados Unidos de los subsidios a la agricultura,[  ] a la provisión de un acceso efectivo a los mercados y a que se contemplen las necesidades y las sensibilidades de todos los socios.
Entre las objeciones que se presentan al ALCA están las siguientes:

1)      El ALCA acelera la degradación del medio ambiente y la pérdida de la soberanía sobre la biodiversidad, así como la soberanía alimentaria.
2)      Es un proyecto estratégico que apunta a consolidar el poder de los Estados Unidos.
3)      Se trata de una imposición, no de un proceso de negociación. Este tratado está siendo negociado a espaldas de los pueblos. Está avanzando de manera clandestina, sin discusión democrática. Ni los pueblos de la región, ni organizaciones sindicales y sociales, ni los miembros del parlamento pudieron participar de los debates y conocer los avances de los acuerdos. Solamente, grandes grupos empresariales norteamericanos pudieron actuar en las negociaciones.
4)      Es nefasto para el desarrollo de los países que luchan por crecer. Garantiza, apenas, los intereses del gran capital transnacional norteamericano, no contempla las disparidades entre naciones y representa el retroceso en el sistema de compromisos internacionales.
5)      Discrimina a los extranjeros, en la medida en que el tema migratorio está totalmente ausente y combate la circulación de mano de obra.
6)      La opinión pública se encuentra totalmente al margen de las negociaciones, que están concentradas en las manos de técnicos, burócratas, cúpulas empresariales y ministros.
7)      Degradará aún más los derechos de los trabajadores. Con el objetivo de asegurar la más absoluta libertad para el capital, las leyes laborales fueron “flexibilizadas”, los salarios serán rebajados y las jornadas de trabajo podrán ser ampliadas.
8)      El acuerdo ampliará la destrucción del medio ambiente, pues las empresas podrán apelar judicialmente cualquier norma nacional destinada a preservar el medio ambiente o la salud, que sea considerara obstáculo al comercio o a la inversión.
9)      El ALCA profundizará la privatización de los servicios sociales y la medicina, dado que el acuerdo obliga a las naciones a garantizar los derechos de las empresas privadas a competir con los servicios públicos.
10)  Provocará la total desindustrialización de Argentina, que podrá ser transformada en colonia agrícola.
11)  El ALCA pone en riesgo a la agricultura nacional, puesto que tanto el comercio agrícola como las agroindustrias serán totalmente controladas por empresas norteamericanas, dejando al margen la agricultura familiar.
12)  El ALCA eliminará la soberanía nacional y limitará todavía más los derechos democráticos, en la medida en que se sobrepone a las leyes nacionales. Además de eso, el acuerdo prevé la creación de un Tribunal Arbitral, que servirá para la defensa de los intereses de las grandes empresas.
13)  El ALCA acelerará la disolución de nuestra identidad cultural, principalmente, como consecuencia de la fuerza invasora de los medios norteamericanos y de la imposición de los patrones de consumo.
14)  El ALCA privilegia al mercado por encima de todo y representa un enorme riesgo de biopiratería para nuestra rica biodiversidad. Los Estados Unidos conceden patentes a especies vegetales y están en contra de la legislación que intenta proteger la prioridad intelectual relacionada a investigaciones realizadas en esa área.

2.3.3. Otra integración posible

El ALCA favorece al más fuerte en detrimento de los más débiles. Beneficia a los Estados Unidos y perjudica a la enorme mayoría de la población del continente latinoamericano. Los movimientos y entidades de ciudadanos que trabajan para la integración regional de países y pueblos en que los mercados y capitales especulativos estén subordinados a instituciones capaces de hacer prevalecer la voluntad democrática y los intereses de los ciudadanos. Eso solo será posible con la participación amplia de la sociedad en la definición de su proyecto de desarrollo.
Para concluir, este análisis, podríamos, preguntarnos si es el ALCA la solución para la integración americana. AL responder  a esta pregunta, podemos observar que, la principal meta del ALCA, es la creación de una zona de libre comercio que abarque todo el continente americano. Ahora bien, la zona de libre comercio alcanza cuando los países miembros acuerdan voluntariamente, el desmantelamiento arancelario progresivo para las mercancías originarias de los países contratantes. Al final del tiempo acordado, se perfeccionaría la zona de libre comercio cuando las mercancías originarias de los países contratantes pueden circular en el espacio económico común libremente, es decir, gozando de arancel cero.
 El resultado final de toda negociación comercial que se proponga construir una zona de libre comercio, será positivo  o negativo para los participantes, dependiendo de la capacidad negociadora de cada parte contratante y de la habilidad para hacer valer los intereses nacionales en el momento de crear una lista de “mercancías sensibles”. Por tanto, se debe negociar un periodo de transición que les permita adoptar las medidas internas requeridas para poder ser competitivos, tanto en los mercados externos como en su propio mercado. Además, no se puede olvidar las consecuencias que estas decisiones puedan tener, en el área social y en especial en el ámbito del empleo a nivel nacional. La defensa del empleo actual y la creación de nuevos empleos debería ser el resultado de una buena negociación, agregándole un aumento del poder adquisitivo de los trabajadores. No se puede decir que una zona de libre comercio sea negativa en sí misma, como tampoco, que sea la panacea que resolverá todos los problemas de los países contratantes y de todas las comunidades involucradas se convertirían en una especie de paraíso terrenal[9].

2.4. La Alternativa Bolivariana para América (ALBA)

La Alternativa Bolivariana para América Latina y El Caribe (ALBA) es una propuesta de integración diferente. Mientras el ALCA responde a los intereses del capital trasnacional y persigue la liberalización absoluta del comercio de bienes y servicios e inversiones, el ALBA pone el énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social y, por lo tanto, expresa los intereses de los pueblos latinoamericanos. El ALBA se fundamenta en la creación de mecanismos para crear ventajas cooperativas entre las naciones que permitan compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio. Se basa en la cooperación de fondos compensatorios para corregir las disparidades que colocan en desventaja a los países débiles frente a las primeras potencias.
Por esta razón la propuesta del ALBA le otorga prioridad a la integración latinoamericana y a la negociación en bloques sub-regionales, abriendo nuevo espacios de consulta para profundizar el conocimiento de nuestras posiciones e identificar espacios de interés común que permitan constituir alianzas estratégicas y presentar posiciones comunes en el proceso de negociación. El desafío es impedir la dispersión en las negociaciones, evitando que las naciones hermanas se dividan y sean absorbidas por la corriente con que viene presionándose en función de un rápido acuerdo por el ALCA.
El ALBA es una propuesta para construir consensos para repensar los acuerdos de integración en función de alcanzar un desarrollo endógeno nacional y regional que erradique la pobreza, corrija las desigualdades sociales y asegure una creciente calidad de vida para los pueblos. La propuesta del ALBA se suma al despertar de la conciencia que se expresa en la emergencia de un nuevo liderazgo político, económico, social y militar en América Latina y El Caribe. Hay que relanzar la unidad latinoamericana y caribeña. El ALBA, como propuesta bolivariana y venezolana, se suma a la lucha de los movimientos, de las organizaciones y campañas nacionales que se multiplican y articulan a lo largo y ancho de todo el continente contra el ALCA. Es, en definitiva, un esfuerzo de los pueblos latinoamericanos por revelarse ante la opresión que han tenido durante tantos años y demostrar a través de las fuerzas progresistas, que otra América es posible.
La propuesta del ALBA la formuló por primera vez el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, en el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la isla de Margarita, el 11 y 12 diciembre de 2001. En esa oportunidad, el Presidente de Venezuela se pronunció al respecto diciendo que el modelo neoliberal  no podía ser la base, ni el marco para los modelos de integración, ya que no se puede poner como base para integrar a la América, la economía, ya que, precisamente, las economías de Latinoamérica están llenas de debilidades y vulnerabilidades. Por tanto, el Presidente Chávez, propuso conformar una liga o una unión de Naciones para la integración integral de los pueblos de Latinoamérica, basándose en un pacto político, y propuso la creación del ALBA.
El 14 de diciembre de 2004 se realiza en La Habana la Primera Cumbre del ALBA.
El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, y el Presidente del Consejo de Estado de Cuba, Fidel Castro, firman la  Declaración Conjunta para la creación del ALBA y el Acuerdo de aplicación del ALBA. En el texto de la histórica Declaración Conjunta se señala: “Afirmamos que el principio cardinal que debe guiar el ALBA es la solidaridad más amplia entre los pueblos de América Latina y el Caribe, que se sustenta con el pensamiento de Bolívar, Martí, Sucre, O’Higgins, San Martín, Hidalgo, Petión, Morazán, Sandino, y tantos otros próceres, sin nacionalismos egoístas que nieguen el objetivo  de construir una Patria Grande en la América Latina, según lo soñaron los héroes  de nuestras luchas emancipadoras[10]”. Así fueron sucediéndose diferentes cumbres de Jefes de Estado: la Segunda (28 de abril de 2005) y la Tercera (29 de abril de 2006), también en Cuba. En esta última, se incorpora la República de Bolivia con el presidente Evo Morales, quien suscribe la Declaración Conjunta del 2004 y propone el Tratado de Comercio de los Pueblos, que fue firmado en esa ocasión. La Cuarta Cumbre (11 de enero de 2007) se realiza en la ciudad de Managua, incorporándose la República de Nicaragua, con su Presidente Daniel Ortega. La Sexta Cumbre  se realiza en Caracas (24 al 26 de enero de 2008).
La Mancomunidad de Dominica, con su Primer Ministro, Roosevelt Skerrit, se incorpora al ALBA. En esta misma cumbre, se instala el Consejo de Movimientos Sociales del ALBA y se pone en funcionamiento el Banco del ALBA. A partir de la Séptima Cumbre Extraordinaria del ALBA (24 de junio de 2009), en Maracay, se comenzó a denominar Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. En esta cumbre se incorporaron a la Alianza Ecuador[11], San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda.

