PREFACIO
La actual tendencia de
izquierda de los gobiernos en América Latina en la actualidad ha sido un fenómeno
que ha revolucionado no sólo los países que han iniciado este cambio, sino
también a toda la Comunidad Internacional, ya que estos gobiernos de izquierda
con nuevas ideas y proyectos progresistas, nacen y actúan en condiciones diferentes
a las que lo hicieron los gobiernos que durante décadas estuvieron en cada uno
de estos países donde ha ocurrido este fenómeno en América Latina.
Hoy la izquierda accede al poder de acuerdo a las
reglas de la “democracia”, pero aún con las ideas radicales en contra, el así
llamado “imperialismo” y el desacuerdo con algunas Instituciones
Internacionales, la izquierda se ve obligada a establecer alianzas no solo
entre los países latinoamericanos con la misma tendencia, sino que también
debe coexistir con las reglas que impone
la comunidad internacional a los países y a respetar convenios y tratados
Internacionales suscritos.
Los motivos para escoger este
argumento: el interés por la política internacional, la comunidad internacional
y por los problemas actuales de derecho internacional. El problema planteado es
complejo, pero entre otras razones, con esta tesis pretendo hacer un modesto
estudio sobre cuáles son las consecuencias del establecimiento de estas nuevas
formas de gobierno en América Latina, cuáles fueron los motivos para que esto
ocurriera y cuáles son las consecuencias en las instituciones internacionales,
así como, los aspectos económicos y políticos de la integración regional y la
forma como se interrelacionan estos países y determinan la política económica
del nuevo regionalismo Sudamericano analizando, desde un punto de vista
objetivo, las formas de gobierno con sus aciertos y sus errores, e
introduciéndome un poco en las nuevas instituciones internacionales propuestas
por la unión de estos países, las consecuencias y repercusiones que han tenido
las mismas en la comunidad internacional.
Es importante señalar que como
estudiante de esta Prestigiosa Pontificia Universidad Lateranense, me sentí
motivado sobre este argumento, ya que, desde hace varios años, estudié fuera de
mi país y he tenido la oportunidad de seguir desde afuera todos los cambios
políticos, sociales, culturales que se han venido dando, no sólo dentro del
Ecuador, sino también en el resto de América Latina, y he podido tener una
visión amplia y objetiva sobre estos cambios e, inevitablemente, cómo
repercuten los mismos más allá de nuestras fronteras y tocan de cerca a
todas las relaciones internacionales.
ESQUEMA GENERAL
PREFACIO
ABREVIACIÓN Y SIGLAS
INTRODUCCIÓN
Capítulo I
RECUENTO HISTÓRICO DE LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA EN
LATINOAMERICA
1. Antecedentes Históricos
1.1 Argentina
1.2. Bolivia
1.3. Cuba
1.4. Honduras
1.5. Ecuador
1.6. Chile
1.7. Perú
1.8. Venezuela
Capítulo II
NUEVAS REFORMAS CONSTITUCIONALES EN LATINOAMERICA
1. ¿Cuándo se originan?
1.1. Referéndum
Constitucionales
1.2. Consecuencias de los Referéndum Constitucionales
2. Reformas en la Constitución
2.1. Ecuador
2.2. Venezuela
3. Situación actual
Capítulo III
EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI.
1. El Socialismo
1.1. Antecedentes
1.2. ¿Qué es el llamado
Socialismo del Siglo XXI?
1.3. ¿En qué consiste?
1.4. Países seguidores del nuevo Socialismo y su aplicación en
Latinoamérica
2. Posición de las Organizaciones Internacionales ante los
Gobiernos de Izquierda en Latinoamérica
2.1. Las Naciones Unidas (ONU) y los Gobiernos de Izquierda en América
Latina
2.2. La Organización de Estados Americanos (OEA) y los Gobiernos de
Izquierda en América Latina
INTRODUCCIÓN
América del Sur
es una región que ha estado experimentando profundas transformaciones en los
últimos años. La unión que la caracterizó en torno a las políticas económicas
de orientación del mercado durante la década de los años noventa, quedó atrás,
para dar paso a un escenario de cambios políticos que tuvieron su origen con la
aparición de nuevos liderazgos que conmovieron las estructuras políticas,
económicas y sociales de varios países sudamericanos.
Este trabajo se
propone dar a conocer la realidad y la situación actual por la que están atravesando
todos estos países sudamericanos que han transformado de forma dramática sus
estructuras políticas, dando un giro radical a sus modelos de gobierno, de la
Derecha a la Izquierda y la forma en la que han transformado no sólo sus
cimientos jurídicos elementales, como son sus Constituciones, sino también cómo
han trascendido estos países con sus
nuevas formas de gobierno en el contexto regional sudamericano y sobre
las iniciativas de integración ya existentes en la zona, al tiempo que ha sido
un aliciente para el surgimiento de
propuestas a la creación de nuevas
instituciones internacionales.
Así mismo,
propongo realizar un modesto estudio de toda la compleja dinámica de la integración de América del Sur
y sus consecuencias para estos países.
Las recientes iniciativas de integración son procesos
difíciles surgidos de abajo hacia arriba y que se proponen crear un nuevo
sujeto regional que participaría en la gobernanza multilateral y la forma en
que inevitablemente todos estos procesos tienen una incidencia global.
No, faltan
óptimos manuales sobre las nuevas tendencias de gobierno en Latinoamérica y la
incidencia que ha tenido esto en la Comunidad Internacional, pero, con este
estudio, presento un tratamiento equilibrado del tema, y una forma de analizar
el regionalismo sudamericano desde una perspectiva social, política, económica
y su impacto inevitable con las relaciones internacionales. Se tratará de
manera objetiva plasmar la pluralidad de enfoques sobre el
tema con la finalidad de promover la mayor libertad académica, en un
análisis de los cambios que han experimentado estos países en sus estructuras
de gobierno y la incidencia de esto dentro de la comunidad Internacional y las
Organizaciones Internacionales.
Capítulo IV
REGIONALISMO SUDAMERICANO EN LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES.
1. La Actual Tendencia Política de la Izquierda y su Influencia en las
Organizaciones Internacionales
2. Organizaciones Internacionales en América Latina
2.1 La
Comunidad Andina de Naciones (CAN)
2.2. El Mercosur (MERCOSUR)
2.3. El Área de Libre Comercio para América (ALCA)
2.4. La Alternativa Bolivariana para América (ALBA)
2.5. Área de Libre Comercio Sudamericana (ALCSA)
3. La
Propuesta del SUCRE como Moneda Única para los Sudamericanos
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
ÍNDICE
Capítulo IV
REGIONALISMO
SUDAMERICANO
EN
LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES
1. La Actual
Tendencia Política de la Izquierda y su Influencia en las Organizaciones
Internacionales
El
nuevo contexto regional sudamericano ha tenido, obviamente, un gran impacto
sobre las iniciativas de integración existentes en la zona y, gracias a esto,
han empezado a surgir nuevas propuestas para la integración. El nuevo escenario
regional ha incidido en la forma como los países de la región perciben su
potencial incorporación a un Área de
Libre Comercio (ALCA), propuesta de integración liderada por los Estados Unidos
y que se remonta a la primera cumbre de las Américas celebrada en Miami, en
diciembre de 1994. Desde la fase de pre-negociación del ALCA, especialmente a
partir de la reunión de Recife en 1996, eran evidentes las diferencias entre
los países sudamericanos en torno al tema. Brasil y sus socios del Mercado
Común del Sur (MERCOSUR) manifestaban sus reservas ante algunas cuestiones
relevantes como las modalidades de negociación o la inclusión en la agenda de
temas como: la propiedad intelectual, los servicios, las compras
gubernamentales o los aspectos ambientales y laborales relacionados con el
comercio. Frente a esta actitud crítica del Mercosur, los países de la
Comunidad Andina (CAN) y Chile mostraban una posición más cercana a la
propuesta del ALCA. Los cambios políticos de la región han radicalizado esta
división. El Mercosur ha mantenido una actitud crítica frente al ALCA,
considera poco relevante si no incluye la materia agrícola, un tema complejo
debido a las interconexiones que presenta con la Agenda de Doha de la
Organización Mundial del Comercio.
En este sentido, los miembros del Mercosur ratificaron, en la cuarta cumbre de
las Américas del Mar de la Plata, en noviembre de 2005, su escasa disposición a
continuar en las negociaciones del ALCA hasta que temas, como el agrícola, no
sean resueltos a escala multilateral.
A la crítica del
Mercosur al ALCA se sumó, recientemente, Venezuela que, desde el ascenso al
poder de Chávez, ha girado desde una gradual crítica al proceso hemisférico
hasta un rechazo. La elección de Evo Morales, como presidente de Bolivia, añade
un miembro más a este grupo de críticos de la propuesta de integración estadounidense. Colombia y Perú se han alejado de esta
actitud en contra del ALCA a diferencia de sus vecinos sudamericanos. Al contrario de esto, y ante el colapso de la
negociación multilateral del acuerdo hemisférico, estos países han optado por
negociar un tratado bilateral de libre comercio con Estados Unidos, conocido
como el TLC. Este escenario ha incidido en la evolución de los dos procesos de
integración más importantes de la región: la Comunidad Andina de Naciones (CAN)
y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).
Esta complejidad, en el panorama de la integración en América Latina del
Sur, se completa con la creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones
(CSN), iniciativa brasileña que se propone establecer un espacio de integración
económica y cooperación política y funcional entre todos los países de la
región, incluyendo los miembros del Mercosur y la CAN, Chile, Guyana, y
Surinam.
A pesar de ser un
ambicioso proyecto integracionista, la CSN debe enfrentar un escenario regional
fragmentado y la existencia de intereses nacionales diversos en una región en
la cual existe una mayor preocupación por la equidad, lo que se ha expresado en
una agenda más allá del libre comercio, factor que le puede generar un apoyo
importante de los sectores de la sociedad civil.
Se podría decir que, en
la actualidad, los países latinoamericanos están promoviendo al menos tres
modalidades de estrategia comercial:
La Estrategia del Libre Comercio:
Aquella que da
supremacía a la negociación de tratados del libre comercio, tanto con los
países americanos como de otros continentes. Los países que encarnan esta
posición, Chile y México, son los pioneros en la América del Sur en la
suscripción de tratados de Libre Comercio.
La Estrategia Geopolítica:
Aquella en la cual la
primacía la tienen los intereses
geopolíticos del país, a los cuales queda subordinada la política comercial.
Como todo está subordinado a la política exterior, la política comercial se
propone incrementar los intercambios con los países aliados en ese momento.
La Estrategia integracionista:
Aquella en la cual la
política comercial está subordinada a los objetivos de impulsar la integración
subregional y regional.
El dilema al cual se
enfrenta América Latina no es nuevo en la historia contemporánea. Este es el mismo
dilema por el cual tuvieron que atravesar los países europeos durante el
proceso de reconstrucción de la economía
de Europa Occidental después del fin de la Segunda Guerra Mundial.
2. Organizaciones Internacionales en América
Latina
2.1. La Comunidad Andina de Naciones
(CAN)
La Comunidad Andina[2]
(CAN) es una comunidad de cuatro países que tienen un objetivo común: alcanzar
un desarrollo integral, más equilibrado y autónomo, mediante la integración
andina, sudamericana y latinoamericana. El proceso andino de integración se
inició con la suscripción del Acuerdo de Cartagena el 26 de mayo de 1969. Está
constituida por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, además de los órganos e
instituciones del Sistema Andino de Integración (SAI). Antes de 1996, era
conocida como el Pacto Andino o Grupo Andino. Venezuela fue miembro pleno hasta
el 2006. Chile, originalmente, fue miembro entre 1969-1976, pero se retiró
durante el régimen militar de Augusto Pinochet debido a incompatibilidades
entre la política económica de ese país y las políticas de integración de la
CAN. Este país es miembro asociado desde el 20 de septiembre de 2006, pero ello
no supone el reingreso a la CAN. Ubicados en América del Sur, los cuatro países
andinos agrupan a casi 100 millones de habitantes en una superficie de
3.798.000 kilómetros cuadrados, cuyo Producto Interno Bruto, se estima,
ascendería en el 2007 a 280.392 millones de dólares.
La Comunidad Andina ocupa,
aproximadamente, la cuarta parte del continente sudamericano teniendo costas en
los dos océanos: el Pacifico y el Atlántico.
Su ubicación, si dividimos el continente en
cuadrantes, sería la del 2º cuadrante, es decir,
en el lado izquierdo superior. La geografía de la Comunidad Andina es
diversificada, con zonas áridas semiáridas, montañosas, de planicie tropical,
subtropical y templada, siendo un factor determinante en su geografía la
Cordillera de los Andes. La CAN ha llevado a cabo una
Integración Comercial caracterizada por: Zona de Libre Comercio, Arancel
Externo Común, Normas de Origen, Competencia, Normas Técnicas, Normas
Sanitarias, Instrumentos Aduaneros, Franjas de Precios, Sector Automotor y
Liberalización del Comercio de Servicios.
En el campo de las Relaciones Externas, la CAN
mantiene: negociaciones con el MERCOSUR, con Panamá, con Centroamérica y con la
CARICOM; relaciones con la Unión Europea, Canadá y EEUU; participa en el ALCA y
en la OMC; y todos los países miembros tienen una Política Exterior Común.
Asimismo, este organismo ha realizado grandes esfuerzos para conseguir una
integración física y fronteriza en materia de transporte, infraestructura,
desarrollo fronterizo y telecomunicaciones, y también una Integración Cultural,
Educativa y Social.
En un Mercado Común, la CAN realiza tareas de: Coordinación de
Políticas Macroeconómicas, Propiedad Intelectual, Inversiones, Compras del
Sector Público y Política Agropecuaria Común.
2.1.1.
Objetivos de la Comunidad Andina de Naciones
La Comunidad Andina de Naciones tiene múltiples
objetivos, entre ellos: la promoción de un desarrollo equilibrado de los países
miembros en condiciones de equidad, mediante la integración y la cooperación
económica y social; el aceleramiento del crecimiento de los países andinos y la
generación de ocupación, la facilitación de la participación en el proceso de
integración regional con miras a la formación gradual de un mercado común
latinoamericano, promoviendo la disminución de la vulnerabilidad externa y
mejorando la posición de los países miembros en el contexto económico
internacional, el fortalecimiento de la solidaridad subregional y reduciendo
las diferencias de desarrollo existentes entre los países miembros, así como la
definición de las políticas sociales orientadas a elevar la calidad de vida y
mejorar el acceso de los diversos grupos sociales de la subregión a los
beneficios del desarrollo.
2.1.2. Logros
alcanzados por la comunidad Andina de Naciones
Uno de los principales logros
de la CAN en el campo comercial es la libre circulación de las mercancías de
origen andino en el mercado ampliado. Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú han
formado una zona de libre comercio, es decir, un espacio en el que sus
productos circulan libremente en la subregión, sin pagar aranceles.
Desde el 2003, los ciudadanos
de los cuatro países de la Comunidad Andina pueden ingresar sin pasaporte a
cualquiera de ellos, con la sola presentación de su respectivo documento de
identidad. El pasaporte andino fue creado por medio de la Decisión 504
en junio de 2001. La Decisión 504 dispone que su expedición se base en
un modelo uniforme que contenga características mínimas armonizadas en cuanto a
nomenclatura y a elementos de seguridad. El documento es actualmente expedido
por Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia. Venezuela también llegó a expedir el
Pasaporte Andino hasta 2006, año en el que se desincorporó de la Comunidad
Andina. Por esto, existen aún ciudadanos venezolanos que poseen un pasaporte de
dicho modelo, los cuales continúan siendo válidos hasta su respectiva fecha de
expiración.
El mercado subregional ha crecido en
importancia relativa como destino de las exportaciones de cada país,
convirtiéndose en un receptor cada vez más importante de exportaciones no
tradicionales y de manufacturas para los países miembros del acuerdo,
reforzándose con esto la importancia estratégica de la integración regional
como un mecanismo viable para diversificar las exportaciones, estimular un
mayor valor agregado de las mismas y servir de aprendizaje y plataforma para
incursionar en otros mercados[3].
Entre los logros visibles,
también deben mencionarse la armonización de políticas en el área agrícola, el
tratamiento a la inversión extranjera y el régimen de propiedad intelectual. No
menos importante ha sido la consolidación del fondo Latinoamericano de reservas
y del Brazo financiero de la integración: La Corporación Andina de Fomento.
Como aspectos positivos para los países de la Región miembros de la CAN, deben
citarse las decisiones que han permitido liberar los servicios de transporte.
Estos se han liberado en sus diferentes modalidades y de esta manera se ha
facilitado el flujo de mercancías y
viajeros con una mayor eficiencia. Así mismo, la política de los cielos
abiertos ha permitido que los vuelos semanales en el área andina aumenten en
una considerable cifra.
A lo largo de casi tres décadas, el proceso de integración andino ha atravesado
por distintas etapas. De una concepción básicamente cerrada de integración
hacia adentro, acorde con el modelo de sustitución de importaciones, pasó a
orientarse hacia un esquema de regionalismo abierto. La intervención directa de
los presidentes, en la conducción del proceso dentro del nuevo modelo, impulsó
la integración y permitió alcanzar los principales objetivos fijados por el
Acuerdo de Cartagena, como la liberación del comercio de bienes en la subregión,
la adopción de un arancel externo común, la armonización de instrumentos y
políticas de comercio exterior y de política económica, entre otros.
El grado de avance alcanzado por la integración y el
surgimiento de nuevos retos derivados de los cambios registrados en la economía
mundial, plantearon la necesidad de introducir reformas en el Acuerdo de
Cartagena, tanto de carácter institucional como programático, lo que se hizo
por medio del Protocolo de Trujillo y el Protocolo de Sucre, respectivamente.
Las reformas institucionales le dieron, al proceso de
integración, una dirección política y crearon la Comunidad Andina (CAN) y el
Sistema Andino de Integración (SAI). Las reformas programáticas ampliaron el
campo de la integración más allá de lo puramente comercial y económico. A
partir del 1 de agosto de 1997, inició sus funciones la Comunidad Andina con
una Secretaría General de carácter ejecutivo, cuya sede está en Lima (Perú). Se
formalizó, también, el establecimiento del Consejo Presidencial Andino y del
Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores como nuevos órganos de
orientación y dirección política. Se amplió además el papel normativo de la
Comisión, integrada por los Ministros de Comercio, a los ministros
sectoriales. El 22 de abril de 2006,
Venezuela formalizó su decisión de denunciar el Acuerdo de Cartagena y el 9 de
agosto del mismo año suscribió con los Países Miembros de la Comunidad Andina
un Memorando de Entendimiento por medio del cual acordaron dar plena vigencia a
las ventajas comerciales recibidas y otorgadas de conformidad con el Programa
de Liberación de la subregión andina, que debe mantenerse entre las partes, de
acuerdo con el artículo 135 del Acuerdo
de Cartagena.
La Comunidad
Andina es hoy una organización subregional con personería jurídica
internacional integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. El 20 de
septiembre de 2006, mediante la Decisión 645
del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores y de la Comisión, se
le otorgó a Chile la condición de País Miembro Asociado de la Comunidad
Andina. Igualmente, los estados parte
del MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) ostentan la calidad de
Miembros Asociados desde el 7 de julio de 2005 brindada con la Decisión 613.
Para concluir, podríamos decir, que la Comunidad
Andina (CAN) es un modelo que guarda en su seno, muchos problemas, pero los
avances realizados en los últimos años, no pueden ser desconocidos, aún más, si
se toma en consideración que los mismos han sido obtenidos en medio de situaciones
políticas difíciles para muchos de los estados miembros. Por tanto, es muy
loable por parte de estos países miembros de la CAN, la voluntad que han tenido
por mantener la vigencia del acuerdo de integración aun en circunstancias
difíciles. Esto es un reflejo de que ha habido un cambio cualitativo en la
importancia que se le otorga a la integración andina tanto en los círculos
políticos, como en los económicos, por lo que pudiera concluirse que, hoy en
día, más que nunca, los países andinos tienen mayor conciencia de lo que
pudiera significar un retroceso en el proceso integrador .
2.2. El
Mercosur (MERCOSUR)
El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es un ambicioso
proyecto de integración económica, en el cual participan Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay, los cuales suscribieron un acuerdo llamado el Tratado de
Asunción, el día 26 de marzo de 1991, comprometiéndose con el proyecto internacional
más relevante en el que se encuentran involucrados estos países.
2.2.1 Antecedentes
A lo largo del tiempo, el interés de crear un bloque
económico entre los países de Suramérica fue mayor y, gracias a la tecnología y
las comunicaciones, la cooperación entre países fue dándose en diferentes
partes del mundo. La creación del ALALC (Asociación Latinoamericana de Libre
Comercio) ,en 1960, fue el primer paso para la integración latinoamericana que
trató de eliminar, gradualmente, las barreras aduaneras que se oponían al
comercio interregional, sin establecer un arancel externo común, ni prever
medidas de coordinación de políticas internas o externas. Este bloque económico
se paralizó en 1968 y declinó, posteriormente, por la mala negociación de los
productos.
En 1980, surgió la Asociación Latinoamericana de
Integración[4]
(ALADI), conformada por once países americanos Argentina, Bolivia, Brasil,
Colombia, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay, y Venezuela, sobre
la base de otra estructura de marco oficial de integración. Diez años después,
surge un nuevo criterio inspirado en la misma meta de integración la cual se
inicia con el acuerdo Argentino- Brasileño que luego se amplió con la
integración de Paraguay y Uruguay. Se ajustó entonces que era necesario firmar
un acuerdo creando un mercado común cuadripartito.
El 26 de marzo de 1991, se firma el Tratado de
Asunción entre los cuatro países, el cual no debe considerarse como un tratado
final constitutivo del Mercosur, si no como el instrumento de carácter
internacional destinado a hacer posible su concreción. Puede decirse, que este
acuerdo, es un acuerdo con vocación regional pues queda abierto a la adhesión
de los demás países del ALADI. Es también un acuerdo de integración económica,
estableciéndose un programa de liberación comercial, la coordinación de
políticas macroeconómicas y un arancel externo común, así como otros
instrumentos de la regulación del comercio. El Mercosur, nace formalmente el 1
de enero de 1995 como zona de libre comercio semi-completa (el arancel cero
comprende el 85% del comercio intra-regional) y como unión aduanera imperfecta
(ya que el AEC cubría el 88% del universo arancelario que comprendía un total
de 8.835 partidas arancelarias). El Mercosur emergió como la segunda unión
aduanera del mundo, con un plazo de concreción inferior a los cuatro años a
diferencia de la Comunidad Europea que requirió ocho años para culminarla.
De acuerdo a lo estipulado en el artículo decimo
del anexo I del Tratado de Asunción los cuatro países suscribieron el 29 de
noviembre de 1999 un acuerdo de complementación económica en el marco jurídico
de la ALADI, signado con el numero 18 el cual entro en vigencia en esa misma
fecha.
A casi veinte años de su nacimiento, el Mercado Común
del Sur (MERCOSUR) ha consolidado su perfil de alianza estratégica y se ha
configurado como uno de los esquemas de integración con mayor dinamismo y más
alto potencial de crecimiento entre los países en vías de desarrollo, gracias a
la magnitud de su mercado, su grado de apertura al exterior, la diversificación
de sus recursos y su base productiva y su significativa proyección comercial
hacia los grandes bloques económicos. La relevancia del bloque en términos
políticos, económicos y comerciales se pone en evidencia al dimensionarse su
gravitación económica y la densidad de sus flujos comerciales internos y
externos, que denotan una marcada progresividad en términos cuantitativos y
cualitativos y realzan su singularidad como polo atractivo para la canalización
de inversiones y la iniciación de emprendimientos comerciales, financieros e
infraestructurales de gran envergadura. El Mercosur, ha puesto de manifiesto la
primacía de la profundización de la Unión Aduanera en relación a cualquier
programa de liberización comercial continental. Con respecto a las
negociaciones del ALCA, El Mercosur se
ha manifestado particularmente beligerante sobre todo en el capítulo agrícola.
El planteamiento principal del Mercosur es la eliminación de los subsidios y de
las barreras arancelarias en todo el continente así como la identificación y
armonización de todas las medidas de apoyo interno que operen como factor
distorsionador del comercio[5].
2.2.2. Objetivos del Mercosur.
El objetivo básico del Mercado Común es el de aumentar
el grado de eficiencia y competitividad de las economías involucradas ampliando
las actuales dimensiones de sus mercados y acelerando su desarrollo económico
mediante el aprovechamiento eficaz de los recursos disponibles. La preservación
del medio ambiente, el mejoramiento de las comunicaciones, la coordinación de
las políticas macroeconómicas y la complementación de los diferentes sectores
de sus economías. Así pues, la conformación de un mercado común es una
respuesta adecuada a la consolidación de grandes espacios económicos en el
mundo y la necesidad de lograr una adecuada inserción internacional. También,
trata de adoptar políticas regionales de comercio, integrar recursos, dotar a
la región de más influencia en la esfera comercial y actuar como precursor en
el desarrollo de una zona de libre comercio en el hemisferio occidental. Entre
otros objetivos[6],
el Mercosur, tiene el compromiso entre los Estados partes de armonizar sus
legislaciones en las aéreas pertinentes para lograr el fortalecimiento del
proceso de la integración.
2.2.3. Beneficios y desafíos del
Mercosur.
La eliminación de las barreras arancelarias dentro de
un mercado común, implica que algunos bienes y servicios (que inicialmente los
miembros producían e importaban de terceros países), sean suministrados ahora
por un país socio, aunque este resulte menos eficiente como productor que el
resto del mundo. Esto ocurre porque el país exportador disfruta de una
protección en el mercado del país importador debido al arancel externo común.
En el caso de algunas mercancías, la oferta de un país socio puede remplazar
las importaciones procedentes del resto del mundo y adicionalmente sustituir
total o parcialmente la producción nacional ineficiente. Si un socio, tiene
costos unitarios menores al precio mundial, más el arancel común, sus
exportaciones pasan a remplazar, las importaciones del resto del mundo y la
unión hace bajar los precios del mercado local. Esto significa que los
consumidores pueden consumir más de los bienes
ahora menos protegidos y que las empresas adecuaran su oferta con lo
cual caerá parcialmente la producción ineficiente. Esto implica que habrá un
incremento neto de las importaciones desde el país socio. El aumento del
consumo, la disminución de la producción ineficiente y el incremento neto de
las importaciones, constituyen el efecto de creación de comercio de una unión
aduanera. Simultáneamente, los productores del país socio reemplazan a los del
resto del mundo, que producen más eficientemente como proveedores del mercado
nacional. Este desplazamiento eleva el costo social (o costo de las importaciones
netas de aranceles), debido a que el socio es menos eficiente que los
productores de terceros países.
Además se verifica una pérdida de ingresos
arancelarios, que son transferidos a los consumidores nacionales, que ahora
pagan un precio menor, y a los productores del país socio que exporta, y que
vende su producción a mayor precio que el internacional. La sustitución de
producción socialmente menos costosa del resto del mundo por la del socio
ineficiente, que da lugar a una transferencia de ingresos arancelarios a los
productores de ese país, es conocida como desviación de comercio. La creación
de comercio es el beneficio de la unión aduanera y la desviación de comercio de
su costo.
Otra de las ventajas del Mercosur son la gran variedad
de bienes finales a disposición de los consumidores, lo que representa un
incremento en su bienestar; mayor competencia que implica, entre otras cosas,
mayor calidad de los bienes y servicios ofrecidos, menores precios y una
asignación de recursos más eficiente; que redundara en un importante ahorro de recursos que
inicialmente se destinan a las reparticiones aduaneras y más dinero
intrarregional; reducción de los costos de transporte y comunicación por la
integración física de los Estados partes que contempla el Mercosur. Finalmente
el Mercosur, aparece como un reaseguro para la democracia de los países
intervinientes, al posibilitar un mayor grado de desarrollo económico con
equidad distributiva.
2.2.4. Logros del Mercosur
En la práctica, los
objetivos del Mercosur, se han logrado sólo parcialmente. Pues, la
liberalización del comercio dentro del bloque todavía no se ha logrado
plenamente. Por ejemplo, si bien existe un arancel externo común, el mismo
tiene numerosas excepciones, que, en la jerga aduanera, se conocen como "perforaciones",
cada Estado puede confeccionar una lista de aquellos productos a los cuales el
arancel externo común no se aplica. Dicha lista puede ser más extensa en el
caso de Uruguay y Paraguay (pues así se ha convenido, por ser estos dos los
países menos desarrollados del bloque), y todos pueden actualizarla
semestralmente. Tampoco existe una concreta coordinación de las políticas
comerciales entre los Estados miembros. Sin embargo
entre los aspectos positivos del Mercosur, podríamos resaltar que,
Bolivia y Chile han establecido que todo su territorio un Área de Libre Residencia con derecho a
trabajar para todos sus ciudadanos, sin otro requisito que acreditar la
nacionalidad y no poseer antecedentes penales. Esta
área fue establecida en la Cumbre de Presidentes de Brasilia,
mediante el Acuerdo sobre Residencia para Naciones de los Estados Parte del
Mercosur; Bolivia y Chile firmado el 6 de diciembre de 2002.