2.4.1. Países que integran el ALBA.

Hasta el momento, nueve países firmaron su adhesión al ALBA: la República Bolivariana de Venezuela, la República de Cuba, la República de Bolivia, la República de Nicaragua y la Mancomunidad de Dominica, la República de Honduras, la República de Ecuador, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda.

2.4.2. Principios que rigen la creación del ALBA

  1. La integración neoliberal prioriza la liberalización del comercio y las inversiones.
  2. La Alternativa Bolivariana para América Latina (ALBA) es una propuesta que centra su atención en la lucha contra la pobreza y la exclusión social.
  3. En la propuesta del ALBA se le otorga una importancia crucial a los derechos humanos, laborales y de la mujer, a la defensa del ambiente y a la integración física
  4. En el ALBA, la lucha contra las políticas proteccionistas y los ruinosos subsidios de los países industrializados no puede negar el derecho de los países pobres de proteger a sus campesinos y productores agrícolas.
  5. Para los países pobres donde la actividad agrícola es fundamental, las condiciones de vida de millones de campesinos e indígenas se verían irreversiblemente afectados si ocurre una inundación de bienes agrícolas importados, aún en los casos en los cuales no exista subsidio.
  6. La producción agrícola es mucho más que la producción de una mercancía. Es la base para preservar opciones culturales, es una forma de ocupación del territorio, define modalidades de relación con la naturaleza, tiene que ver directamente con la seguridad y autosuficiencia alimentaria. En estos países la agricultura es, más bien, un modo de vida y no puede ser tratado como cualquier otra actividad económica.
  7. ALBA tiene que atacar los obstáculos a la integración desde su raíz, a saber:
a. La pobreza de la mayoría de la población;
b. Las profundas desigualdades y asimetrías entre países
c. Intercambio desigual y condiciones inequitativas de las relaciones internacionales
d. El peso de una deuda impagable
e. La imposición de las políticas de ajuste estructural del FMI y el BM y de las rígidas reglas de la OMC que socavan las bases de apoyo social y político.
f. Los obstáculos para tener acceso a la información, el conocimiento y la tecnología que se derivan de los actuales acuerdos de propiedad intelectual;
g. Prestar atención a los problemas que afectan la consolidación de una verdadera democracia, tales como la monopolización de los medios de comunicación social
  1. Enfrentar la llamada Reforma del Estado que sólo llevó a brutales procesos de desregulación, privatización y desmontaje de las capacidades de gestión pública.
  2. Como respuesta a la brutal disolución que éste sufrió durante más de una década de hegemonía neoliberal, se impone ahora el fortalecimiento del Estado con base en la participación del ciudadano en los asuntos públicos,
  3. Hay que cuestionar la apología al libre comercio per se, como si sólo esto bastara para garantizar automáticamente el avance hacia mayores niveles de crecimiento y bienestar colectivo.
  4. Sin una clara intervención del Estado dirigida a reducir las disparidades entre países, la libre competencia entre desiguales no puede conducir sino al fortalecimiento de los más fuertes en perjuicio de los más débiles.
  5. Profundizar la integración latinoamericana requiere una agenda económica definida por los Estados soberanos, fuera de toda influencia nefasta de los organismos internacionales.

2.4.3.  Estructura del Alba.

El ALBA cuenta con una estructura orgánica. La máxima autoridad es el Consejo de Presidentes del ALBA.  También existe un Consejo de Ministros que se estructura en tres áreas: el Consejo Político, el Consejo Social y el Consejo Económico. En el mismo nivel jerárquico se encuentra el Consejo de Movimientos Sociales, actualmente en etapa de organización. Para articular estas instancias se creó una Comisión Política y la Coordinación Permanente del ALBA. Las Mesas Técnicas del ALBA son los espacios para el diagnóstico, elaboración, ejecución, evaluación y seguimiento de proyectos por áreas.

2.4.4. EL Consejo de Movimientos Sociales del ALBA

Es el espacio que permite la participación popular en la construcción del ALBA, concibiéndose a los pueblos como el principal motor de la unidad. El Consejo de Movimientos Sociales del ALBA está en etapa de definición, siendo los movimientos sociales de los países del ALBA responsables de su organización, la cual deberá incorporar a los movimientos sociales de los demás países de Nuestra América.

2.4.5. El Desarrollo Endógeno en el ALBA

La noción neoliberal de acceso a los mercados se limita a poner medidas para reducir el arancel y eliminar las trabas al comercio y a la inversión. Es libre comercio entendido en estos términos solo beneficia a los países de mayor grado de industrialización y desarrollo. De hecho, abundan los estudios científicos en los que se demuestra de manera irrefutable que la aplicación de las pautas actuales de la globalización y sus expresiones hemisféricas o regionales ha dado al traste con las aspiraciones de un verdadero desarrollo endógeno en cualquiera de los países del continente. Los grandes acuerdos de integración deberían quedar por el contrario supeditados a los objetivos del desarrollo endógeno.
 La escasa diversificación de la oferta regional, hoy existente, sentencia desde ya que el ALCA no podrá ser la oportunidad para alcanzar un tipo de desarrollo en que se armonice el crecimiento económico con una creciente calidad de vida y grado de bienestar para nuestros pueblos. Podrán crecer las inversiones y las exportaciones, pero si estas se basan en la industria maquiladora y la explotación masiva de la fuerza de trabajo, sin lugar a dudas, que no podrá generar el efecto multiplicador sobre los encadenamientos sectoriales, no habrá un efecto multiplicador en los sectores agrícolas e industrial, ni mucho menos se podrán generar los empleos de calidad que se necesitan para derrotar la pobreza y la exclusión social.
En consecuencia, urge una propuesta alternativa basada en la solidaridad. Se trata de ayudar a los países más débiles a superar las desventajas que los separan de los países más poderosos del hemisferio[12]. Y esto, no solo depende de los cambios en las condiciones de competencias imperantes, sino también de la solidaridad entre los pueblos y sus gobiernos del continente a la hora de corregir estas asimetrías. Solo así, un área de libre comercio podrá ser una oportunidad para todos, es decir, una alianza a ganar.

2.4.6. Propuesta del ALBA para el sector de la Agricultura

La exigencia de reducción de las políticas proteccionistas y de los masivos subsidios que otorgan los principales países industrializados no puede convertirse en una exigencia generalizada de liberalización de comercio de productos agrícolas. Para muchos países de América Latina y El Caribe, la actividad agrícola es fundamental para la supervivencia de la propia nación. Las condiciones de vida de millones de campesinos e indígenas se verían muy afectados si ocurre una inundación de bienes agrícolas importados, aún en los casos en los que no exista el subsidio. La producción agrícola es mucho más que la producción de una mercancía. Es, más bien, un modo de vida. Es el fundamento básico para la preservación de opciones culturales, es una forma de ocupación del territorio, define modalidades de relación con la naturaleza, tiene que ver directamente con los temas críticos de la seguridad y la soberanía alimentaria. Por lo tanto, no puede ser tratado como cualquier otra actividad económica o cualquier producto. La seguridad alimentaria, para los países de Latinoamérica, deberá alcanzarse desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna, entendiéndose como tal la proveniente de las actividades agrícola; pecuaria, pesquera y agrícola.
 La producción de alimentos es de interés nacional y fundamental al desarrollo económico y social de la nación. A tales fines, el Estado dictará las medidas de orden financiero, comercial, transferencia tecnológica, tenencia de la tierra infraestructura, capacitación de mano de obra y otras que fueran necesarias para alcanzar niveles estratégicos de autoabastecimiento. Además, promoverá las acciones en el marco de la economía nacional e internacional para compensar las desventajas propias de la actividad agrícola. Parte importante de la pobreza y la marginalidad de nuestros pueblos se concentra en la población que habita las zonas rurales que subsiste con base en la actividad agrícola o actividades alrededor de la agricultura. Esa población es, finalmente, la más castigada con el des-balance de partida para la negociación de la agricultura y lo sería más si se excluyeran de la negociación los aspectos que más la perjudican.
La seguridad alimentaria de la que gozan los países desarrollados del hemisferio, que hoy se nos niega a los países en desarrollo al querer limitar el margen de acción para sus políticas, es fruto de medio siglo de políticas de apoyo sistemático a la agricultura con la cual consiguen distorsión en los precios en los mercados mundiales. Si aún hoy, cesaran tales apoyos, el campo de juego aún permanecería desnivelado: La infraestructura, el aparato productivo y tecnológico establecido y operado en buena parte gracias a los desembolsos de esas políticas todavía nos dejan en desventaja. Por todas estas razones, la situación sobre las negociaciones sobre la agricultura para el ALCA[13] constituye un objeto más de preocupación de gran trascendencia para los países suramericanos. Para el inicio de las negociaciones en 1998, la declaración ministerial de San José estableció, claramente, entre los objetivos de las negociaciones para este sector importante de la producción: eliminar los subsidios a las exportaciones agrícolas que afectan el comercio en el hemisferio, y el de identificar otras prácticas que distorsionen el comercio de productos agrícolas, incluidas aquellas que tengan un efecto equivalente al de los subsidios a las exportaciones agrícolas y someterlas a una mayor disciplina.
También se acordó, por consenso, en la misma oportunidad, que las negociaciones se iniciarían simultáneamente en todas las áreas temáticas. El inicio de la conducción y resultado de las negociaciones del ALCA se deberán tratar como partes de un compromiso único[14] (single undertaking) que incluya los derechos y obligaciones mutuamente acordados. Sin embargo, desde el inicio de la negociación de los textos para el proyecto de tratado, los EE UU manifestaron su reticencia a negociar en el marco del ALCA los subsidios a las exportaciones de productos agrícolas y las ayudas internas que distorsionan el comercio y la producción de productos agrícolas, con inclusión de las medidas con efectos equivalentes a los subsidios a las exportaciones. Se expresa allí la doble moral de las grandes potencias que exigen a los países en vías de desarrollo renunciar al uso de las políticas públicas para promover el desarrollo de sus aparatos productivos mientras que, por otro lado, aplican ruinosos subsidios a favor de sus aparatos productivos. La insistencia en tal posición, a todas luces contraría los principios y objetivos pautados para emprender la conformación del ALCA.
Este tema fue motivo de un gran debate en la última Reunión Ministerial celebrada en Quito, en cuya declaración, finalmente, todos los países reconocieron "la importancia de la agricultura para las economías de la región, cuyo tratamiento integral y no discriminatorio en las negociaciones del ALCA, contribuirá a generar empleo a reducir la pobreza y favorecer la estabilidad social", por lo cual reafirmaron "el compromiso hemisférico con la eliminación de los subsidios a las exportaciones que afectan el comercio de productos agrícolas en el Hemisferio y el desarrollo de disciplina para ser adoptadas para el tratamiento de todas las otras prácticas que distorsionan el comercio de productos agrícolas, incluyendo aquellas que tienen efectos equivalentes a los subsidios a las exportaciones agrícolas", señalando en particular "que nuestra respectiva evaluación, por país o grupo de países, de los resultados de las negociaciones de acceso a mercados en agricultura en el ALCA dependerán del progreso que consigamos alcanzar en los otros temas que son parte de la agenda agrícola."
Este planteamiento fue ratificado de manera práctica por este Comité de Negociaciones Comerciales en su reunión de Puebla cuando instruyó al Grupo de Negociación sobre Agricultura "intensificar los debates sobre todos los temas de su agenda, en particular los referidos a los subsidios a las exportaciones y a todas las otras prácticas que distorsionan el comercio de productos agrícolas, incluyendo aquellas que tienen efectos equivalentes a los subsidios a las exportaciones agrícolas, sin excepción alguna y sin prejuzgar los resultados, al tenor de los mandatos de las declaraciones de Buenos Aires y Quito". Del desarrollo de las reuniones efectuadas desde noviembre del año pasado, puede deducirse, claramente, la insistencia de la negativa de los Estados Unidos a comprometerse con la no reintroducción de subsidios a las exportaciones agrícolas, a trabajar en la regulación de las condiciones de los créditos, garantías de créditos y programas de seguro a las exportaciones agrícolas y a trabajar para la disminución de las ayudas internas a la agricultura.
Entre tanto, para la negociación sobre la eliminación de los aranceles agrícolas se han establecido plazos perentorios que han obligado a muchos países a realizar un esfuerzo importante para cumplirlos. Lamentablemente, los países que han cumplido con puntualidad estas entregas de oferta para demostrar su voluntad de negociar la agricultura, hoy se sienten burlados ante la negativa de los Estados Unidos de eliminar los subsidios que otorgan a su agricultura en el marco del ALCA.
La situación indicada muestra un gran desbalance de gran magnitud en la negociación y una perspectiva de desequilibrio para su final, de persistir el estancamiento en los centrales aspectos señalados. No es aceptable un des-balance de tal naturaleza. No es aceptable que la agricultura se circunscriba, exclusivamente, a la eliminación de los aranceles por parte de los países en vías de desarrollo, mientras las principales potencias se niegan a eliminar los subsidios y ayudas internas.
Los EEUU destinan  miles de millones de dólares anualmente para sostener sus exportaciones y la producción de su agricultura, ocasionando fuerte distorsiones en el precio de los productos agrícolas en los mercados mundiales. Aunque se eliminen las barreras arancelarias para las exportaciones latinoamericanas, es imposible competir con esos precios subsidiados. De esa forma se impide o dificulta el acceso efectivo de los países latinoamericanos a los mercados del hemisferio. Los productos subsidiados compiten, deslealmente, en estos  mercados internos y la ventaja que ya tienen se hace mucho mayor al eliminar los aranceles en los países de Latinoamérica.
 Es así como eliminan la posibilidad de  los terceros países para los productos agrícolas que pudieran de otra forma exportar. Los países latinoamericanos  carecen de la magnitud de los recursos financieros que disponen los países desarrollados[15] para apoyar la agricultura. Lo que tienen son instrumentos de política para apalear los efectos  de las distorsiones de los precios internacionales, instrumentos que se les solicita eliminar con las negociaciones de acceso a los mercados. Solamente, el enorme contraste en el tamaño de las economías que integran el continente, los sitúa en desventaja.
Mientras el tamaño de sus mercados significa muy poco para la expansión de la agricultura de los países desarrollados, solo una pequeña fracción de aumento o desvío de las exportaciones hacia estos países, significa una conmoción de precios y el derrumbe de la posibilidad de sustento para una parte importante de esta población. Países desarrollados que no desean eliminar subsidios[16] y medidas de efectos equivalentes, no desean disminuir en forma sustancial como disciplinar ayudas por temor a la pérdida de sus mercados, fuera del continente, en algunos casos proponen proceder solo luego de negociarlo en el ámbito multilateral.