Ahora, si bien
el Área de Libre Residencia y Trabajo no se asimila completamente a la
libre circulación de personas (donde no se requiere tramitación migratoria
alguna), los seis países han dado un gran paso adelante y establecido
expresamente su voluntad de alcanzar la plena libertad de circulación de las
personas en todo el territorio. Durante la cumbre realizada en San Miguel de
Tucumán, los mandatarios de los diferentes países, propusieron la libre
circulación de personas dentro de todo el continente sudamericano, sin
necesidad de pasaporte, no solo a ciudadanos integrantes del bloque. Otro aspecto,[] relevante ha sido la reciente aprobación de
la Decisión CMC N° 03/09, mediante la cual se aprueba el "Programa
Marco de Ciencia, Tecnología e Innovación del MERCOSUR" para el período
2008-2012.
El Programa Marco surge para promover la integración regional, dar
visibilidad a proyectos estratégicos de transformación regional y establecer
una posición armonizadora y de conjunto. Para ello son necesarios proyectos
sostenibles y de alto impacto que privilegien el desarrollo social y productivo
con base en la ciencia, la tecnología y la innovación como garantías del
desarrollo sustentable.
2.2.5 Avances Institucionales:
En materia de transporte, se anunció la constitución de una comisión
tripartita entre Argentina, Brasil y Uruguay para el seguimiento del eje vial San
Pablo-Buenos Aires, una supercarretera de 4.000 Km de longitud, que vinculará
los polos industriales más importantes de los tres países. El proyecto estará a cargo del sector privado en todas sus fases.
También se analizaron los estudios para el futuro desarrollo del eje de
integración fluvial constituido por los ríos Tiete y Paraná, que permitiría
abrir una nueva vía de transporte entre San Pablo y Buenos Aires. Se acordaron
las iniciativas para la construcción de una serie de puentes que unan distintos
puntos a la altura de Corrientes y Misiones, como el de Andrés Quacurari
(Misiones) y Copanema (Brasil). Se realizó en Washington una reunión del Grupo
Cuatro más Uno, conformado por los países del MERCOSUR y los EE.UU. Se informó
que los EE.UU. estudiarán la posibilidad de negociar acuerdos de libre comercio
con los integrantes de MERCOSUR. El gobierno de los Estados Unidos aseguró que
América Latina es área prioritaria en su política exterior y que impulsará la
constitución de una zona de libre comercio continental[7].
Es importante señalar, que el 4 de julio de 2006 se suscribió un
Protocolo de Adhesión mediante el cual Venezuela
se constituyó como Estado Parte. No obstante, este instrumento de adhesión aún
no ha entrado en vigor debido a que hasta la fecha no ha sido ratificada por
todos los parlamentos de los firmantes, por lo que su vinculación legal al
bloque sigue siendo como Estado Asociado. El senado de Brasil aprobó dicho
ingreso en diciembre de 2009, faltando solo la aprobación del parlamento de Paraguay.
Paraguay alega falta de democracia en Venezuela como impedimento para su
incorporación [] Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú también tienen estatus de Estado Asociado.
2.3 El Área de Libre Comercio para
América (ALCA)
Los Jefes de Estado y de
Gobierno de los 34 países del hemisferio, elegidos democráticamente,
suscribieron en la I Cumbre de las Américas, celebrada en Miami en
diciembre de 1994, “El Pacto para el Desarrollo y la Prosperidad:
Democracia, Libre de Comercio y Desarrollo Sustentable en las Américas”
orientado a consolidar y fomentar vínculos más estrechos de cooperación entre
los países signatarios. Una de las 23 iniciativas allí aprobadas fue la
creación de un Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA, bajo el
convencimiento de que el libre comercio y una mayor integración económica
constituyen factores claves para promover el crecimiento económico, elevar el
nivel de vida, mejorar las condiciones de trabajo de los pueblos de América y
la protección debida del medio ambiente. El Área de Libre
Comercio de las Américas (ALCA) es un
acuerdo comercial en proceso (en negociación) impulsado por Estados Unidos que
busca la libre circulación de mercancías y capital desde Alaska hasta Tierra
del Fuego (34 países).
Este acuerdo, que se negocia a puerta cerrada desde
1994, se establecería en el año 2005 con el fin de eliminar progresivamente las
barreras y obstáculos al comercio, inversión y servicios, y proteger la
propiedad intelectual de las empresas[8].
Importante es mencionar que este acuerdo iría aún más allá de los acuerdos de
la Organización Mundial del Comercio, los que han sido muy vivamente criticados
por las ONG y los movimientos sociales del mundo entero. Los
temas en discusión son: acceso a mercados; inversión; servicios; agricultura;
propiedad intelectual; compras del sector público; subsidios; política de
competencia; antidumping y derechos compensatorios; y solución de
controversias.
El acuerdo en negociación es muy parecido a los del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) aplicado desde 1994 en
Canadá, Estados Unidos y México. Las naciones que están desarrollando este
proceso, mediante reuniones de trabajo que celebran periódicamente, son:
Antigua y Bermuda, Argentina, Barbados, Bahamas, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile,
Colombia, Costa Rica, Dominica, El
Salvador, Ecuador, Estados Unidos, Granada, Guatemala, Guayana, Haití,
Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República
Dominicana, Santa Lucia, San Cristóbal, y Nevia, San Vicente y Granadinas,
Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Es decir, los países que
conforman el Mercosur y la Comunidad Andina. Los miembros del ALCA, acordaron
que esta zona podrá coexistir con otros acuerdos bilaterales y subregionales,
en la medida que los derechos y obligaciones bajo tales convenios no estén
cubiertos o excedan los derechos y obligaciones del ALCA. Es importante también
señalar, que con el retiro de Venezuela de La Comunidad Andina en el año 2006,
consecuentemente esto, representaría el retiro de Venezuela del ALCA.
2.3.1.
Objetivos y alcances del ALCA
El ALCA profundizará el hambre y la miseria de la
población, ya que pone al mercado antes que todo y no sobrarán recursos para
satisfacer necesidades sociales básicas como salud y educación, ni habrá medios
para combatir la miseria:
1) Mercado de
Trabajo Flexible y Precarizado
La Flexibilización del mercado laboral es fundamental
para el éxito del ALCA. Así no habrá leyes laborales que puedan impedir que el
capital imponga su proyecto. En Argentina, ya fue aprobada la Ley de Reforma
Laboral (conocida como la “Ley soborno”), con lo que nuestros gobernantes
sellaron su compromiso con el FMI y el Banco Mundial en la adhesión irrestricta
a las normas del ALCA.
2) Mercado
Financiero Desregulado
El capital especulativo necesita un mercado
desregulado que le permita moverse libremente hacia donde pueda obtener mayor
rentabilidad, mayores tasas de interés, mayor lucro. Argentina allanó el camino
para la libre especulación: fueron eliminados los instrumentos de control sobre
la circulación del capital extranjero y se concedieron exenciones tributarias
para inversiones de residentes en el exterior, privilegiando así el capital
financiero internacional.
3) Libre
competencia y Libre Monopolio
Detrás de este enunciado, aparentemente progresista,
se esconde un gran golpe, dado que ningún país de América podrá competir con la
economía estadounidense, que ejercerá su poderío sobre todas las demás. Para
hacernos una idea: El PBI de los Estados Unidos en el año 2000 fue de 9,9
billones de dólares, mientras que el de Argentina fue de 276.000 millones de dólares.
Una desigualdad evidente.
4) Control de
Patentes y Derechos Intelectuales
Con la implementación del ALCA se establecen rigurosos
patrones de calidad y una serie de exigencias que solamente podrán ser
cumplidas por una minoría de poderosas corporaciones, monopolizando así la
producción de mercaderías y servicios. En otras palabras, esa medida significa
imposibilitar el surgimiento de iniciativas diversificadas, creativas,
socializadoras y democráticas, aumentando la estandarización y el control sobre
las formas de vida de la población.
5)
Inversiones sin Controles Nacionales
El ALCA quiere garantizar la plena liberación de las organizaciones
para invertir, desinvertir, comprar, vender, remesar y transferir, sin ningún
obstáculo o mecanismo regulador de origen nacional. O sea, se buscaría eliminar
las antiguas e inconvenientes referencias de legitimación: el Estado, la
soberanía, la Nación y la democracia.
2.3.2.
Posiciones de los países entorno al ALCA
La
Alternativa Bolivariana para América (ALBA) y la integración al mercado latinoamericano por parte de América del
Norte supone una población de 800 millones de personas y un Producto Interno
Bruto (PIB) combinado de US$ 21.000 billones anuales. []Aquellos
que apoyan el ALCA dicen que es un tratado que quiere impulsar el comercio
entre las regiones reduciendo los aranceles, pero no se puede decir que en un
primer momento tenga consecuencias traumáticas, pero sí que es un paso hacia el
desarrollo a través de las transacciones comerciales que impulsarán la
especialización, la competitividad, la desaparición de monopolios, la mejora
del nivel de bienestar de la población y un desarrollo de las infraestructuras.
Uno de los principales críticos del ALCA ha sido el presidente venezolano Hugo
Chávez, quién lo ha calificado como un tratado de adhesión y una herramienta
más del imperialismo para la explotación de Latinoamérica. Como
contra-propuesta a este modelo, Chávez ha fomentado la Alternativa Bolivariana
para la América (ALBA).[] Por
su parte, Luis Ignacio Lula da Silva presidente del Brasil y Néstor Kirchner ex
presidente de Argentina, dicen que no se oponen al tratado, pero demandan que
éste sea libre de verdad, y lo condicionan principalmente a la eliminación por
parte de los Estados Unidos de los subsidios a la agricultura,[ ]
a la provisión de un acceso efectivo a los mercados y a que se contemplen las
necesidades y las sensibilidades de todos los socios.
Entre las objeciones que se presentan al ALCA
están las siguientes:
1)
El ALCA acelera la degradación
del medio ambiente y la pérdida de la soberanía sobre la biodiversidad, así
como la soberanía alimentaria.
2)
Es un proyecto estratégico
que apunta a consolidar el poder de los Estados Unidos.
3)
Se trata de una imposición,
no de un proceso de negociación. Este tratado está siendo negociado a espaldas
de los pueblos. Está avanzando de manera clandestina, sin discusión
democrática. Ni los pueblos de la región, ni organizaciones sindicales y
sociales, ni los miembros del parlamento pudieron participar de los debates y
conocer los avances de los acuerdos. Solamente, grandes grupos empresariales
norteamericanos pudieron actuar en las negociaciones.
4)
Es nefasto para el desarrollo
de los países que luchan por crecer. Garantiza, apenas, los intereses del gran
capital transnacional norteamericano, no contempla las disparidades entre
naciones y representa el retroceso en el sistema de compromisos
internacionales.
5)
Discrimina a los extranjeros,
en la medida en que el tema migratorio está totalmente ausente y combate la circulación de mano de obra.
6)
La opinión pública se
encuentra totalmente al margen de las negociaciones, que están concentradas en
las manos de técnicos, burócratas, cúpulas empresariales y ministros.
7)
Degradará aún más los
derechos de los trabajadores. Con el objetivo de asegurar la más absoluta
libertad para el capital, las leyes laborales fueron “flexibilizadas”, los
salarios serán rebajados y las jornadas de trabajo podrán ser ampliadas.
8)
El acuerdo ampliará la
destrucción del medio ambiente, pues las empresas podrán apelar judicialmente
cualquier norma nacional destinada a preservar el medio ambiente o la salud,
que sea considerara obstáculo al comercio o a la inversión.
9)
El ALCA profundizará la
privatización de los servicios sociales y la medicina, dado que el acuerdo
obliga a las naciones a garantizar los derechos de las empresas privadas a
competir con los servicios públicos.
10)
Provocará la total
desindustrialización de Argentina, que podrá ser transformada en colonia
agrícola.
11)
El ALCA pone en riesgo a la
agricultura nacional, puesto que tanto el comercio agrícola como las
agroindustrias serán totalmente controladas por empresas norteamericanas,
dejando al margen la agricultura familiar.
12)
El ALCA eliminará la
soberanía nacional y limitará todavía más los derechos democráticos, en la
medida en que se sobrepone a las leyes nacionales. Además de eso, el acuerdo
prevé la creación de un Tribunal Arbitral, que servirá para la defensa de los
intereses de las grandes empresas.
13)
El ALCA acelerará la
disolución de nuestra identidad cultural, principalmente, como consecuencia de
la fuerza invasora de los medios norteamericanos y de la imposición de los
patrones de consumo.
14)
El ALCA privilegia al mercado
por encima de todo y representa un enorme riesgo de biopiratería para nuestra
rica biodiversidad. Los Estados Unidos conceden patentes a especies vegetales y
están en contra de la legislación que intenta proteger la prioridad intelectual
relacionada a investigaciones realizadas en esa área.
2.3.3. Otra
integración posible
El ALCA favorece al más fuerte en detrimento de los
más débiles. Beneficia a los Estados Unidos y perjudica a la enorme mayoría de
la población del continente latinoamericano. Los movimientos y entidades de
ciudadanos que trabajan para la integración regional de países y pueblos en que
los mercados y capitales especulativos estén subordinados a instituciones
capaces de hacer prevalecer la voluntad democrática y los intereses de los
ciudadanos. Eso solo será posible con la participación amplia de la sociedad en
la definición de su proyecto de desarrollo.
Para concluir, este análisis, podríamos, preguntarnos
si es el ALCA la solución para la integración americana. AL responder a esta pregunta, podemos observar que, la
principal meta del ALCA, es la creación de una zona de libre comercio que
abarque todo el continente americano. Ahora bien, la zona de libre comercio
alcanza cuando los países miembros acuerdan voluntariamente, el
desmantelamiento arancelario progresivo para las mercancías originarias de los
países contratantes. Al final del tiempo acordado, se perfeccionaría la zona de
libre comercio cuando las mercancías originarias de los países contratantes
pueden circular en el espacio económico común libremente, es decir, gozando de
arancel cero.
El resultado
final de toda negociación comercial que se proponga construir una zona de libre
comercio, será positivo o negativo para
los participantes, dependiendo de la capacidad negociadora de cada parte
contratante y de la habilidad para hacer valer los intereses nacionales en el
momento de crear una lista de “mercancías sensibles”. Por tanto, se debe
negociar un periodo de transición que les permita adoptar las medidas internas
requeridas para poder ser competitivos, tanto en los mercados externos como en
su propio mercado. Además, no se puede olvidar las consecuencias que estas
decisiones puedan tener, en el área social y en especial en el ámbito del
empleo a nivel nacional. La defensa del empleo actual y la creación de nuevos
empleos debería ser el resultado de una buena negociación, agregándole un
aumento del poder adquisitivo de los trabajadores. No se puede decir que una
zona de libre comercio sea negativa en sí misma, como tampoco, que sea la
panacea que resolverá todos los problemas de los países contratantes y de todas
las comunidades involucradas se convertirían en una especie de paraíso terrenal[9].