2.4.7. Críticas al ALBA

Se podría mencionar una serie de debilidades que afectan a esta propuesta. Una de las más importantes sería la misma crítica que se le hizo al ALCA sobre la falta de consulta y consenso entre los distintos actores sociales involucrados en la región, ya que, no se han convocado a los actores involucrados en este tipo de iniciativa para discutir  esta propuesta. Además de la naturaleza de la iniciativa con un fuerte peso unilateral, podría ser otra debilidad por ser convocada únicamente por Venezuela, sin consultar de forma amplia a ninguno de los socios comerciales de la región. Más bien parecería tener una impronta más ideológica que comercial. Otra crítica es que el ALBA refleja un fuerte enfrentamiento entre Venezuela y Estados Unidos, creando un clima de tensión y confrontación donde los países de la región “necesariamente” deberían decidir, si está a favor o en su contra. Esto llevo al presidente Lula de Brasil, a sostener que no se debe hacer ideología con las relaciones comerciales y que Hugo Chávez presidente de Venezuela, debería recordar que su país le vende el 85% de su producción de petróleo a Estados Unidos.
Con lo precedentemente enunciado la propuesta del ALBA podría ser percibida como contradictoria más que complementaria. La otra propuesta de integración, como UNASUR fue la principal iniciativa de la diplomacia brasileña, gestada desde época de Fernando Cardoso, posteriormente institucionalizada por el Presidente Lula da Silva en el marco de la III Reunión de presidentes de América del Sur, en Cuzco, Perú (2004) con el nombre de Comunidad Sudamericana de naciones[17] (CSN).
Todo parece indicar que el ALBA y la UNASUR expresan las disputas por el liderazgo efectivo  en la región.  La propuesta del ALBA se orienta a replantear el modelo de integración mediante mecanismos que promuevan un desarrollo económico y social dirigido al combate de la pobreza y la exclusión social que eleven la calidad de vida de los pueblos latinoamericanos. Sus principios rectores encajan dentro del concepto de desarrollo endógeno, desarrollo hacia adentro promovido durante la década de los años sesenta en América Latina y cuyos pilares están en lo cultural, lo social, los desarrollos cognitivos y lo humano, con un fuerte sello nacionalista y antiestadounidense.
Para concluir, podríamos decir que el discurso predominante del ALBA, pareciera ser un discurso estricto de Venezuela y Cuba, ya que parece favorecer más a la autarquía y a un desarrollo endógeno que a otras formas de desarrollo. La viabilidad del desarrollo en el contexto de la globalización parece estar más ligada a los grandes mercados internacionales, que impulsan el desarrollo económico con políticas sociales efectivas que ayuden a disminuir la pobreza, la inequidad, y las desigualdades en contexto democrático[18]. 

2.5. Área de Libre Comercio Sudamericana (ALCSA)

La propuesta del Área de Libre Comercio de Sudamérica[19] (ALCSA), presentada oficialmente por el Presidente de Brasil, Dr. Itamar Franco, en Octubre de 1.993 durante la VII Reunión de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río en Santiago de Chile, planteó la posibilidad de establecer una zona comercial dinámica, con presencia en dos océanos, que potenciara sus ricos recursos naturales y mejore su posición económica a través de la integración y el libre comercio. El ALCSA, en 1.993, se formuló con el objetivo de mejorar la posición negociadora de Brasil en el contexto de una eventual zona de libre comercio americana. Así mismo, la administración del Presidente Fernando Henrique Cardoso (2000) mantuvo el mismo objetivo estratégico al buscar el logro de un Acuerdo de Libre Comercio entre la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Así, es necesario destacar que, cuando hablamos de ALCSA, lo hacemos refiriéndonos al proyecto presentado durante la Presidencia de Itamar Franco[20] (febrero 1994) y que en Brasil se persigue un mismo objetivo estratégico con la conformación de un espacio económico sudamericano a través de la firma de un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR. En consecuencia, una posible integración sudamericana[21] se haría sobre la base de los dos bloques comerciales existentes en la sub-región, la CAN y el MERCOSUR. Ambos constituyen procesos importantes, pero que presentan notorios fallos  que han incrementado los inconvenientes propios de los procesos que involucran la participación de varios actores.
Por integración económica, entendemos el proceso en el que diversas economías nacionales incrementan su complementación buscando aumentar sus beneficios. La integración económica constituye una estrategia comercial y política, cuyo objetivo es el desarrollo y fortalecimiento económico lo cual implica un incremento en la interdependencia económica. Bajo iniciativa de El Libertador Simón Bolívar, el Congreso de Panamá es el antecedente ideológico más importante que en materia de integración existe en el continente americano, en especial para los países de América Latina.
El libertador Simón Bolívar planteó la necesidad de unión, no sólo en lo económico, sino también en lo político de la América Española, para así poder hacer frente a los desafíos que deberían enfrentar los nacientes estados independientes teniendo muy en cuenta la presencia de los EEUU en el continente. Entre 1.960 y 1.980, la integración económica en América Latina tuvo momentos importantes. El primero, la creación de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) en 1960 por el Tratado de Montevideo, que no pudo alcanzar el objetivo de lograr un mayor intercambio comercial entre sus miembros.
En ese mismo año, se estableció el primer Acuerdo de Integración sub-regional de América Latina, el Mercado Común Centroamericano (MCCA). En 1.975, con un fuerte apoyo del Presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez, se creó el Sistema Económico Latinoamericano (SELA) con los objetivos de promover un sistema de consulta y coordinación para concertar posiciones y estrategias comunes de América Latina y el Caribe, en materia económica, ante países, grupos de naciones, foros y organismos internacionales, así como impulsar la cooperación y la integración entre países de América Latina y el Caribe. En 1.980, por el Segundo Tratado de Montevideo, se creó la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), que pese a la crisis económica que comenzaba a afectar a la región tuvo un papel más dinámico que su predecesora.

2.5.1. Los objetivos de la ALADI

Los objetivos de la ALADI se centran en:

  1. Promocionar y regular el comercio recíproco, complementación económica y búsqueda de ampliación de mercados.
  2. Crear en forma progresiva un Mercado Común Latinoamericano.
  3. Regular y fomentar el comercio agropecuario intra-regional.

            América del Sur reúne a cinco economías de importante nivel de desarrollo, catalogadas en el Reporte de Desarrollo Humano de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 1.999, como mercados emergentes: Argentina, Brasil, Colombia, Chile y Venezuela. Estos cinco países representan el 91,03% del Producto Bruto Interno (PBI), el 89,03% de las exportaciones, el 81,2% de la superficie, el 98,9% de las importaciones y el 83,9 % de la población total del sub-continente. Estas cifras tornan evidente que un eventual acuerdo comercial en América del Sur, impactaría en la creación y posterior funcionamiento del ALCA, debido a que un acuerdo hemisférico, tendería a incrementar el poder de negociación de la región y no podrá generar menos comercio que el existente antes de su funcionamiento.
 La influencia que el ALCA tendría para estos cinco países no sería similar. Colombia y Venezuela tienen, debido a su vecindad, una relación comercial histórica con EE.UU, lo que unido a sus vínculos con México en el Grupo de los Tres (G3)[22], hace que el NAFTA[23] sea un mercado importante. Venezuela, a través del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) de EE.UU, coloca 4.400 productos libres de pago de arancel en el mercado estadounidense, muchos de los cuales son manufacturados y semi-manufacturados, rubros agropecuarios e industriales primarios. Simultáneamente, constituye una alternativa para el primer y segundo proveedor de petróleo de EEUU, hecho que lo convierte en el país suramericano que dirige el mayor porcentaje (44%) de sus exportaciones al mercado de ese país.  Chile[24]es el único país latinoamericano de América del Sur que no participa como miembro pleno de algún bloque económico de integración, sólo está asociado al MERCOSUR. La economía chilena juega un papel muy importante en el desarrollo del libre comercio en la región sudamericana y continental, debido a que es una economía acostumbrada desde hace más de veinte años a competir en el comercio mundial.
Dentro de América Latina, Chile es el país con mayores posibilidades de integrarse al NAFTA, ya que posee Acuerdos de Libre Comercio firmados con Canadá y México con una estructura muy parecida al proceso de integración antes mencionado. La posible adhesión de Chile al NAFTA podría cambiar el escenario de las negociaciones hemisféricas, debido a que la propuesta de Brasil perdería a un país importante económica, comercial y políticamente, facilitando al gobierno de EEUU la imposición de su criterio en las negociaciones. Argentina y Brasil, las dos principales economías del MERCOSUR, representan aproximadamente el 53,4% de las exportaciones y el 76,29% del PBI de América del Sur, según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
            La propuesta de creación del ALCSA, en 1.993, se enmarca como lo indica el análisis introductorio precedente en la necesidad de Brasil, como principal economía sub-regional y del MERCOSUR, de obtener una posición más ventajosa en defensa de sus intereses en materia de libre comercio hemisférico y no ver disminuida su condición de pequeño “Global Trader". Las reformas que han implementado los países de América Latina, y en especial los países de América del Sur, con el objetivo de incrementar su participación en el comercio mundial, han generado beneficios económicos a ciertos sectores de sus economías, así como también ha originado demandas por parte de aquellos sectores que se han visto perjudicados en el proceso.
El Estado, en América Latina, se encuentra con dificultades para satisfacer las demandas de los sectores que se han visto afectados con los procesos de apertura y liberalización comercial, ya que la participación en el orden monetario internacional restringe su elección de políticas internas financieras y de empleo.  Los países de América del Sur, después de las dos guerras mundiales, se vieron obligados a establecer mayores vínculos económicos, incrementando así el nivel de interdependencia entre cada uno de ellos y los EEUU.
América Latina y, en especial, América del Sur, juega un papel importante para ciertos grupos económicos de los EEUU. La región es, actualmente, la única del planeta con la cual este país tiene un saldo favorable en su balanza comercial, lo que se pone en evidencia con el paulatino incremento de las inversiones extranjeras directas (IED) estadounidenses que superan ampliamente a las inversiones provenientes de la UE y Japón. Igualmente, América del Sur es un importante proveedor de materias primas y energéticas a EEUU, lo que le ha garantizado durante décadas la provisión de los insumos necesarios para su desarrollo industrial. La necesidad de expandir su presencia en el mercado sudamericano se entrelaza con la necesidad de política exterior de afianzar sus vínculos comerciales y establecer con el ALCA o la nueva alternativa ALBA, el principal bloque económico del mundo.