2.4. La Alternativa Bolivariana para
América (ALBA)
La Alternativa Bolivariana para América Latina y El
Caribe (ALBA) es una propuesta de integración diferente. Mientras el ALCA
responde a los intereses del capital trasnacional y persigue la liberalización
absoluta del comercio de bienes y servicios e inversiones, el ALBA pone el
énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social y, por lo tanto,
expresa los intereses de los pueblos latinoamericanos. El ALBA se fundamenta en
la creación de mecanismos para crear ventajas cooperativas entre las naciones
que permitan compensar las asimetrías existentes entre los países del
hemisferio. Se basa en la cooperación de fondos compensatorios para corregir
las disparidades que colocan en desventaja a los países débiles frente a las
primeras potencias.
Por esta razón la propuesta del ALBA le otorga
prioridad a la integración latinoamericana y a la negociación en bloques
sub-regionales, abriendo nuevo espacios de consulta para profundizar el
conocimiento de nuestras posiciones e identificar espacios de interés común que
permitan constituir alianzas estratégicas y presentar posiciones comunes en el
proceso de negociación. El desafío es impedir la dispersión en las
negociaciones, evitando que las naciones hermanas se dividan y sean absorbidas
por la corriente con que viene presionándose en función de un rápido acuerdo
por el ALCA.
El ALBA es una propuesta para construir consensos para
repensar los acuerdos de integración en función de alcanzar un desarrollo
endógeno nacional y regional que erradique la pobreza, corrija las
desigualdades sociales y asegure una creciente calidad de vida para los
pueblos. La propuesta del ALBA se suma al despertar de la conciencia que se
expresa en la emergencia de un nuevo liderazgo político, económico, social y
militar en América Latina y El Caribe. Hay que relanzar la unidad
latinoamericana y caribeña. El ALBA, como propuesta bolivariana y venezolana,
se suma a la lucha de los movimientos, de las organizaciones y campañas
nacionales que se multiplican y articulan a lo largo y ancho de todo el
continente contra el ALCA. Es, en definitiva, un esfuerzo de los pueblos
latinoamericanos por revelarse ante la opresión que han tenido durante tantos
años y demostrar a través de las fuerzas progresistas, que otra América es
posible.
La propuesta del ALBA la formuló
por primera vez el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo
Rafael Chávez Frías, en el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y de
Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la isla de
Margarita, el 11 y 12 diciembre de 2001. En esa oportunidad, el Presidente de
Venezuela se pronunció al respecto diciendo que el modelo neoliberal no podía ser la base, ni el marco para los
modelos de integración, ya que no se puede poner como base para integrar a la
América, la economía, ya que, precisamente, las economías de Latinoamérica
están llenas de debilidades y vulnerabilidades. Por tanto, el Presidente
Chávez, propuso conformar una liga o una unión de Naciones para la integración
integral de los pueblos de Latinoamérica, basándose en un pacto político, y
propuso la creación del ALBA.
El 14 de diciembre de 2004 se
realiza en La Habana la Primera Cumbre del ALBA.
El Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, y el Presidente del Consejo de Estado de
Cuba, Fidel Castro, firman la Declaración Conjunta para la creación del
ALBA y el Acuerdo de aplicación del ALBA. En el texto de la histórica
Declaración Conjunta se señala: “Afirmamos que el principio cardinal que
debe guiar el ALBA es la solidaridad más amplia entre los pueblos de América
Latina y el Caribe, que se sustenta con el pensamiento de Bolívar, Martí,
Sucre, O’Higgins, San Martín, Hidalgo, Petión, Morazán, Sandino, y tantos otros
próceres, sin nacionalismos egoístas que nieguen el objetivo de construir
una Patria Grande en la América Latina, según lo soñaron los héroes de
nuestras luchas emancipadoras[10]”.
Así fueron sucediéndose diferentes cumbres de Jefes de Estado: la Segunda
(28 de abril de 2005) y la Tercera (29 de abril de 2006), también en
Cuba. En esta última, se incorpora la República de Bolivia con el presidente
Evo Morales, quien suscribe la Declaración Conjunta del 2004 y propone el Tratado
de Comercio de los Pueblos, que fue firmado en esa ocasión. La Cuarta
Cumbre (11 de enero de 2007) se realiza en la ciudad de Managua,
incorporándose la República de Nicaragua, con su Presidente Daniel Ortega. La Sexta
Cumbre se realiza en Caracas (24 al
26 de enero de 2008).
La Mancomunidad de Dominica, con
su Primer Ministro, Roosevelt Skerrit, se incorpora al ALBA. En esta misma
cumbre, se instala el Consejo de Movimientos Sociales del ALBA y se pone en
funcionamiento el Banco del ALBA. A partir de la Séptima Cumbre
Extraordinaria del ALBA (24 de junio de 2009), en Maracay, se comenzó a
denominar Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. En
esta cumbre se incorporaron a la Alianza Ecuador[11],
San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda.
2.4.1. Países que integran el ALBA.
Hasta el momento, nueve países
firmaron su adhesión al ALBA: la República Bolivariana de Venezuela, la
República de Cuba, la República de Bolivia, la República de Nicaragua y la
Mancomunidad de Dominica, la República de Honduras, la República de Ecuador,
San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda.
2.4.2. Principios que rigen la creación del
ALBA
- La integración neoliberal
prioriza la liberalización del comercio y las inversiones.
- La Alternativa Bolivariana para
América Latina (ALBA) es una propuesta que centra su atención en la lucha
contra la pobreza y la exclusión social.
- En la propuesta del ALBA se le
otorga una importancia crucial a los derechos humanos, laborales y de la
mujer, a la defensa del ambiente y a la integración física
- En el ALBA, la lucha contra las
políticas proteccionistas y los ruinosos subsidios de los países
industrializados no puede negar el derecho de los países pobres de
proteger a sus campesinos y productores agrícolas.
- Para los países pobres donde la
actividad agrícola es fundamental, las condiciones de vida de millones de
campesinos e indígenas se verían irreversiblemente afectados si ocurre una
inundación de bienes agrícolas importados, aún en los casos en los cuales
no exista subsidio.
- La producción agrícola es mucho
más que la producción de una mercancía. Es la base para preservar opciones
culturales, es una forma de ocupación del territorio, define modalidades
de relación con la naturaleza, tiene que ver directamente con la seguridad
y autosuficiencia alimentaria. En estos países la agricultura es, más
bien, un modo de vida y no puede ser tratado como cualquier otra actividad
económica.
- ALBA tiene que atacar los
obstáculos a la integración desde su raíz, a saber:
a. La pobreza de la
mayoría de la población;
b. Las profundas
desigualdades y asimetrías entre países
c.
Intercambio desigual y condiciones inequitativas de las relaciones
internacionales
d. El peso de una deuda
impagable
e.
La imposición de las políticas de ajuste estructural del FMI y el BM y de las
rígidas reglas de la OMC que socavan las bases de apoyo social y político.
f.
Los obstáculos para tener acceso a la información, el conocimiento y la
tecnología que se derivan de los actuales acuerdos de propiedad intelectual;
g.
Prestar atención a los problemas que afectan la consolidación de una verdadera
democracia, tales como la monopolización de los medios de comunicación social
- Enfrentar la llamada Reforma
del Estado que sólo llevó a brutales procesos de desregulación,
privatización y desmontaje de las capacidades de gestión pública.
- Como respuesta a la brutal disolución
que éste sufrió durante más de una década de hegemonía neoliberal, se
impone ahora el fortalecimiento del Estado con base en la participación
del ciudadano en los asuntos públicos,
- Hay que cuestionar la apología
al libre comercio per se, como si sólo esto bastara para garantizar
automáticamente el avance hacia mayores niveles de crecimiento y bienestar
colectivo.
- Sin una clara intervención del
Estado dirigida a reducir las disparidades entre países, la libre
competencia entre desiguales no puede conducir sino al fortalecimiento de
los más fuertes en perjuicio de los más débiles.
- Profundizar la integración
latinoamericana requiere una agenda económica definida por los Estados
soberanos, fuera de toda influencia nefasta de los organismos
internacionales.
2.4.3.
Estructura del Alba.
El ALBA cuenta con una estructura
orgánica. La máxima autoridad es el Consejo de Presidentes del ALBA. También existe un Consejo de Ministros que se
estructura en tres áreas: el Consejo Político, el Consejo Social y el Consejo
Económico. En el mismo nivel jerárquico se encuentra el Consejo de Movimientos
Sociales, actualmente en etapa de organización. Para articular estas instancias
se creó una Comisión Política y la Coordinación Permanente del ALBA. Las Mesas
Técnicas del ALBA son los espacios para el diagnóstico, elaboración, ejecución,
evaluación y seguimiento de proyectos por áreas.
2.4.4. EL Consejo de Movimientos Sociales del ALBA
Es el espacio que permite la
participación popular en la construcción del ALBA, concibiéndose a los pueblos
como el principal motor de la unidad. El Consejo de Movimientos Sociales del
ALBA está en etapa de definición, siendo los movimientos sociales de los países
del ALBA responsables de su organización, la cual deberá incorporar a los
movimientos sociales de los demás países de Nuestra América.
2.4.5. El Desarrollo Endógeno en el ALBA
La noción neoliberal de
acceso a los mercados se limita a poner medidas para reducir el arancel y
eliminar las trabas al comercio y a la inversión. Es libre comercio entendido
en estos términos solo beneficia a los países de mayor grado de
industrialización y desarrollo. De hecho, abundan los estudios científicos en
los que se demuestra de manera irrefutable que la aplicación de las pautas
actuales de la globalización y sus expresiones hemisféricas o regionales ha
dado al traste con las aspiraciones de un verdadero desarrollo endógeno en
cualquiera de los países del continente. Los grandes acuerdos de integración
deberían quedar por el contrario supeditados a los objetivos del desarrollo
endógeno.
La escasa diversificación de la oferta
regional, hoy existente, sentencia desde ya que el ALCA no podrá ser la
oportunidad para alcanzar un tipo de desarrollo en que se armonice el
crecimiento económico con una creciente calidad de vida y grado de bienestar
para nuestros pueblos. Podrán crecer las inversiones y las exportaciones, pero
si estas se basan en la industria maquiladora y la explotación masiva de la
fuerza de trabajo, sin lugar a dudas, que no podrá generar el efecto
multiplicador sobre los encadenamientos sectoriales, no habrá un efecto
multiplicador en los sectores agrícolas e industrial, ni mucho menos se podrán
generar los empleos de calidad que se necesitan para derrotar la pobreza y la
exclusión social.
En consecuencia, urge
una propuesta alternativa basada en la solidaridad. Se trata de ayudar a los países
más débiles a superar las desventajas que los separan de los países más
poderosos del hemisferio[12].
Y esto, no solo depende de los cambios en las condiciones de competencias
imperantes, sino también de la solidaridad entre los pueblos y sus gobiernos del
continente a la hora de corregir estas asimetrías. Solo así, un área de libre
comercio podrá ser una oportunidad para todos, es decir, una alianza a ganar.
2.4.6. Propuesta del ALBA para el sector de la
Agricultura
La exigencia de
reducción de las políticas proteccionistas y de los masivos subsidios que
otorgan los principales países industrializados no puede convertirse en una
exigencia generalizada de liberalización de comercio de productos agrícolas.
Para muchos países de América Latina y El Caribe, la actividad agrícola es
fundamental para la supervivencia de la propia nación. Las condiciones de vida
de millones de campesinos e indígenas se verían muy afectados si ocurre una
inundación de bienes agrícolas importados, aún en los casos en los que no exista
el subsidio. La producción agrícola es mucho más que la producción de una
mercancía. Es, más bien, un modo de vida. Es el fundamento básico para la
preservación de opciones culturales, es una forma de ocupación del territorio,
define modalidades de relación con la naturaleza, tiene que ver directamente
con los temas críticos de la seguridad y la soberanía alimentaria. Por lo
tanto, no puede ser tratado como cualquier otra actividad económica o cualquier
producto. La seguridad alimentaria, para los países de Latinoamérica, deberá
alcanzarse desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna,
entendiéndose como tal la proveniente de las actividades agrícola; pecuaria,
pesquera y agrícola.
La producción de alimentos es de interés
nacional y fundamental al desarrollo económico y social de la nación. A tales
fines, el Estado dictará las medidas de orden financiero, comercial,
transferencia tecnológica, tenencia de la tierra infraestructura, capacitación
de mano de obra y otras que fueran necesarias para alcanzar niveles
estratégicos de autoabastecimiento. Además, promoverá las acciones en el marco
de la economía nacional e internacional para compensar las desventajas propias
de la actividad agrícola. Parte importante de la pobreza y la marginalidad de
nuestros pueblos se concentra en la población que habita las zonas rurales que
subsiste con base en la actividad agrícola o actividades alrededor de la
agricultura. Esa población es, finalmente, la más castigada con el des-balance
de partida para la negociación de la agricultura y lo sería más si se
excluyeran de la negociación los aspectos que más la perjudican.
La seguridad alimentaria
de la que gozan los países desarrollados del hemisferio, que hoy se nos niega a
los países en desarrollo al querer limitar el margen de acción para sus
políticas, es fruto de medio siglo de políticas de apoyo sistemático a la
agricultura con la cual consiguen distorsión en los precios en los mercados
mundiales. Si aún hoy, cesaran tales apoyos, el campo de juego aún permanecería
desnivelado: La infraestructura, el aparato productivo y tecnológico
establecido y operado en buena parte gracias a los desembolsos de esas
políticas todavía nos dejan en desventaja. Por todas estas razones, la
situación sobre las negociaciones sobre la agricultura para el ALCA[13]
constituye un objeto más de preocupación de gran trascendencia para los países
suramericanos. Para el inicio de las
negociaciones en 1998, la declaración ministerial de San José estableció,
claramente, entre los objetivos de las negociaciones para este sector importante
de la producción: eliminar los subsidios a las exportaciones agrícolas que
afectan el comercio en el hemisferio, y el de identificar otras prácticas que
distorsionen el comercio de productos agrícolas, incluidas aquellas que tengan
un efecto equivalente al de los subsidios a las exportaciones agrícolas y
someterlas a una mayor disciplina.
También se acordó, por
consenso, en la misma oportunidad, que las negociaciones se iniciarían
simultáneamente en todas las áreas temáticas. El inicio de la conducción y
resultado de las negociaciones del ALCA se deberán tratar como partes de un
compromiso único[14] (single
undertaking) que incluya los derechos y obligaciones mutuamente acordados.
Sin embargo, desde el inicio de la negociación de los textos para el proyecto
de tratado, los EE UU manifestaron su reticencia a negociar en el marco del
ALCA los subsidios a las exportaciones de productos agrícolas y las ayudas
internas que distorsionan el comercio y la producción de productos agrícolas,
con inclusión de las medidas con efectos equivalentes a los subsidios a las
exportaciones. Se expresa allí la doble moral de las grandes potencias que
exigen a los países en vías de desarrollo renunciar al uso de las políticas públicas
para promover el desarrollo de sus aparatos productivos mientras que, por otro
lado, aplican ruinosos subsidios a favor de sus aparatos productivos. La
insistencia en tal posición, a todas luces contraría los principios y objetivos
pautados para emprender la conformación del ALCA.
Este tema fue motivo de
un gran debate en la última Reunión Ministerial celebrada en Quito, en cuya
declaración, finalmente, todos los países reconocieron "la importancia de
la agricultura para las economías de la región, cuyo tratamiento integral y no
discriminatorio en las negociaciones del ALCA, contribuirá a generar empleo a
reducir la pobreza y favorecer la estabilidad social", por lo cual
reafirmaron "el compromiso hemisférico con la eliminación de los subsidios
a las exportaciones que afectan el comercio de productos agrícolas en el
Hemisferio y el desarrollo de disciplina para ser adoptadas para el tratamiento
de todas las otras prácticas que distorsionan el comercio de productos
agrícolas, incluyendo aquellas que tienen efectos equivalentes a los subsidios
a las exportaciones agrícolas", señalando en particular "que nuestra
respectiva evaluación, por país o grupo de países, de los resultados de las
negociaciones de acceso a mercados en agricultura en el ALCA dependerán del
progreso que consigamos alcanzar en los otros temas que son parte de la agenda
agrícola."
Este planteamiento fue
ratificado de manera práctica por este Comité de Negociaciones Comerciales en
su reunión de Puebla cuando instruyó al Grupo de Negociación sobre Agricultura
"intensificar los debates sobre todos los temas de su agenda, en
particular los referidos a los subsidios a las exportaciones y a todas las
otras prácticas que distorsionan el comercio de productos agrícolas, incluyendo
aquellas que tienen efectos equivalentes a los subsidios a las exportaciones
agrícolas, sin excepción alguna y sin prejuzgar los resultados, al tenor de los
mandatos de las declaraciones de Buenos Aires y Quito". Del desarrollo de
las reuniones efectuadas desde noviembre del año pasado, puede deducirse,
claramente, la insistencia de la negativa de los Estados Unidos a comprometerse
con la no reintroducción de subsidios a las exportaciones agrícolas, a trabajar
en la regulación de las condiciones de los créditos, garantías de créditos y
programas de seguro a las exportaciones agrícolas y a trabajar para la
disminución de las ayudas internas a la agricultura.
Entre tanto, para la
negociación sobre la eliminación de los aranceles agrícolas se han establecido
plazos perentorios que han obligado a muchos países a realizar un esfuerzo
importante para cumplirlos. Lamentablemente, los países que han cumplido con
puntualidad estas entregas de oferta para demostrar su voluntad de negociar la
agricultura, hoy se sienten burlados ante la negativa de los Estados Unidos de
eliminar los subsidios que otorgan a su agricultura en el marco del ALCA.
La situación indicada
muestra un gran desbalance de gran magnitud en la negociación y una perspectiva
de desequilibrio para su final, de persistir el estancamiento en los centrales
aspectos señalados. No es aceptable un des-balance de tal naturaleza. No es
aceptable que la agricultura se circunscriba, exclusivamente, a la eliminación
de los aranceles por parte de los países en vías de desarrollo, mientras las
principales potencias se niegan a eliminar los subsidios y ayudas internas.
Los EEUU destinan miles de millones de dólares anualmente para
sostener sus exportaciones y la producción de su agricultura, ocasionando
fuerte distorsiones en el precio de los productos agrícolas en los mercados
mundiales. Aunque se eliminen las barreras arancelarias para las exportaciones
latinoamericanas, es imposible competir con esos precios subsidiados. De esa
forma se impide o dificulta el acceso efectivo de los países latinoamericanos a
los mercados del hemisferio. Los productos subsidiados compiten, deslealmente,
en estos mercados internos y la ventaja
que ya tienen se hace mucho mayor al eliminar los aranceles en los países de
Latinoamérica.
Es así como eliminan la posibilidad de los terceros países para los productos
agrícolas que pudieran de otra forma exportar. Los países latinoamericanos carecen de la magnitud de los recursos
financieros que disponen los países desarrollados[15]
para apoyar la agricultura. Lo que tienen son instrumentos de política para
apalear los efectos de las distorsiones
de los precios internacionales, instrumentos que se les solicita eliminar con
las negociaciones de acceso a los mercados. Solamente, el enorme contraste en
el tamaño de las economías que integran el continente, los sitúa en desventaja.
Mientras el tamaño de
sus mercados significa muy poco para la expansión de la agricultura de los
países desarrollados, solo una pequeña fracción de aumento o desvío de las
exportaciones hacia estos países, significa una conmoción de precios y el
derrumbe de la posibilidad de sustento para una parte importante de esta
población. Países desarrollados
que no desean eliminar subsidios[16]
y medidas de efectos equivalentes, no desean disminuir en forma sustancial como
disciplinar ayudas por temor a la pérdida de sus mercados, fuera del continente,
en algunos casos proponen proceder solo luego de negociarlo en el ámbito
multilateral.
2.4.7. Críticas al ALBA
Se podría mencionar una serie
de debilidades que afectan a esta propuesta. Una de las más importantes sería
la misma crítica que se le hizo al ALCA sobre la falta de consulta y consenso
entre los distintos actores sociales involucrados en la región, ya que, no se
han convocado a los actores involucrados en este tipo de iniciativa para
discutir esta propuesta. Además de la naturaleza
de la iniciativa con un fuerte peso unilateral, podría ser otra debilidad por
ser convocada únicamente por Venezuela, sin consultar de forma amplia a ninguno
de los socios comerciales de la región. Más bien parecería tener una impronta
más ideológica que comercial. Otra crítica es que el ALBA refleja un
fuerte enfrentamiento entre Venezuela y Estados Unidos, creando un clima de
tensión y confrontación donde los países de la región “necesariamente” deberían
decidir, si está a favor o en su contra. Esto llevo al presidente Lula de
Brasil, a sostener que no se debe hacer ideología con las relaciones
comerciales y que Hugo Chávez presidente de Venezuela, debería recordar que su
país le vende el 85% de su producción de petróleo a Estados Unidos.
Con lo
precedentemente enunciado la propuesta del ALBA podría ser percibida como contradictoria
más que complementaria. La otra propuesta de integración, como UNASUR
fue la principal iniciativa de la diplomacia brasileña, gestada desde época de
Fernando Cardoso, posteriormente institucionalizada por el Presidente Lula da
Silva en el marco de la III Reunión de presidentes de América del Sur, en
Cuzco, Perú (2004) con el nombre de Comunidad Sudamericana de naciones[17]
(CSN).
Todo parece indicar que el
ALBA y la UNASUR expresan las disputas por el liderazgo efectivo en la región.
La propuesta del ALBA se orienta a replantear el modelo de integración
mediante mecanismos que promuevan un desarrollo económico y social dirigido
al combate de la pobreza y la exclusión social que eleven la calidad de vida de
los pueblos latinoamericanos. Sus principios rectores encajan dentro del concepto
de desarrollo endógeno, desarrollo hacia adentro promovido durante la
década de los años sesenta en América Latina y cuyos pilares están en lo
cultural, lo social, los desarrollos cognitivos y lo humano, con un fuerte
sello nacionalista y antiestadounidense.
Para concluir, podríamos decir
que el discurso predominante del ALBA, pareciera ser un discurso estricto de
Venezuela y Cuba, ya que parece favorecer más a la autarquía y a un desarrollo
endógeno que a otras formas de desarrollo. La viabilidad del desarrollo en el
contexto de la globalización parece estar más ligada a los grandes mercados
internacionales, que impulsan el desarrollo económico con políticas sociales
efectivas que ayuden a disminuir la pobreza, la inequidad, y las desigualdades
en contexto democrático[18].
2.5. Área de
Libre Comercio Sudamericana (ALCSA)
La propuesta del Área de Libre
Comercio de Sudamérica[19]
(ALCSA), presentada oficialmente por el Presidente de Brasil, Dr. Itamar
Franco, en Octubre de 1.993 durante la VII Reunión de Jefes de Estado y de
Gobierno del Grupo de Río en Santiago de Chile, planteó la posibilidad de
establecer una zona comercial dinámica, con presencia en dos océanos, que
potenciara sus ricos recursos naturales y mejore
su posición económica a través de la integración y el libre comercio. El ALCSA,
en 1.993, se formuló con el objetivo de mejorar la posición negociadora de
Brasil en el contexto de una eventual zona de libre comercio americana. Así
mismo, la administración del Presidente Fernando Henrique Cardoso (2000) mantuvo
el mismo objetivo estratégico al buscar el logro de un Acuerdo de Libre
Comercio entre la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercado Común del Sur
(MERCOSUR). Así, es necesario destacar que, cuando hablamos de ALCSA, lo
hacemos refiriéndonos al proyecto presentado durante la Presidencia de Itamar
Franco[20]
(febrero 1994) y que en Brasil se persigue un mismo objetivo estratégico con la
conformación de un espacio económico sudamericano a través de la firma de un
acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR. En consecuencia, una
posible integración sudamericana[21]
se haría sobre la base de los dos bloques comerciales existentes en la
sub-región, la CAN y el MERCOSUR. Ambos constituyen procesos importantes, pero
que presentan notorios fallos que han
incrementado los inconvenientes propios de los procesos que involucran la
participación de varios actores.
Por integración económica,
entendemos el proceso en el que diversas economías nacionales incrementan su
complementación buscando aumentar sus beneficios. La integración económica
constituye una estrategia comercial y política, cuyo objetivo es el desarrollo
y fortalecimiento económico lo cual implica un incremento en la
interdependencia económica. Bajo iniciativa de El Libertador Simón Bolívar, el
Congreso de Panamá es el antecedente ideológico más importante que en materia
de integración existe en el continente americano, en especial para los países
de América Latina.
El libertador Simón Bolívar
planteó la necesidad de unión, no sólo en lo económico, sino también en lo
político de la América Española, para así poder hacer frente a los desafíos que
deberían enfrentar los nacientes estados independientes teniendo muy en cuenta
la presencia de los EEUU en el continente. Entre 1.960 y 1.980, la integración
económica en América Latina tuvo momentos importantes. El primero, la creación
de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) en 1960 por el Tratado
de Montevideo, que no pudo alcanzar el objetivo de lograr un mayor intercambio
comercial entre sus miembros.
En ese mismo año, se
estableció el primer Acuerdo de Integración sub-regional de América Latina, el
Mercado Común Centroamericano (MCCA). En 1.975, con un fuerte apoyo del
Presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez, se creó el Sistema Económico
Latinoamericano (SELA) con los objetivos de promover un sistema de consulta y
coordinación para concertar posiciones y estrategias comunes de América Latina
y el Caribe, en materia económica, ante países, grupos de naciones, foros y
organismos internacionales, así como impulsar la cooperación y la integración
entre países de América Latina y el Caribe. En 1.980, por el Segundo Tratado de
Montevideo, se creó la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), que
pese a la crisis económica que comenzaba a afectar a la región tuvo un papel
más dinámico que su predecesora.
2.5.1. Los objetivos de la ALADI
Los objetivos de la ALADI se centran en:
- Promocionar y regular el comercio
recíproco, complementación económica y búsqueda de ampliación de mercados.
- Crear en forma progresiva un Mercado
Común Latinoamericano.
- Regular y fomentar el comercio
agropecuario intra-regional.
América del Sur reúne a cinco
economías de importante nivel de desarrollo, catalogadas en el Reporte de
Desarrollo Humano de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 1.999, como
mercados emergentes: Argentina, Brasil, Colombia, Chile y Venezuela. Estos
cinco países representan el 91,03% del Producto Bruto Interno (PBI), el 89,03%
de las exportaciones, el 81,2% de la superficie, el 98,9% de las importaciones
y el 83,9 % de la población total del sub-continente. Estas cifras tornan
evidente que un eventual acuerdo comercial en América del Sur, impactaría en la
creación y posterior funcionamiento del ALCA, debido a que un acuerdo
hemisférico, tendería a incrementar el poder de negociación de la región y no
podrá generar menos comercio que el existente antes de su funcionamiento.
La influencia que el ALCA tendría para estos
cinco países no sería similar. Colombia y Venezuela tienen, debido a su
vecindad, una relación comercial histórica con EE.UU, lo que unido a sus
vínculos con México en el Grupo de los Tres (G3)[22],
hace que el NAFTA[23]
sea un mercado importante. Venezuela, a través del Sistema Generalizado de
Preferencias (SGP) de EE.UU, coloca 4.400 productos libres de pago de arancel
en el mercado estadounidense, muchos de los cuales son manufacturados y
semi-manufacturados, rubros agropecuarios e industriales primarios.
Simultáneamente, constituye una alternativa para el primer y segundo proveedor
de petróleo de EEUU, hecho que lo convierte en el país suramericano que dirige
el mayor porcentaje (44%) de sus exportaciones al mercado de ese país. Chile[24]es
el único país latinoamericano de América del Sur que no participa como miembro
pleno de algún bloque económico de integración, sólo está asociado al MERCOSUR.
La economía chilena juega un papel muy importante en el desarrollo del libre
comercio en la región sudamericana y continental, debido a que es una economía
acostumbrada desde hace más de veinte años a competir en el comercio mundial.
Dentro de América Latina,
Chile es el país con mayores posibilidades de integrarse al NAFTA, ya que posee
Acuerdos de Libre Comercio firmados con Canadá y México con una estructura muy
parecida al proceso de integración antes mencionado. La posible adhesión de
Chile al NAFTA podría cambiar el escenario de las negociaciones hemisféricas,
debido a que la propuesta de Brasil perdería a un país importante económica,
comercial y políticamente, facilitando al gobierno de EEUU la imposición de su
criterio en las negociaciones. Argentina y Brasil, las dos principales
economías del MERCOSUR, representan aproximadamente el 53,4% de las
exportaciones y el 76,29% del PBI de América del Sur, según datos de la
Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
La
propuesta de creación del ALCSA, en 1.993, se enmarca como lo indica el
análisis introductorio precedente en la necesidad de Brasil, como principal
economía sub-regional y del MERCOSUR, de obtener una posición más ventajosa en
defensa de sus intereses en materia de libre comercio hemisférico y no ver
disminuida su condición de pequeño “Global Trader". Las reformas que han
implementado los países de América Latina, y en especial los países de América
del Sur, con el objetivo de incrementar su participación en el comercio
mundial, han generado beneficios económicos a ciertos sectores de sus economías,
así como también ha originado demandas por parte de aquellos sectores que se
han visto perjudicados en el proceso.