2.5.2. La integración Regional y el mercado Internacional
           
            La propuesta brasileña del ALCSA, en 1.993, y las actuales negociaciones de acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR surgen como una respuesta al interés de EE.UU de establecer una zona de libre comercio en todo el continente. En el área fiscal, la influencia de la política monetaria de EEUU afecta en forma importante las finanzas y mercados de la sub-región.
 Esta influencia es más evidente en países como Ecuador y El Salvador, cuyas economías están dolarizadas. En Argentina,  su moneda tiene una paridad fija con el dólar a través de la Ley de Convertibilidad, y en Panamá, circula libremente la moneda local (Balboa) y el dólar estadounidense. Poco se podría entender de la integración hemisférica, en especial de la posibilidad de construcción de un espacio económico sudamericano, si no consideramos el rol del Estado y del Mercado en el ámbito global y, en particular, en América latina, el contexto ideológico económico que envuelve a esta nueva etapa de la integración. En los países latinoamericanos, este proceso de formación del Estado tuvo etapas muy diferentes. Estas explican, en parte, las dificultades que la región enfrenta hoy ante la integración. América Latina no transitó las etapas clásicas del proceso de formación del Estado, sino que pasó de las comunidades indígenas al capitalismo incipiente español.
En América Latina, se puede hablar de Estado jurídicamente después de la independencia de España y Portugal en el siglo XIX. Este proceso pudo crear el interior de cada ex –colonia profundos disensos, divisiones e incluso acentuó la desarticulación entre centros económicos locales (generalmente capitales y ciudades portuarias) y el resto del territorio. Esta desarticulación marcó el desarrollo desigual en lo interno e incluso pudo influir en la concentración poblacional en centros urbanos, dejando fronteras vacías, que en la etapa actual de integración para algunos teóricos es aún un obstáculo a superar. El rol del Estado[25] en América Latina se enfrenta con múltiples y complejos desafíos. Éste se ve afectado tanto por las consecuencias propias de la globalización, como por una aguda crisis de representación y gobernabilidad, debido a la falta de credibilidad de la clase política, un elevado endeudamiento y niveles de pobreza, exclusión y desigualdad alarmantes.
Es así como la integración surge como una buena alternativa para enfrentar estos desafíos, apuntando a una mejor inserción en la economía internacional, siempre y cuando los gobiernos prevean el impacto social que un proceso de apertura económica implica.
Los países de América del Sur han llegado a la adopción de políticas neoliberales en forma casi forzada debido a su coyuntura económica en deterioro e impuestas por los centros financieros internacionales: los EE.UU y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el denominado Consenso de Washington (apertura económica, deuda externa, captación de inversiones), obviamente estas políticas económicas han sido reiteradamente criticadas en sectores de dirigencia política.
Todas las reformas que se han realizado en la última década en el ámbito político y económico han estado orientadas hacia el mercado y han buscado mejorar la eficiencia económica de cada uno de los países. Es en este contexto en el que surge el MERCOSUR, como el relanzamiento del Pacto Andino (convirtiéndose en Comunidad Andina de Naciones), con los procesos de reformas políticas y económicas neoliberales. La CAN, con un perfil más institucionalizado y menos comercial, se reforma estableciendo mecanismos que lo ayudaron a adecuarse al nuevo contexto económico hemisférico y mundial. Este proceso de liberalización comercial fue acompañado, en ambos casos, con reformas en las áreas tributaria, financiera, laboral, así como el proceso de privatización y cambios en el sistema previsional.
Todo este proceso se ha venido manifestando, con el objetivo de presentar individual y colectivamente un atractivo a la captación de inversiones extranjeras. En este sentido, en el caso de Brasil mantiene la posición que el ALCA no debe significar el aislamiento de las economías de América Latina con otros mercados, es decir, tener otras oportunidades de inserción internacional a través de acuerdos bilaterales y sub-regionales de integración y libre comercio. Por lo tanto, Brasil mantiene que el ALCA debería ser implementada después de que el MERCOSUR haya sido consolidado y extendido al resto de América del Sur, ya que la integración hemisférica no sería en los términos planteados por EE.UU, consistentes con sus intereses nacionales en el corto plazo. En el comercio exterior de Brasil, América Latina se ha convertido paulatinamente en un comprador importante de sus productos manufacturados, con lo que la posible pérdida de participación de estos productos brasileños con productos de EE.UU, Canadá o México, en mercados como los de sus socios del MERCOSUR y los países miembros de ALADI, hace que el logro de sus metas con un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR sean importantes. Por esto, es evidente que la construcción de un espacio económico sudamericano a través de un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR para Brasil cobra mayor importancia, debido a que la construcción de un área de libre comercio sudamericana sin la presencia de EE.UU y con el peso de la economía de Brasil haría que el resultado de las negociaciones sea ampliamente favorables a sus intereses, los cuales podrían posteriormente defenderse con más fuerza en el ALCA.
En este sentido también, vemos como el ALCA multilateraliza el conflicto de intereses de EE.UU y Brasil, representando para ambos una oportunidad única de poder preservarlos. Los EE.UU han logrado encontrar protagonismo apoyado por una parte del Caribe Insular, Chile, Colombia, Ecuador, Uruguay, Canadá, México, los países de América Central, Brasil, y el MERCOSUR como su plataforma de negociación, con apoyo de Venezuela y ha establecer un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR.
Con el ALCSA en 1.993, se buscaba una mejor posición en las negociaciones hemisféricas. Este interés en la región se debe igualmente al perfil de las exportaciones a estos países que son de un alto valor agregado, con lo cual es importante para Brasil consolidar e incrementar su presencia en América del Sur. En el desarrollo de construcción de un espacio económico sudamericano, Brasil obtuvo su primer éxito el 04 de marzo de 1.994 en Buenos Aires, a través del comunicado conjunto de los ministros de economía y finanzas del MERCOSUR, en el cual confirmaron el apoyo completo a la liberalización comercial entre los países de América del Sur como un fin en sí mismo, para facilitar la entrada de la economía de la región al hemisferio y al mundo, designando a Brasil para negociar esta decisión con los países de la CAN.
Es importante resaltar que en 1.993, cuando se presentó el proyecto del ALCSA, se procediera sobre la base de un programa recíproco de reducción tarifaría y de eliminación de restricciones no arancelarias que influyen directamente sobre el comercio sub-regional con excepción del área de servicios, una reducción de alrededor del 80% del valor del comercio. Desde el lanzamiento del ALCSA en 1.993, Brasil dejó fuera, en un primer momento, este importante sector de su economía, ya que planteó una desregulación sólo del comercio de bienes. En las actuales negociaciones de construcción de un espacio económico sudamericano a través de un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR, el área de servicios está dentro de la negociación.

2.5.3. Objetivos y  propósitos del ALCSA
           
Dentro de los Objetivos del ALCSA se puede mencionar:

  • Consolidación y profundización del MERCOSUR, en el corto plazo.
  • La construcción de un espacio económico sudamericano, profundizando la cooperación existente en América del Sur y el logro un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR.
  • Aproximación América del Norte en negociaciones entre bloques.

            El propósito es obviamente  fortalecer a la región frente a Estados Unidos. Según Marcelo Da Almeida Medeiro[26] (2000), al promover el ALCSA Brasil se propone erigir un bastión que:

  • Hable con una solo voz frente a Estos Unidos.
  • Se oponga a la estrategia de Estados Unidos de diluir los grupos regionales latinoamericanos para favorecer una lógica bilateral y centrífuga.
  • Pueda implementar el peso táctico de la américa meridional en el diálogo con sus socios asiáticos y europeos.
  • Permita la consolidación de las relaciones económicas intrarregionales.