El Estado, en América Latina,
se encuentra con dificultades para satisfacer las demandas de los sectores que
se han visto afectados con los procesos de apertura y liberalización comercial,
ya que la participación en el orden monetario internacional restringe su
elección de políticas internas financieras y de empleo. Los países de América del Sur, después de las
dos guerras mundiales, se vieron obligados a establecer mayores vínculos
económicos, incrementando así el nivel de interdependencia entre cada uno de
ellos y los EEUU.
América Latina y, en especial,
América del Sur, juega un papel importante para ciertos grupos económicos de
los EEUU. La región es, actualmente, la única del planeta con la cual este país
tiene un saldo favorable en su balanza comercial, lo que se pone en evidencia
con el paulatino incremento de las inversiones extranjeras directas (IED)
estadounidenses que superan ampliamente a las inversiones provenientes de la UE
y Japón. Igualmente, América del Sur es un importante proveedor de materias
primas y energéticas a EEUU, lo que le ha garantizado durante décadas la
provisión de los insumos necesarios para su desarrollo industrial. La necesidad
de expandir su presencia en el mercado sudamericano se entrelaza con la
necesidad de política exterior de afianzar sus vínculos comerciales y
establecer con el ALCA o la nueva alternativa ALBA, el principal bloque
económico del mundo.
2.5.2. La integración Regional y el mercado Internacional
La
propuesta brasileña del ALCSA, en 1.993, y las actuales negociaciones de
acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR surgen como una respuesta
al interés de EE.UU de establecer una zona de libre comercio en todo el
continente. En el área fiscal, la influencia de la política monetaria de EEUU
afecta en forma importante las finanzas y mercados de la sub-región.
Esta influencia es más evidente en países como
Ecuador y El Salvador, cuyas economías están dolarizadas. En Argentina, su moneda tiene una paridad fija con el dólar
a través de la Ley de Convertibilidad, y en Panamá, circula libremente la
moneda local (Balboa) y el dólar estadounidense. Poco se podría entender de la
integración hemisférica, en especial de la posibilidad de construcción de un
espacio económico sudamericano, si no consideramos el rol del Estado y del Mercado
en el ámbito global y, en particular, en América latina, el contexto ideológico
económico que envuelve a esta nueva etapa de la integración. En los países
latinoamericanos, este proceso de formación del Estado tuvo etapas muy
diferentes. Estas explican, en parte, las dificultades que la región enfrenta
hoy ante la integración. América Latina no transitó las etapas clásicas del
proceso de formación del Estado, sino que pasó de las comunidades indígenas al
capitalismo incipiente español.
En América Latina, se puede
hablar de Estado jurídicamente después de la independencia de España y Portugal
en el siglo XIX. Este proceso pudo crear el interior de cada ex –colonia
profundos disensos, divisiones e incluso acentuó la desarticulación entre
centros económicos locales (generalmente capitales y ciudades portuarias) y el
resto del territorio. Esta desarticulación marcó el desarrollo desigual en lo
interno e incluso pudo influir en la concentración poblacional en centros
urbanos, dejando fronteras vacías, que en la etapa actual de integración para
algunos teóricos es aún un obstáculo a superar. El rol del Estado[25]
en América Latina se enfrenta con múltiples y complejos desafíos. Éste se ve
afectado tanto por las consecuencias propias de la globalización, como por una
aguda crisis de representación y gobernabilidad, debido a la falta de
credibilidad de la clase política, un elevado endeudamiento y niveles de
pobreza, exclusión y desigualdad alarmantes.
Es así como la integración
surge como una buena alternativa para enfrentar estos desafíos, apuntando a una
mejor inserción en la economía internacional, siempre y cuando los gobiernos
prevean el impacto social que un proceso de apertura económica implica.
Los países de América del Sur han llegado a la
adopción de políticas neoliberales en forma casi forzada debido a su coyuntura
económica en deterioro e impuestas por los centros financieros internacionales:
los EE.UU y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el denominado Consenso de
Washington (apertura económica, deuda externa, captación de inversiones), obviamente estas políticas
económicas han sido reiteradamente criticadas en sectores de dirigencia
política.
Todas las reformas que se han
realizado en la última década en el ámbito político y económico han estado
orientadas hacia el mercado y han buscado mejorar la eficiencia económica de
cada uno de los países. Es en este contexto en el que surge el MERCOSUR, como
el relanzamiento del Pacto Andino (convirtiéndose en Comunidad Andina de
Naciones), con los procesos de reformas políticas y económicas neoliberales. La
CAN, con un perfil más institucionalizado y menos comercial, se reforma
estableciendo mecanismos que lo ayudaron a adecuarse al nuevo contexto
económico hemisférico y mundial. Este proceso de liberalización comercial fue
acompañado, en ambos casos, con reformas en las áreas tributaria, financiera,
laboral, así como el proceso de privatización y cambios en el sistema previsional.
Todo este proceso se ha venido manifestando, con el objetivo de presentar
individual y colectivamente
un atractivo a la captación de inversiones extranjeras. En este sentido, en el
caso de Brasil mantiene la posición que el ALCA
no debe significar el aislamiento de las economías de América Latina con otros
mercados, es decir, tener otras oportunidades de inserción internacional a
través de acuerdos bilaterales y sub-regionales de integración y libre
comercio. Por lo tanto, Brasil mantiene que el ALCA debería ser implementada
después de que el MERCOSUR haya sido consolidado y extendido al resto de
América del Sur, ya que la integración hemisférica no sería en los términos
planteados por EE.UU, consistentes con sus intereses nacionales en el corto
plazo. En el comercio exterior de Brasil, América Latina se ha convertido
paulatinamente en un comprador importante de sus productos manufacturados, con
lo que la posible pérdida de participación de estos productos brasileños con
productos de EE.UU, Canadá o México, en mercados como los de sus socios del
MERCOSUR y los países miembros de ALADI, hace que el logro de sus metas con un
acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR sean importantes. Por esto,
es evidente que la construcción de un espacio económico sudamericano a través
de un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR para Brasil cobra
mayor importancia, debido a que la construcción de un área de libre comercio
sudamericana sin la presencia de EE.UU y con el peso de la economía de Brasil
haría que el resultado de las negociaciones sea ampliamente favorables a sus
intereses, los cuales podrían posteriormente defenderse con más fuerza en el
ALCA.
En este sentido también, vemos
como el ALCA multilateraliza el conflicto de intereses de EE.UU y Brasil, representando para ambos una oportunidad
única de poder preservarlos. Los EE.UU han logrado encontrar protagonismo
apoyado por una parte del Caribe Insular, Chile, Colombia, Ecuador, Uruguay,
Canadá, México, los países de América Central, Brasil, y el MERCOSUR como su plataforma
de negociación, con apoyo de Venezuela y ha establecer un acuerdo de libre
comercio entre la CAN y el MERCOSUR.
Con el ALCSA en 1.993, se
buscaba una mejor posición en las negociaciones hemisféricas. Este interés en
la región se debe igualmente al perfil de las exportaciones a estos países que
son de un alto valor agregado, con lo cual es importante para Brasil consolidar
e incrementar su presencia en América del Sur. En el desarrollo de construcción
de un espacio económico sudamericano, Brasil obtuvo su primer éxito el 04 de
marzo de 1.994 en Buenos Aires, a través del comunicado conjunto de los
ministros de economía y finanzas del MERCOSUR, en el cual confirmaron el apoyo
completo a la liberalización comercial entre los países de América del Sur como
un fin en sí mismo, para facilitar la entrada de la economía de la región al
hemisferio y al mundo, designando a Brasil para negociar esta decisión con los
países de la CAN.
Es importante resaltar que en
1.993, cuando se presentó el proyecto del ALCSA, se procediera sobre la base de
un programa recíproco de reducción tarifaría y de eliminación de restricciones
no arancelarias que influyen directamente sobre el comercio sub-regional con
excepción del área de servicios, una reducción de alrededor del 80% del valor
del comercio. Desde el lanzamiento del ALCSA en 1.993, Brasil dejó fuera, en un
primer momento, este importante sector de su economía, ya que planteó una
desregulación sólo del comercio de bienes. En las actuales negociaciones de
construcción de un espacio económico sudamericano a través de un acuerdo de
libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR, el área de servicios está dentro de
la negociación.
2.5.3. Objetivos y propósitos del
ALCSA
Dentro de los Objetivos del ALCSA se puede
mencionar:
- Consolidación y profundización del
MERCOSUR, en el corto plazo.
- La construcción de un espacio
económico sudamericano, profundizando la cooperación existente en América
del Sur y el logro un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el
MERCOSUR.
- Aproximación América del Norte en
negociaciones entre bloques.
El
propósito es obviamente fortalecer a la
región frente a Estados Unidos. Según Marcelo Da Almeida Medeiro[26]
(2000), al promover el ALCSA Brasil se propone erigir un bastión que:
- Hable con una solo voz frente a Estos
Unidos.
- Se oponga a la estrategia de Estados
Unidos de diluir los grupos regionales latinoamericanos para favorecer una
lógica bilateral y centrífuga.
- Pueda implementar el peso táctico de
la américa meridional en el diálogo con sus socios asiáticos y europeos.
- Permita la consolidación de las
relaciones económicas intrarregionales.
Los dos últimos factores
señalados por Da Almeida Medeiros no
deben soslayarse en forma alguna. Brasil ha utilizado al Mercosur[27]
como el marco para desarrollar un ambicioso programa de negociaciones
comerciales con la Unión Europea (UE), cuyo objetivo es crear una zona de libre
comercio birregional. El Mercosur no ha ocultado su interés en negociar con la
comunidad para el desarrollo del sur de África (SADC, por sus siglas en
inglés), con Australia y Nueva Zelanda. En medio de esta agenda global de
negociaciones, el ALCSA podría incrementar el poder de negociación de los
países del Cono Sur. Especialistas como, Fairlie Reinoso (2000), plantean que
un eventual ALCSA podría ser el marco para negociar un acuerdo de libre
comercio entre los países de la región sudamericana y la UE. El ALCSA serviría también para consolidar a
América del Sur como un espacio económico unificado. A pesar del creciente
dinamismo del comercio y de las inversiones intra Mercosur e intra CAN, el
intercambio interbloque es mínimo.
El ALCSA puede dinamizar
los intercambios entre ambos bloques. ALCSA sería un mecanismo para continuar
este proceso de integración física ya iniciado por Brasilia, que permitirá no
sólo el incremento en los flujos de comercio, sino también la inclusión de las
regiones periféricas de estos países a la dinámica económica nacional.
Del análisis realizado,
se evidencia la existencia de posiciones diversas y no pocas veces
contradictorias con relación al proyecto de crear un espacio sudamericano de
libre comercio. Estas contradicciones derivan en buena medida del escenario de
un eventual ALCA, un proceso que atrae más a los países de la región que han
tenido una tradicional y cercana relación comercial con Estados Unidos.
En la realidad, el
proyecto brasileño tiene aún muchos obstáculos que superar. El poco entusiasmo
de países como Colombia, la ambivalencia de Ecuador, Perú y el pragmatismo chileno, demuestran que
el consenso en torno al ALCSA es todavía débil. El fondo del asunto radica en
una suerte de convicción al interior de estos países sobre la mayor
conveniencia de ingresar al ALCA. Su enorme dependencia del mercado
estadounidense les induce a ser escépticos con la propuesta brasileña, si ésta
implica un conflicto con Washington y su proyecto hemisférico. Estos distintos
enfoques sobre las interacciones entre el ALCA y el ALCSA han incidido en el
proceso de construcción de un nuevo regionalismo sudamericano. Para los países
con un intercambio comercial importante y cuantiosas inversiones con Estados
Unidos, si se produce una contradicción entre el ALCSA y el ALCA, optarán por
este último. En los países con relaciones comerciales e inversiones más
diversificadas, como los del Mercosur, se optará por la unión sudamericana. A
esto se debe sumar el elemento político, pues Brasil y sus socios del Mercosur
plantean un proyecto regional autonomista, mientras que en Venezuela la
retórica anti-unipolar del actual gobierno explica su apoyo al ALCSA, a pesar
de la abrumadora importancia del comercio y las inversiones con Estados
Unidos.
3. La Propuesta del SUCRE como Moneda Única para
los Sudamericanos.
3.1 El Sistema Único de Compensación Regional
(Sucre).
Es el nombre de la unidad de
cuenta común que acordaron adoptar los presidentes y representantes
gubernamentales de los países miembros de la Alianza Bolivariana para las
Américas (ALBA). Los
presidentes miembros del ALBA firmaron el
16 de octubre 2009, como parte de la VII Cumbre del bloque[28],
el tratado constitutivo para aplicar la moneda común Sucre[29]
y realizar intercambios comerciales intrarregionales.
La moneda adoptada por
los miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América Latina
(ALBA) entró en vigor el 28 de enero de 2010. La unidad comenzó con un valor de
1,25 dólares y el propósito es facilitar las transacciones entre los
países del ALBA y para el futuro sustituir la divisa estadounidense en el
comercio entre los integrantes del bloque. La intención es, primeramente, tener
una unidad contable para que poco a poco se fortalezca y forme una unidad de
reserva.
Ecuador y Venezuela
empezaron a negociar utilizando el Sistema Único de Compensación Regional
(SUCRE). Esta moneda virtual sirve solo para comercializar a través de los
Bancos Centrales de los dos países. El Sistema de Compensación[30]
es una modalidad de comercio que beneficia a Ecuador y a los países de América
Latina que participarían en el sistema porque, en primer lugar, no se
necesitará dólares de manera inmediata para poder comercializar y eso de alguna
manera protege del ámbito del dólar que ha estado en los últimos meses en una
profunda crisis. Los beneficios que tiene que aplicar el sistema, generar menor presión en la balanza de
liquidez y en las balanzas comerciales en los países; permite tener más
autonomía en la política monetaria, es decir, cambiaría porque se está
comercializando con propias monedas. En el caso de Ecuador, como se usa el
dólar como moneda corriente, se les pagará a los exportadores ecuatorianos en
dólares.
Pero los importadores
ecuatorianos no necesitan contar con dólares para poder importar porque se hace
la transacción con esta moneda virtual (SUCRE) de Banco Central a Banco Central.
En cuanto a las transacciones con los países, de momento está abierta la
herramienta para usarla con Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua, que son
países que forman parte del ALBA[31]
(Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América). Pero, por ejemplo,
hoy día, hay un llamado de la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración)
donde están viendo posibilidades de reactivar mecanismos de compensación. Esto
parece lógico porque los países de América Latina se dan cuenta, o simplemente
ven que es muy buen negocio poder hacer transacciones comerciales en sus
propias monedas: Brasil, en reales; Argentina, en pesos; Perú, en soles, etc. La
ALADI puede convertirse en un mecanismo
de compensación para América Latina. Por lo tanto, el SUCRE será utilizado por
cualquier país del Sur porque el objetivo es poder comercializar con monedas de
los propios países y las transacciones con los Estados Unidos solo se
utilizaran el dólar de los Estados Unidos Americano. Lo que no es lógico es que
se utilice el dólar en Brasil, en Perú, Chile, Bolivia y en Colombia porque se
puede comercializar con monedas propias.
Esta primera experiencia
que se consideraría exitosa abre la puerta para que genere un sistema de
compensación en América del Sur. En los casos de Brasil y Argentina tienen un
sistema de compensación, pero es un sistema de compensación de muy poco tiempo,
dura apenas uno o dos días, así que tienen que compensar los saldos en uno o
dos días. En el caso del SUCRE, es mucho mayor el tiempo y nos permite tener
una holgura para poder tener transacciones comerciales que luego se compensan
en dólares, en bolívares o en la moneda que comercialicemos. El tiempo en el
cual se compensa lo decide el Consejo Monetario Regional, es una decisión de
carácter político. El planteamiento ecuatoriano es que todo el comercio
exterior con Venezuela se pueda negociar a través de esta herramienta de
transacción. Ese es el objetivo del gobierno ecuatoriano.
El presidente Rafael
Correa[32]
se lo ha planteado al presidente Hugo Chávez. Se espera que en el futuro
inmediato pueda ser así y que todo el comercio exterior de lado y lado se
compense en el SUCRE. Se está proyectando que cooperativas también podrían ingresar
al sistema y comercializar con Venezuela, lo que está en proceso de apertura,
lo que es muy prometedor. Esto es totalmente novedoso, pues, antes, el Banco
Central era patrimonio de la banca privada, ahora, el Banco Central está al
servicio de la mayoría del pueblo, de los bancos privados, de las cooperativas
reguladas y de las cooperativas no reguladas que son una cantidad inmensa que
hacen parte de una red financiera. Por ejemplo, la red financiera rural o las
redes financieras urbanas de sectores mucho más vulnerables que en pasado han
estado excluidos. Se estima la cantidad de productores que se puedan beneficiar
de este sistema prácticamente podría ser toda la producción, por ejemplo: si
hay excedentes de arroz que en el pasado no han sido fácilmente vendidos por
una seria de problemas, hoy podrían ser fácilmente vendidos, porque tanto
Venezuela para hablar en concreto, como Cuba están hoy mismo demandando una
gran cantidad de arroz.
En cuanto a la garantía
del pago de los productores que utilicen este sistema sería inmediato. El
acuerdo dice que los importadores
venezolanos no pasarían por la cantidad de trámite que solían pasar en el
pasado. El pago se hace a través de su cooperativa o de su banco que tenga
cuenta en el Banco Central en un plazo no mayor a tres días. Además de los
productos, del arroz y la urea, serán todos los productos alimenticios y muchos
productos que empiecen a demandar estos nuevos mercados: Venezuela, Nicaragua,
Bolivia, Cuba, etc. Como pueden también entrar productos de calzado, de alimentos, de
bebidas, de utensilios domésticos, de madera, y una gran cantidad de
productos donde Ecuador tiene potencia
productiva importante.
Se realizó la primera
comercialización del SUCRE con Venezuela porque este país es el gran mercado de
importación de este momento. Venezuela es el que está sustituyendo el comercio
que antes tenía con Colombia, que es un flujo comercial muy grande y está
abriendo ese espacio que ya no lo hace con Colombia a otros países.
Como consecuencia, cabe aclarar,
que esta es una moneda virtual entre bancos centrales, es una moneda
de compensación, esta no es una moneda de uso corriente, esto no lo van a
utilizar ni las personas, ni las empresas. Es una moneda de compensación entre
Banco Centrales, en todo caso al sistema ecuatoriano no le afecta de ninguna
manera, para alterar su moneda del dólar al SUCRE, como tampoco le afecta a
otros países, como Venezuela, que no va
a cambiar los bolívares por sucres. Es una moneda de Bancos
Centrales, no de uso corriente. Este sistema de compensación se ha negociado en
el marco del ALBA y fue una propuesta del gobierno ecuatoriano y el gobierno
venezolano. Esto también es importante realizándose en un plazo récord menor de
18 meses, algo que parecía un sueño es ahora una realidad. Quien lo propuso lo
ha incentivado. El gobierno de Ecuador
también propuso la idea del Banco del Sur[33]
o está impulsando ahora el Fondo Común de Reservas que se ha hecho realidad
en 18 meses, con buen proyecto, un gran apoyo político y una gran eficiencia
técnica.
Está ahora en el seno de
ALBA[34]
y previsiblemente, en muy poco tiempo, esto va a ampliarse para toda América
Latina. El objetivo final es que el SUCRE pueda fortalecer el comercio entre
los países del grupo y con los otros países de América Latina y Caribe. Sin
embargo, es necesario plantear las posibles desventajas que como consecuencia a
este proyecto podría suscitar: que es una moneda que nadie la podrá ver porque
es virtual. Muchos economistas, desde ya, auguran su fracaso debido a las
débiles economías de los países del ALBA. Es también un proceso de política
monetaria, sin ciclos. Según catedráticos universitarios, afirman que esto no
es nada nuevo, ya que en épocas anteriores entre 1962 y 1992, Nicaragua tuvo
también una moneda común con respecto a la región centroamericana al que
llamaron “peso centroamericano”, sin embargo, éste no logró mantenerse por la
debilidad de las economías centroamericanas. En base a estos criterios, uno de los problemas que se enfrentó en esta región fue que ninguna de
las monedas de los países centroamericanos era moneda vehículo, es decir,
ninguna era aceptada en el resto del mundo como unidad de cambio.
Algo similar a lo que
ocurre hoy en la región latinoamericana, que intenta impulsar el sucre. Es decir, para
que una moneda regional tenga éxito, debe pasar primero por varias etapas. Y su
éxito depende de los logros y avances en materia regional, comercial y su
política económica. En el caso del euro
en la Comunidad Europea, hay una diferencia en
relación al sucre sudamericano y el peso centroamericano, y es que en la Unión
Europea estaban integrados los países con monedas fuertes como el marco alemán
y el franco francés que sirvieron de monedas vehículo. Según el Economista Luis Morillo Catedrático
de la Universidad Centroamericana (UCA): La intención
es buena, que los países ahorren divisas al realizar transacciones entre ellos,
en momentos de crisis, pero ninguna de las monedas es suficientemente fuerte
para consolidar una zona de estabilidad monetaria, y la mayor parte de los
países del Alba están en vías de desarrollo, con muchos problemas propios,
enfrentando una crisis externa e interna, y difícilmente un sólo país que es
Venezuela va poder sacarlo adelante. Son países que tienen contratos con el
Fondo Monetario Internacional y éste exige que tengan reservas internacionales
en monedas vehículos, llámese oro, euro o dólar.
CONCLUSIÓN
Como
se ha desarrollado a lo largo de esta tesis, se ha constatado que durante los
últimos años se ha abierto un ciclo de triunfos electorales para la izquierda
en diversos países de América Latina. Hugo Chávez, en Venezuela; Luis Ignacio
da Silva Lula, y la actual Dilma Rousseff, en Brasil; Néstor Kirchner y la
actual Cristina Fernández en Argentina; Tabaré Vázquez y el actual José Mújica,
en Uruguay; Evo Morales, en Bolivia; Rafael Correa, en Ecuador y hasta el año 2010
Michelle Bachelet, en Chile, la cual ilustran la existencia de una nueva
realidad política en los países de la región.
En
todos los casos, el común denominador que explica los triunfos de la izquierda
en América Latina son los estragos sociales provocados por las políticas
neoliberales aplicadas en la región desde inicios de los años ochenta;
consecuencias que han provocado que, tanto la ciudadanía como las fuerzas
políticas, busquen alternativas para mejorar las condiciones de bienestar de la
población. En estas experiencias se encuentran también presentes las diversas
maneras en que cada país intenta culminar con sus transiciones democráticas.
Los parámetros que definen estas experiencias
de gobierno de la izquierda son muy
laxos y que, en todo caso, la característica común es que los nuevos gobiernos
de la izquierda en América Latina se distinguen por colocar el acento de sus
políticas en el intento de eliminar o, al menos, disminuir los rezagos sociales
heredados de las políticas de ajuste económico implantadas desde los años
ochenta.
Sin disminuir la importancia de
estas orientaciones, todo parece indicar que están llegando tarde, cuando en
los países de América Latina se acumulan por lo menos dos decenios perdidos
para el desarrollo, a raíz de las políticas de ajuste aplicadas “por
recomendaciones” del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Dichas
políticas, resumidas en el llamado Consenso de Washington, han abarcado todos
los ámbitos de la gestión económica de los Estados: privatización de las
empresas paraestatales, austeridad y disciplina fiscal, astringencia monetaria
y crediticia, desregulación de los mercados, medidas que han colocado al
mercado como el factor decisivo en la orientación económica y político de cada
país.
Las consecuencias de ese modelo
económico están a la vista en las definiciones de políticas económicas:
transferencia de la riqueza pública a manos privadas; reducción del gasto
público como proporción del PIB y, (dentro de esa disminución, la del gasto
social fue un rubro muy importante); eliminación de subsidios y de controles de
precios (menos el de la fuerza de trabajo que continúa sometido a la política
de los topes salariales); aumento de las tasas de interés, devaluaciones,
eliminación de aranceles y cuotas de importación para dar paso al libre mercado
y apertura a la inversión extranjera, generando una profunda transformación
económica en favor de los intereses del capital privado, de manera
privilegiada, del capital financiero.
Esa transformación económica no
la podemos caracterizar como un fenómeno pasajero, sino como una recomposición
efectiva en todos los órdenes de la sociedad: el político, el económico, el
social y el cultural. La pregunta que se deriva de esta situación estructural
de los países de América Latina es: ¿cuál es el margen de libertad con el que
pueden actuar los nuevos gobiernos de izquierda para cambiar un modelo
económico depredador y excluyente?
La solidez y legitimidad de los
gobiernos de izquierda son diversas de país a país, según el desempeño
histórico que ha tenido cada uno. Pero seguramente, el origen histórico no es
suficiente para explicar la naturaleza de sus gobiernos, como tampoco sus
perspectivas de éxito o de fracaso, sobre todo porque es muy distinto ser una
fuerza opositora a convertirse en la gobernante, pero, sin duda, acercarnos a
los orígenes, puede ayudarnos a reflexionar sobre los largos, diversos y
también, semejantes caminos que la izquierda ha debido recorrer antes de
convertirse en fuerza de gobierno.
En este contexto, es necesario
no perder de vista si los triunfos de la izquierda han significado cambio de
régimen político, esto es, si se han colocado como protagonistas de las
transiciones democráticas en sus países o, simplemente, se trata de cambios de
signo político dentro de un mismo régimen. Esta dimensión del análisis, que se
considera fundamental para valorar las experiencias de la izquierda, rebasa los
alcances de este pequeño trabajo; sin embargo, se hace un llamado de atención
sobre la necesidad de profundizar en ella.
Revertir las profundas transformaciones estructurales
que los gobiernos neoliberales con o sin dictaduras militares lograron imponer
en los países de la región durante los últimos dos decenios, no parece ser la
esencia de las políticas de estas nuevas experiencias de gobierno, en todo
caso, se estaría intentando “limar las aristas” (arreglando diferencias) al
capitalismo que se ha desarrollado en los últimos años, a través de la
ampliación de las políticas de gasto social y el combate a la corrupción.
Quizá, la respuesta planteada,
precedentemente, se encuentre, entre otros factores, en la capacidad de
concertar iniciativas y acciones regionales. Pequeñas tentativas a nivel
embrionario de parte de Argentina, Brasil, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Uruguay
entre otros países, para lograr acuerdos que desarticulen la iniciativa del
ALCA, que nace bajo la hegemonía de EEUU, constituyen experiencias alentadoras
en la construcción de caminos distintos a los que hasta ahora ha logrado
imponer el capital financiero internacional y
poder de esta manera enfrentar el gran desafío que impone la
globalización.
BIBLIOGRAFIA
1. Diccionarios y Enciclopedias
CARBONELL S., Dizionario fraseologico completo, I
- II, Milano (Italia), 2000.
MINETTI S., Dizionari essenzial di diritto,
Milano, 2003.
GALLINO
L., Dizionario di sociologia, UTET, Torino 1978.
ENCICLOPEDIA Jurídica Omeba
Ancalo. S.A. Tomo XIX. Buenos Aires, Argentina 1976.
2. Libros y Documentos
ALMEIDA P., “Los movimientos
populares contra la austeridad económica: América Latina 1996-2001”, Washington
DC, 6-8 de septiembre, 2001.
ALTMANN J., Dossier ALBA: Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe, San José. 2007.
ANTEZANA. A, Estructura
agraria en el siglo XIX, La Paz 1992.
AVILA SANTAMARIA R., Ecuador
Estado Constitucional de Derechos y Justicia, en Constitución del 2008
en el contexto andino. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Quito.
2008.
AYALA E., Lucha y Política origen de los Partidos
Políticos en el Ecuador, Corporación Editorial Nacional, Quito, 1982.
BACIGALUPO D., Los Partidos
Políticos en la Constitución y la Ley, Ed. Univ.Univ.
Católica, Guayaquil, 1982.Católica,
Guayaquil, 1982.
BARQUÍN R.M., El día que Fidel Castro se apoderó de
Cuba: 72 horas trágicas para la libertad de Las Américas. Ed. Rambar, San
Juan de Puerto Rico. 1978.
BARRERA A., Acción
colectiva y crisis política: el
movimiento indígena ecuatoriano en los 90. Quito, 2001.
BAUTISTA URDANEJA D., La
política Venezolana desde 1958 hasta nuestros días. Caracas 1997.
BAEZ R., El Alba y la reorientación del Mercosur, En
Contexto Latino Americano. N° 1 septiembre-diciembre. Bogotá.
2006.
BELAUNDE V.A., Bolívar y el
Pensamiento Político de la Revolución Hispanoamericana. Presidencia
de la República. Caracas. 1974.
BEHRMAN J., Política macroeconómica
en un país en desarrollo: La experiencia chilena. Nueva York, 1977.
BERMANN K., 1986. Under the Big Stick: Nicaragua and the United
States since 1848 En el marco del gran garrote:
Nicaragua y los Estados Unidos desde 1848.
Boston. 1986.
BERNAL-MEZA R., “Sistema Mundial y MERCOSUR:
Globalización, regionalismo y Políticas Exteriores Comparadas”. Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Argentina. 2000.
BOTI R., “El plan de desarrollo económico de 1962”, Cuba
Socialista 1, diciembre 1961, La Habana, 1962.
BUZGALIN A.V., El Socialismo del siglo XXI.
Guanabo. Cuba.
2000.
BUONOMO V., Geo- Politica
dell’integrazione e tutela dei diritti umani, Roma 2005.
BUONOMO V., Cooperazione e Sviluppo: le
regole internazionali. Bologna. 2005.
BREWER CARIAS A., La
Constitución de 1999. Caracas. 2000.