Los dos últimos factores señalados por Da Almeida Medeiros no deben soslayarse en forma alguna. Brasil ha utilizado al Mercosur[27] como el marco para desarrollar un ambicioso programa de negociaciones comerciales con la Unión Europea (UE), cuyo objetivo es crear una zona de libre comercio birregional. El Mercosur no ha ocultado su interés en negociar con la comunidad para el desarrollo del sur de África (SADC, por sus siglas en inglés), con Australia y Nueva Zelanda. En medio de esta agenda global de negociaciones, el ALCSA podría incrementar el poder de negociación de los países del Cono Sur. Especialistas como, Fairlie Reinoso (2000), plantean que un eventual ALCSA podría ser el marco para negociar un acuerdo de libre comercio entre los países de la región sudamericana y la UE.  El ALCSA serviría también para consolidar a América del Sur como un espacio económico unificado. A pesar del creciente dinamismo del comercio y de las inversiones intra Mercosur e intra CAN, el intercambio interbloque es mínimo.
El ALCSA puede dinamizar los intercambios entre ambos bloques. ALCSA sería un mecanismo para continuar este proceso de integración física ya iniciado por Brasilia, que permitirá no sólo el incremento en los flujos de comercio, sino también la inclusión de las regiones periféricas de estos países a la dinámica económica nacional.
Del análisis realizado, se evidencia la existencia de posiciones diversas y no pocas veces contradictorias con relación al proyecto de crear un espacio sudamericano de libre comercio. Estas contradicciones derivan en buena medida del escenario de un eventual ALCA, un proceso que atrae más a los países de la región que han tenido una tradicional y cercana relación comercial con Estados Unidos. 
En la realidad, el proyecto brasileño tiene aún muchos obstáculos que superar. El poco entusiasmo de países como Colombia, la ambivalencia de Ecuador,  Perú y el pragmatismo chileno, demuestran que el consenso en torno al ALCSA es todavía débil. El fondo del asunto radica en una suerte de convicción al interior de estos países sobre la mayor conveniencia de ingresar al ALCA. Su enorme dependencia del mercado estadounidense les induce a ser escépticos con la propuesta brasileña, si ésta implica un conflicto con Washington y su proyecto hemisférico. Estos distintos enfoques sobre las interacciones entre el ALCA y el ALCSA han incidido en el proceso de construcción de un nuevo regionalismo sudamericano. Para los países con un intercambio comercial importante y cuantiosas inversiones con Estados Unidos, si se produce una contradicción entre el ALCSA y el ALCA, optarán por este último. En los países con relaciones comerciales e inversiones más diversificadas, como los del Mercosur, se optará por la unión sudamericana. A esto se debe sumar el elemento político, pues Brasil y sus socios del Mercosur plantean un proyecto regional autonomista, mientras que en Venezuela la retórica anti-unipolar del actual gobierno explica su apoyo al ALCSA, a pesar de la abrumadora importancia del comercio y las inversiones con Estados Unidos. 

3. La Propuesta del SUCRE como Moneda Única para los Sudamericanos.

3.1 El Sistema Único de Compensación Regional (Sucre).

Es el nombre de la unidad de cuenta común que acordaron adoptar los presidentes y representantes gubernamentales de los países miembros de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA). Los presidentes miembros del ALBA firmaron el  16 de octubre 2009, como parte de la VII Cumbre del bloque[28], el tratado constitutivo para aplicar la moneda común Sucre[29] y realizar intercambios comerciales intrarregionales.
La moneda adoptada por los miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América Latina (ALBA) entró en vigor el 28 de enero de 2010. La unidad comenzó con un valor de 1,25 dólares y el propósito es facilitar las transacciones entre los países del ALBA y para el futuro sustituir la divisa estadounidense en el comercio entre los integrantes del bloque. La intención es, primeramente, tener una unidad contable para que poco a poco se fortalezca y forme una unidad de reserva. 
Ecuador y Venezuela empezaron a negociar utilizando el Sistema Único de Compensación Regional (SUCRE). Esta moneda virtual sirve solo para comercializar a través de los Bancos Centrales de los dos países. El Sistema de Compensación[30] es una modalidad de comercio que beneficia a Ecuador y a los países de América Latina que participarían en el sistema porque, en primer lugar, no se necesitará dólares de manera inmediata para poder comercializar y eso de alguna manera protege del ámbito del dólar que ha estado en los últimos meses en una profunda crisis. Los beneficios que tiene que aplicar el sistema,  generar menor presión en la balanza de liquidez y en las balanzas comerciales en los países; permite tener más autonomía en la política monetaria, es decir, cambiaría porque se está comercializando con propias monedas. En el caso de Ecuador, como se usa el dólar como moneda corriente, se les pagará a los exportadores ecuatorianos en dólares.
Pero los importadores ecuatorianos no necesitan contar con dólares para poder importar porque se hace la transacción con esta moneda virtual (SUCRE) de Banco Central a Banco Central. En cuanto a las transacciones con los países, de momento está abierta la herramienta para usarla con Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua, que son países que forman parte del ALBA[31] (Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América). Pero, por ejemplo, hoy día, hay un llamado de la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración) donde están viendo posibilidades de reactivar mecanismos de compensación. Esto parece lógico porque los países de América Latina se dan cuenta, o simplemente ven que es muy buen negocio poder hacer transacciones comerciales en sus propias monedas:  Brasil, en reales;  Argentina, en pesos; Perú, en soles, etc. La ALADI  puede convertirse en un mecanismo de compensación para América Latina. Por lo tanto, el SUCRE será utilizado por cualquier país del Sur porque el objetivo es poder comercializar con monedas de los propios países y las transacciones con los Estados Unidos solo se utilizaran el dólar de los Estados Unidos Americano. Lo que no es lógico es que se utilice el dólar en Brasil, en Perú, Chile, Bolivia y en Colombia porque se puede comercializar con monedas propias.
Esta primera experiencia que se consideraría exitosa abre la puerta para que genere un sistema de compensación en América del Sur. En los casos de Brasil y Argentina tienen un sistema de compensación, pero es un sistema de compensación de muy poco tiempo, dura apenas uno o dos días, así que tienen que compensar los saldos en uno o dos días. En el caso del SUCRE, es mucho mayor el tiempo y nos permite tener una holgura para poder tener transacciones comerciales que luego se compensan en dólares, en bolívares o en la moneda que comercialicemos. El tiempo en el cual se compensa lo decide el Consejo Monetario Regional, es una decisión de carácter político. El planteamiento ecuatoriano es que todo el comercio exterior con Venezuela se pueda negociar a través de esta herramienta de transacción. Ese es el objetivo del gobierno ecuatoriano.
El presidente Rafael Correa[32] se lo ha planteado al presidente  Hugo Chávez. Se espera que en el futuro inmediato pueda ser así y que todo el comercio exterior de lado y lado se compense en el SUCRE. Se está proyectando que cooperativas también podrían ingresar al sistema y comercializar con Venezuela, lo que está en proceso de apertura, lo que es muy prometedor. Esto es totalmente novedoso, pues, antes, el Banco Central era patrimonio de la banca privada, ahora, el Banco Central está al servicio de la mayoría del pueblo, de los bancos privados, de las cooperativas reguladas y de las cooperativas no reguladas que son una cantidad inmensa que hacen parte de una red financiera. Por ejemplo, la red financiera rural o las redes financieras urbanas de sectores mucho más vulnerables que en pasado han estado excluidos. Se estima la cantidad de productores que se puedan beneficiar de este sistema prácticamente podría ser toda la producción, por ejemplo: si hay excedentes de arroz que en el pasado no han sido fácilmente vendidos por una seria de problemas, hoy podrían ser fácilmente vendidos, porque tanto Venezuela para hablar en concreto, como Cuba están hoy mismo demandando una gran cantidad de arroz.
En cuanto a la garantía del pago de los productores que utilicen este sistema sería inmediato. El acuerdo dice que  los importadores venezolanos no pasarían por la cantidad de trámite que solían pasar en el pasado. El pago se hace a través de su cooperativa o de su banco que tenga cuenta en el Banco Central en un plazo no mayor a tres días. Además de los productos, del arroz y la urea, serán todos los productos alimenticios y muchos productos que empiecen a demandar estos nuevos mercados: Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Cuba, etc. Como pueden también entrar productos de calzado, de  alimentos, de  bebidas, de utensilios domésticos, de madera, y una gran cantidad de productos donde  Ecuador tiene potencia productiva importante.
Se realizó la primera comercialización del SUCRE con Venezuela porque este país es el gran mercado de importación de este momento. Venezuela es el que está sustituyendo el comercio que antes tenía con Colombia, que es un flujo comercial muy grande y está abriendo ese espacio que ya no lo hace con Colombia a otros países.
Como consecuencia, cabe aclarar, que esta es una moneda virtual entre bancos centrales, es una moneda de compensación, esta no es una moneda de uso corriente, esto no lo van a utilizar ni las personas, ni las empresas. Es una moneda de compensación entre Banco Centrales, en todo caso al sistema ecuatoriano no le afecta de ninguna manera, para alterar su moneda del dólar al SUCRE, como tampoco le afecta a otros países, como Venezuela, que no  va a cambiar los bolívares por sucres. Es una moneda de Bancos Centrales, no de uso corriente. Este sistema de compensación se ha negociado en el marco del ALBA y fue una propuesta del gobierno ecuatoriano y el gobierno venezolano. Esto también es importante realizándose en un plazo récord menor de 18 meses, algo que parecía un sueño es ahora una realidad. Quien lo propuso lo ha incentivado. El gobierno de Ecuador  también propuso la idea del Banco del Sur[33] o está impulsando ahora el Fondo Común de Reservas que se ha hecho realidad en 18 meses, con buen proyecto, un gran apoyo político y una gran eficiencia técnica.
Está ahora en el seno de ALBA[34] y previsiblemente, en muy poco tiempo, esto va a ampliarse para toda América Latina. El objetivo final es que el SUCRE pueda fortalecer el comercio entre los países del grupo y con los otros países de América Latina y Caribe. Sin embargo, es necesario plantear las posibles desventajas que como consecuencia a este proyecto podría suscitar: que es una moneda que nadie la podrá ver porque es virtual. Muchos economistas, desde ya, auguran su fracaso debido a las débiles economías de los países del ALBA. Es también un proceso de política monetaria, sin ciclos. Según catedráticos universitarios, afirman que esto no es nada nuevo, ya que en épocas anteriores entre 1962 y 1992, Nicaragua tuvo también una moneda común con respecto a la región centroamericana al que llamaron “peso centroamericano”, sin embargo, éste no logró mantenerse por la debilidad de las economías centroamericanas. En base a estos criterios, uno de los problemas que se enfrentó en esta región fue que ninguna de las monedas de los países centroamericanos era moneda vehículo, es decir, ninguna era aceptada en el resto del mundo como unidad de cambio.
Algo similar a lo que ocurre hoy en la región latinoamericana, que intenta impulsar el sucre. Es decir, para que una moneda regional tenga éxito, debe pasar primero por varias etapas. Y su éxito depende de los logros y avances en materia regional, comercial y su política económica.  En el caso del euro en la Comunidad Europea, hay una diferencia en relación al sucre sudamericano y el peso centroamericano, y es que en la Unión Europea estaban integrados los países con monedas fuertes como el marco alemán y el franco francés que sirvieron de monedas vehículo. Según el Economista Luis Morillo Catedrático de la Universidad Centroamericana (UCA): La intención es buena, que los países ahorren divisas al realizar transacciones entre ellos, en momentos de crisis, pero ninguna de las monedas es suficientemente fuerte para consolidar una zona de estabilidad monetaria, y la mayor parte de los países del Alba están en vías de desarrollo, con muchos problemas propios, enfrentando una crisis externa e interna, y difícilmente un sólo país que es Venezuela va poder sacarlo adelante. Son países que tienen contratos con el Fondo Monetario Internacional y éste exige que tengan reservas internacionales en monedas vehículos, llámese oro, euro o dólar.














CONCLUSIÓN



            Como se ha desarrollado a lo largo de esta tesis, se ha constatado que durante los últimos años se ha abierto un ciclo de triunfos electorales para la izquierda en diversos países de América Latina. Hugo Chávez, en Venezuela; Luis Ignacio da Silva Lula, y la actual Dilma Rousseff, en Brasil; Néstor Kirchner y la actual Cristina Fernández en Argentina; Tabaré Vázquez y el actual José Mújica, en Uruguay; Evo Morales, en Bolivia; Rafael Correa, en Ecuador y hasta el año 2010 Michelle Bachelet, en Chile, la cual ilustran la existencia de una nueva realidad política en los países de la región. 
            En todos los casos, el común denominador que explica los triunfos de la izquierda en América Latina son los estragos sociales provocados por las políticas neoliberales aplicadas en la región desde inicios de los años ochenta; consecuencias que han provocado que, tanto la ciudadanía como las fuerzas políticas, busquen alternativas para mejorar las condiciones de bienestar de la población. En estas experiencias se encuentran también presentes las diversas maneras en que cada país intenta culminar con sus transiciones democráticas.
 Los parámetros que definen estas experiencias de gobierno de la  izquierda son muy laxos y que, en todo caso, la característica común es que los nuevos gobiernos de la izquierda en América Latina se distinguen por colocar el acento de sus políticas en el intento de eliminar o, al menos, disminuir los rezagos sociales heredados de las políticas de ajuste económico implantadas desde los años ochenta.  
Sin disminuir la importancia de estas orientaciones, todo parece indicar que están llegando tarde, cuando en los países de América Latina se acumulan por lo menos dos decenios perdidos para el desarrollo, a raíz de las políticas de ajuste aplicadas “por recomendaciones” del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Dichas políticas, resumidas en el llamado Consenso de Washington, han abarcado todos los ámbitos de la gestión económica de los Estados: privatización de las empresas paraestatales, austeridad y disciplina fiscal, astringencia monetaria y crediticia, desregulación de los mercados, medidas que han colocado al mercado como el factor decisivo en la orientación económica y político de cada país. 
Las consecuencias de ese modelo económico están a la vista en las definiciones de políticas económicas: transferencia de la riqueza pública a manos privadas; reducción del gasto público como proporción del PIB y, (dentro de esa disminución, la del gasto social fue un rubro muy importante); eliminación de subsidios y de controles de precios (menos el de la fuerza de trabajo que continúa sometido a la política de los topes salariales); aumento de las tasas de interés, devaluaciones, eliminación de aranceles y cuotas de importación para dar paso al libre mercado y apertura a la inversión extranjera, generando una profunda transformación económica en favor de los intereses del capital privado, de manera privilegiada, del capital financiero. 
Esa transformación económica no la podemos caracterizar como un fenómeno pasajero, sino como una recomposición efectiva en todos los órdenes de la sociedad: el político, el económico, el social y el cultural. La pregunta que se deriva de esta situación estructural de los países de América Latina es: ¿cuál es el margen de libertad con el que pueden actuar los nuevos gobiernos de izquierda para cambiar un modelo económico depredador y excluyente?
La solidez y legitimidad de los gobiernos de izquierda son diversas de país a país, según el desempeño histórico que ha tenido cada uno. Pero seguramente, el origen histórico no es suficiente para explicar la naturaleza de sus gobiernos, como tampoco sus perspectivas de éxito o de fracaso, sobre todo porque es muy distinto ser una fuerza opositora a convertirse en la gobernante, pero, sin duda, acercarnos a los orígenes, puede ayudarnos a reflexionar sobre los largos, diversos y también, semejantes caminos que la izquierda ha debido recorrer antes de convertirse en fuerza de gobierno.
En este contexto, es necesario no perder de vista si los triunfos de la izquierda han significado cambio de régimen político, esto es, si se han colocado como protagonistas de las transiciones democráticas en sus países o, simplemente, se trata de cambios de signo político dentro de un mismo régimen. Esta dimensión del análisis, que se considera fundamental para valorar las experiencias de la izquierda, rebasa los alcances de este pequeño trabajo; sin embargo, se hace un llamado de atención sobre la necesidad de profundizar en ella.
Revertir las profundas transformaciones estructurales que los gobiernos neoliberales con o sin dictaduras militares lograron imponer en los países de la región durante los últimos dos decenios, no parece ser la esencia de las políticas de estas nuevas experiencias de gobierno, en todo caso, se estaría intentando “limar las aristas” (arreglando diferencias) al capitalismo que se ha desarrollado en los últimos años, a través de la ampliación de las políticas de gasto social y el combate a la corrupción.
Quizá, la respuesta planteada, precedentemente, se encuentre, entre otros factores, en la capacidad de concertar iniciativas y acciones regionales. Pequeñas tentativas a nivel embrionario de parte de Argentina, Brasil, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Uruguay entre otros países, para lograr acuerdos que desarticulen la iniciativa del ALCA, que nace bajo la hegemonía de EEUU, constituyen experiencias alentadoras en la construcción de caminos distintos a los que hasta ahora ha logrado imponer el capital financiero internacional y  poder de esta manera enfrentar el gran desafío que impone la globalización. 