BRICEÑO-RUIZ J., Escenarios de
la Integración regional en las Américas. Venezuela. 1999.
BRICENO J., El área de libre
comercio suramericana y sus interacciones con el ALCA. Vol.25, no.29. Venezuela.
2002.
BRICEÑO RUIZ J. – GORODECKAS H., El
ALCA frente al Regionalismo Sudamericano, las opciones para Venezuela,
Universidad de los Andes. Venezuela. 2006.
CALLES PAZ E., El Socialismos
del siglo XXI, Compilación. Instituto de Altos Estudios Políticos y
Sociales Bolívar – Marx. Caracas. 2006.
CARDONA D.,“Tiene futuro la
Comunidad Sudamericana de Naciones? En Foreing Affairs en español,
vol. 5, n°5, ISN 16665-1707.
CAVAROZZI M., El Asedio a la
Política “Los Partidos Políticos Latinoamericanos en la era Neoliberal”
Santa Fe. Argentina.2003.
COLLIER S. – WILLIAM F., Historia general
de Chile. Cambridge: Cambridge University Press. 1996.
CONFORTI B., Le Nazioni Unite, Padova,
2005.
CORREA A., Construyendo el ALBA. “Nuestro
Norte es el Sur”. Caracas. 2005.
CORREA A., “Política de
protección a los pueblos en aislamiento voluntario”. Quito, 2007.
CURZIO L., Los desafíos de
México, en Joan del Alcázar y Nuria Tabanera (coordinadores), Estudios y
materiales para la historia de América Latina, 1955-1990; Tirant to Blanch;
Universidad de Valencia; 1998.
DA ALMEIDA MEDEIROS M., La genèse du
Mercosud. Paris. 2000.
DIETERICH H., Hugo Chávez y el socialismo del siglo XXI. Barquisimeto, Venezuela. 2005.
DIETERICH H., El Socialismo del
Siglo XXI. Colombia. 2007.
DIEZ DE VELASCO M.,“Las Organizaciones Internacionales”, Madrid 1997.
DIAZ-ALBONICO R., “Realidad
Internacional y Desafíos de Chile”, Instituto de Estudios Internacionales
de la Universidad de Chile. SICE – OEA, Sección Artículos Internacionales.
EHILERS J., Izquierda
Democrática Izquierda: Un caso de estudio de los orígenes, la reorganización y
búsqueda de poder del partido político en el Ecuador, Universidad de Nueva
York, 1988.
ELLNER S. - HELLINGERD., La política venezolana en la época de Chávez. Clases,
polarización y conflicto, Caracas, 2003.
FUENTES N., La autobiografía de Fidel
Castro II, Barcelona. 2007.
GALASSO N., Aportes críticos a la historia de la
izquierda argentina. Socialismo, peronismo e izquierda nacional, Buenos
Aires, 2007.
GENEYRO R. – VAZQUEZ M., “El MERCOSUR por dentro”. Bogotá 2007.
GISPERT C. - AA.VV.,
Enciclopedia de Honduras, Vol. 1. Océano Grupo, Barcelona. 2001.
GINER S., Historia del
pensamiento social. Barcelona, 1975.
GONZALEZ O., Señales sin respuesta. Los
Zorros y el pensamiento socialista en el Perú, 1968-1989, Lima, Ediciones Preal, 1999.
R. GOTT - G.
BARTOLI. Hugo Chávez: The Bolivarian Revolución in Venezuela, Londres,
2005.
GOBI H.J., Admisión y
exclusión de miembros de la OEA,
1966.
GUARIN G.A., Viví en Chile bajo la Dictadura de Pinochet. Bogotá, Colombia: Cargraphics SA,
2001. Bogotá, Colombia. 2001.
GUEVARA E.,
Pasajes de la guerra Revolucionaria, ed. Ciencias Sociales. La Habana,
1985.
GUDYNAS E., El mandato ecológico
– Derechos de la naturaleza y políticas ambientales en la nueva
constitución. Quito. 2009.
GLOVER D.J., “La reforma y agroindustria en
Honduras”. Canadian Journal of Development Studies, 7, N. 1,
1986.
GRIJALVA A., El Estado Plurinacional e
Intercultural, en Revista Ecuador Debate 75. Quito 2008.
HERNANDEZ J., La formación de la conciencia nacional,
Buenos Aires, p. 36 S. HERNANDEZ CABALLERO, Gran Enciclopedia de Venezuela. V° 4,35.
Venezuela. 1998.
HERRERA G.,“Izquierda y el Partido Comunista”.
Editoral Termil.
HOJMAN D.E., Chile: la economía política del
desarrollo y la Democracia en la década de 1990. Pittsburg: University of
Pittsburg Press, 1993.
ISAACS A., Militares Estado y la transición en Ecuador,
1972-92. Pittsburgh, PA: Universidad de Pittsburgh Press, 1993.
KLEIN H., Historia de Bolivia, 5° ed. Juventud, La
Paz, 1994.
LAZARTE R., Movimiento
obrero y procesos políticos en Bolivia (Historia de la COB
1952-1987).La Paz 1989.
LLERENA M.,
La revolución insospechada: origen y desarrollo del castrismo.
1981.
MARTINEZ M.J., Banco del sur: lógica o desafío?, Política
Exterior n°119, septiembre-octubre. 2007.
MACHICADO S.F., Actitudes
en las políticas económicas (1952-1989), La Paz 1990.
MASSARI R., Che Guevara. Pensiero e politica
dell'utopia, Roma, 1987; Rom Erre Emme, 1993.
MARIATEGUI
J.C., Ideología y Política. 15ta.
Edición. Lima 1985.
MARIN IBAÑEZ R., En publicación: La “Unión Sudamericana”
alternativa de integración regional en el contexto de la globalización.
Universidad Andina Simón Bolívar, UASB. Ecuador, noviembre. 2000.
MAGALLANES M.V., Los partidos políticos en la evolución histórica de
Venezuela. Caracas –
Venezuela. 1977.
MARCHISIO S., Il Diritto delle Nazioni Unite,
Bologna, 2000.
MESA
G - Carlos D., Presidentes de Bolivia: entre urnas y fusiles, 2°
ed. La Paz 1990.
JMESA GISBERT J -
MESA GISBERT T. C., - Historia de Bolivia, ed. La Paz
1999.
MEZA V., Historia del Movimiento Obrero
Hondureño. Tegucigalpa, 1980G.. MORON. “Los Presidentes de Venezuela 1811-1979”. Caracas. 1980.
NORDEN L.D., rebelión militar en la Argentina: Entre golpes de
estado y la consolidación. Lincoln, NE:
University of Nebraska Press, 1996. Lincoln, NE: University of Nebraska Press, 1996.
NOVOA A., “El
proyecto de Constitución en Bolivia. La irrupción del constitucionalismo
indígena en la región andina”. Internacional IDEA, Comentarios a la
propuesta constitucional aprobada por la Asamblea Constituyente boliviana.
2008.
PAREDES R., Honduras, su Historia y su Arte.
Tegucigalpa, Honduras. 1993.
PISANI M.E., Cuba, Estados Unidos y el Derecho Internacional
Contemporáneo. 1983.
PORTUGAL J.G., Gestión estatal en el Brasil: El gobierno Itamar
Franco 1992-1993.1998.
RAMOS G., Revolución y contrarrevolución
en la Argentina. Volumen I, Distal S.R.L, Buenos Aires, 1999.
RAMOS G., Breve historia de las izquierdas en la
Argentina, Tomos I y II, Editorial Claridad, B. Aires, 1990.
ROJAS C., Historia
financiera de Bolivia, 2° Ed. La Paz 1977.
RODRIGUEZ J., Crisis de la izquierda en América Latina.
Ed. Nueva Sociedad. Ed. Primera. 1990.
RODAS G., Contexto
Latinoamericano, en Revista de Análisis Político N° 2 (enero-marzo
2007).
SANAHUJA J.A., Del
regionalismo abierto al regionalismo
post-liberal. Crisis y cambio en la integración regional en América Latina y el
Caribe”, en Laney di Martínez, Lázaro Peña y Mariana Vázquez (coord.), Anuario
de la Integración de América Latina y el Gran Caribe nº 7, 2008-2009.
Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales. Buenos Aires,
2009.
SEVERIO T.,“Breve
historia de la revolución cubana” . México: Ediciones Era, S.A. , 1979.
SERRANO P., ALCA: la economía
norteamericana se toma el continente, en Revista Deslinde N° 30.
Bogotá. Febrero-Abril /2002. Extracto de la Revista, en El Economista.
Cuba. Mayo-Agosto/2001.
SIGMUND P.E., El derrocamiento de Allende y la Política
de Chile: 1964-1976. Pittsburgh: University of Pittsburgh Press. 1997.
SONNTAG H – MAINGON
T.(2001), « cambio político y resultados de las elecciones de
1998 », en Carrasquero, J.V., T. Maingon y F. Welsh
(Eds.), Venezuela en transición: elecciones y democracia 1998-2000,
Caracas.
STANCANELLI N – REGUNAGA M., América libre
de Subsidios. Buenos aires. 1994
STORINI C., Las garantías constitucionales
de los derechos fundamentales en la constitución ecuatoriana e 2008; En la
nueva Constitución del Ecuador; Santiago Andrade y otros, editores,
Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador; estudios jurídicos 30;
Quito-Ecuador, 2009.
TRIGO C. F., Las
constituciones de Bolivia, Instituto de Estudios Políticos e Instituto de Cultura
Hispánica, Madrid, 1958.
LLERENA M.,
La revolución insospechada: origen y desarrollo del castrismo.
1981.
VASQUEZ DIAZ R., La Bolivia del "Che", Milano, Jaca
Book, 1968.
VILLALTA D., “Teoría del Estado” TOMO I. El Salvador, 2003.
WEISZ E., El PRT - ERP: Nueva
izquierda e izquierda tradicional. Cuaderno de Trabajo número 30,
Argentina. 2004.
WOLFGANG H.,“El fin del Estado-Nación y el Nuevo Orden
Mundial. Las Instituciones Políticas en perspectiva”. En Rev. Nueva Sociedad N° 132. Caracas. 1995.
3. Documentos Eclesiales
LEO XIII PP, <<Litterae Encíclica: Rerum Novarum>>,
AAS 23 ( 1891) 641-670.
PAULUS PP. VI., <<Litterae Encíclica: Populorum
Progressio>>, AAS 59 (1967) 257-299.
IOANNES PP. PAULUS II., <<Litterae Encíclica: Laborem
Exercens>>, AAS 73 (1981) 577-648.
4. Textos Constitucionales
-CONSTITUCION DE LA REPUBLICA DEL ECUADOR. Montecristi. Ecuador, julio
de 2008.
-CONSTITUCION DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA. Caracas, diciembre de 1999.
5. Página Web
ÍNDICE DEL ABSTRACTO
Prefacio................................................................................................................................
3
Esquema General................................................................................................................
5
Abreviación y Siglas............................................................................................................
8
Introducción.......................................................................................................................
12
Capítulo III........................................................................................................................
13
1. El Socialismo........................................................................................................... .......
13
1.1. Antecedentes.............................................................................................
13
1.2. ¿Qué es el llamado
Socialismo del Siglo XXI?.........................................
16
1.3. ¿En qué consiste?......................................................................................
19
1.4. Países seguidores del nuevo Socialismo y su aplicación en
Latinoamérica...................................................................................................
20
2. Posición de las Organizaciones Internacionales ante los
Gobiernos de Izquierda en Latinoamérica........................................................................................................................................
25
2.1. Las Naciones Unidas (ONU) y los Gobiernos
de Izquierda en América Latina 25
2.2. La Organización de Estados Americanos
(OEA) y los Gobiernos de Izquierda en América Latina........................................................................................................
30
Capítulo IV........................................................................................................................
33
1. La Actual Tendencia Política de
la Izquierda y su Influencia en las Organizaciones Internacionales........................................................................................................................................
33
2. Organizaciones Internacionales en
América Latina...................................................
35
2.1 La
Comunidad Andina de Naciones (CAN).............................................
35
2.2. El Mercosur (MERCOSUR).....................................................................
39
2.3. El Área de Libre Comercio para América (ALCA).................................. 45
2.4. La Alternativa Bolivariana para América (ALBA)................................... 50
2.5. Área de Libre Comercio Sudamericana (ALCSA)................................... 60
3. La Propuesta del SUCRE como Moneda Única para
los Sudamericanos............... 69
Conclusión..........................................................................................................................
74
Bibliografía........................................................................................................................
76
Índice
[4] La Asociación Latinoamericana de Integración
(ALADI) es el foro de integración más antiguo de América Latina. Sus orígenes
se remontan a 1960, cuando se creó la Asociación Latinoamericana de Libre
Comercio (ALALC), que fue modificada en 1980 con el Tratado de Montevideo que
dio nacimiento a la ALADI. Su
adhesión está abierta a cualquier Estado Independiente de Latinoamérica.
[6] R. GENEYRO – M.VAZQUEZ, “El
MERCOSUR por dentro”. Bogotá
2007, p.46
[10]
Cf. En Acuerdo entre el Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela y el Presidente del Consejo de Estado de Cuba, para la
Aplicación de la Alternativa Bolivariana para las Américas: 14/12/2004.
ALBA. Cuba - Venezuela
[11]
Resolución de los Países Miembros de la Alternativa Bolivariana para los
Pueblos de América sobre el Ingreso como Miembro pleno de la República del
Ecuador: 24/06/2009: ALBA
[13]
P. SERRANO, ALCA: la economía norteamericana se toma el continente, en Revista
Deslinde N° 30. Bogotá. Febrero-Abril /2002. Extracto de la Revista, en El
Economista. Mayo-Agosto/2001. Cuba, pp.20-27
[14] Se reafirma el concepto
del acuerdo único, “single undertaking”, que deberá ser negociado en
el ALCA. Para guiar las negociaciones intergubernamentales bajo el principio de
que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”.
[18]
J. ALTMANN, Dossier ALBA: Alternativa Bolivariana para América
Latina y el Caribe, San José. 2007
[24]
R.DIAZ-ALBONICO,“Realidad Internacional y Desafíos de Chile”, Instituto
de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile. SICE – OEA, Sección Artículos
Internacionales.
[27] R. BERNAL-MEZA, “Sistema
Mundial y MERCOSUR: Globalización, regionalismo y Políticas Exteriores
Comparadas”. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos
Aires. Argentina. 2000.
[29] Moneda común que han llamado Sucre, en honor a Antonio José de
Sucre, comandante que lideró la independencia suramericana en el siglo XIX.
[32]
Entrevista concedida a Cadena TeleSur: El presidente
ecuatoriano defendió la conveniencia de minimizar la necesidad de una moneda
extranjera para los intercambios en la región, “lo cual representa un beneficio
muy grande y menos dependencia”. 28 junio 2010