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5. Página Web







ÍNDICE DEL ABSTRACTO

Prefacio................................................................................................................................ 3
Esquema General................................................................................................................ 5
Abreviación y Siglas............................................................................................................ 8
Introducción....................................................................................................................... 12
Capítulo III........................................................................................................................ 13
1. El Socialismo........................................................................................................... ....... 13
1.1. Antecedentes............................................................................................. 13
1.2. ¿Qué es el llamado Socialismo del Siglo XXI?......................................... 16
1.3. ¿En qué consiste?...................................................................................... 19
1.4. Países seguidores del nuevo Socialismo y su aplicación en
Latinoamérica................................................................................................... 20

2. Posición de  las Organizaciones Internacionales ante los Gobiernos de Izquierda en Latinoamérica........................................................................................................................................ 25
2.1. Las Naciones Unidas (ONU) y los Gobiernos de Izquierda en América Latina   25
2.2. La Organización de Estados Americanos (OEA) y los Gobiernos de Izquierda en América Latina........................................................................................................ 30


Capítulo IV........................................................................................................................ 33
1. La Actual Tendencia Política  de la Izquierda y su Influencia en las Organizaciones Internacionales........................................................................................................................................ 33

2. Organizaciones Internacionales en América Latina................................................... 35
2.1 La Comunidad Andina de Naciones (CAN)............................................. 35
2.2. El Mercosur (MERCOSUR)..................................................................... 39
2.3. El Área de Libre Comercio para América (ALCA).................................. 45
2.4. La Alternativa Bolivariana para América (ALBA)................................... 50
2.5. Área de Libre Comercio Sudamericana (ALCSA)................................... 60
                                                         
3. La Propuesta del SUCRE como Moneda Única para los Sudamericanos............... 69

Conclusión.......................................................................................................................... 74
Bibliografía........................................................................................................................ 76
Índice


[1] Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) fue el primer marco regulador del que dispuso la economía internacional, entró en vigor en 1948, firmado por 23 países responsables del 80% del comercio mundial.
[2] Cf. J.A.SANAHUJA, Del regionalismo abierto al  regionalismo post-liberal. Crisis y cambio en la integración regional en América Latina y el Caribe”, en Laney di Martínez, Lázaro Peña y Mariana Vázquez (coords.), Anuario de la Integración de América Latina y el Gran Caribe nº 7, 2008-2009. Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales. Buenos Aires, 2009, pp. 11-54.
[3] J. BRICEÑO-RUIZ, Escenarios de la Integración regional en las Américas. Venezuela. 1999, pp. 265-295.
[4] La Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) es el foro de integración más antiguo de América Latina. Sus orígenes se remontan a 1960, cuando se creó la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), que fue modificada en 1980 con el Tratado de Montevideo que dio nacimiento a la ALADI. Su adhesión está abierta a cualquier Estado Independiente de Latinoamérica.
[5] J. BRICEÑO-RUIZ, Escenarios de la Integración Regional, pp. 313-397
[6] R. GENEYRO –  M.VAZQUEZ, “El MERCOSUR por dentro”.  Bogotá 2007,  p.46
[7] Un TLC no necesariamente conlleva una integración económica, social y política regional, como es el caso de la Unión Europea, la Comunidad Andina, el Mercosur y la Comunidad Sudamericana de Naciones. Si bien estos se crearon para fomentar el intercambio comercial, también incluyeron cláusulas de política fiscal y presupuestaria, así como el movimiento de personas y organismos políticos comunes, elementos ausentes en un TLC.
[8] Las características finales del ALCA se determinarán mediante negociaciones de los representantes oficiales de 34 países participantes. Las 34 naciones que componen las Cumbre de las Américas son los mismos 34 Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos.
[9] J. BRICEÑO RUIZ – H.GORODECKAS, El ALCA Frente al Regionalismo Sudamericano. Las opciones para Venezuela.  Venezuela. 2006
[10] Cf. En Acuerdo entre el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y el Presidente del Consejo de Estado de Cuba, para la Aplicación de la Alternativa Bolivariana para las Américas: 14/12/2004. ALBA.  Cuba - Venezuela  
[11] Resolución de los Países Miembros de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América sobre el Ingreso como Miembro pleno de la República del Ecuador: 24/06/2009: ALBA 
[12] Cf. R.CORREA, Construyendo el ALBA. “Nuestro Norte es el Sur”. Caracas.  2005
[13] P. SERRANO, ALCA: la economía norteamericana se toma el continente, en Revista Deslinde N° 30. Bogotá. Febrero-Abril /2002. Extracto de la Revista, en El Economista. Mayo-Agosto/2001. Cuba, pp.20-27           
[14] Se reafirma el concepto del acuerdo único, “single undertaking”, que deberá ser negociado en el ALCA. Para guiar las negociaciones intergubernamentales bajo el principio de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”.
[15] Cf. V. BUONOMO, Cooperazione e Sviluppo: le regole internazionali. Bologna. 2005
[16] Cf. N. STANCANELLI – M. REGUNAGA, América libre de Subsidios. Buenos aires. 1994
[17] D. CARDONA,“Tiene futuro la Comunidad Sudamericana de Naciones? En Foreing Affairs en español, vol. 5, n°5, ISN 16665-1707, pp. 84-92
[18] J. ALTMANN, Dossier ALBA: Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe, San José. 2007
[19] J. BRICENO, El área de libre comercio suramericana y sus interacciones con el ALCA. Venezuela. 2002, vol.25, no.29, pp.173-190
[20] Cf. J.G. PORTUGAL, Gestión estatal en el Brasil: El gobierno Itamar Franco 1992-1993.1998
[21] Cf. R. MARIN IBAÑEZ, En publicación: La “Unión Sudamericana” alternativa de integración regional en el contexto de la globalización. Universidad Andina Simón Bolívar, UASB. Ecuador, noviembre. 2000
[22] Grupo de los Tres (G3) 1990-1995.
[23] NAFTA (North American Free Trade Agreement) Lo componen los países de Canada, EE.UU y México. Es una zona del Libre Comercio del Atlántico Norte. 1992-1994
[24] R.DIAZ-ALBONICO,“Realidad Internacional y Desafíos de Chile”, Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile. SICE – OEA, Sección Artículos Internacionales.
[25] H.WOLFGANG,“El fin del Estado-Nación y el Nuevo Orden Mundial. Las Instituciones Políticas en perspectiva”.  En Rev. Nueva Sociedad  N° 132. Caracas. 1995
[26]  M. DA ALMEIDA MEDEIROS, La genèse du Mercosud. Paris. 2000.
[27] R. BERNAL-MEZA, “Sistema Mundial y MERCOSUR: Globalización, regionalismo y Políticas Exteriores Comparadas”. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Argentina. 2000.
[28] En Bolivia los presidentes miembros firmaron como parte de la VII Cumbre del Bloque, el tratado constitutivo para aplicar la moneda común SUCRE (Sistema Unificado de Compensación de Pagos Recíprocos)  y realizar intercambios comerciales intrarregionales. 17/Octubre/2009.
[29] Moneda común que han llamado Sucre, en honor a Antonio José de Sucre, comandante que lideró la independencia suramericana en el siglo XIX.
[30] Cf. R. BAEZ, El Alba y la reorientación del Mercosur, En Contexto Latino Americano. N° 1 septiembre-diciembre. Bogotá. 2006, p.187
[31] En Sistema Económico Latino Americano (SELA): Jefes de Estado y Gobierno del ALBA, El Sistema Unitario de Compensación  Regional (SUCRE): Propósitos, Antecedentes, y Condiciones necesarias para su avance. SP/Di N° 1-09. Enero/2009
[32] Entrevista concedida a Cadena TeleSur: El presidente ecuatoriano defendió la conveniencia de minimizar la necesidad de una moneda extranjera para los intercambios en la región, “lo cual representa un beneficio muy grande y menos dependencia”. 28 junio 2010
[33] Cf.  M.J. MARTINEZ, Banco del sur: lógica o desafío?. Política Exterior n°119, septiembre-octubre. 2007, pp.29-3
[34]  El Portal del Alba (www.alternativabolivariana.org).